Manuel José López Martínez |
Licenciado en Filosofía y Letras. Profesor del Instituto de E.S. Al-Bujaira de Huercal-Overa |
INTRODUCCIÓN
Conociendo de antemano el buen hacer de aquéllos colectivos que mantienen una actitud crítica y de preocupación por los asuntos relacionados con el medio ambiente, sobre todo, en un marco referencial tan suigéneris como es el de toda la provincia de Almería, es razonable que aplaudamos iniciativas como éstas puesto que reafirman de una manera clara la necesidad de seguir insistiendo en buscar soluciones y alternativas para reducir la degradación de unos recursos, sean de carácter natural o cultural, que las futuras generaciones exigirán para su aprovechamiento individual y colectivo, al igual que nosotros estamos exigiendo en el presente.
El hecho de seccionar los distintos trabajos en doce áreas de estudio, supone un buen método de trabajo para lograr los objetivos de los que parte la organización de este encuentro medioambiental.
Teniendo en cuenta las distintas líneas de estudio, nuestra contribución versará sobre la necesidad urgente de entender y aprovechar las posibilidades que tiene el Patrimonio Histórico como un medio de desarrollo más, sobre todo, en aquéllas zonas de tradición rural, pero que en la actualidad están sometidas a grandes influjos urbanos en su territorio.
De esta manera desembocamos sin más en la cuestión fundamental que enmarca o pone título a nuestra ponencia: ¿Qué papel atribuiremos al contenido cultural (factor cultural) para que intervenga favoreciendo las relaciones entre el hombre y su medio en una comarca como la del Bajo Andarax?
En cuanto a la estructura de la ponencia, ésta la hemos dividido en cuatro apartados básicos: 1º Aquí, presentamos inicialmente una reflexión preliminar sobre el medio rural en su contexto global, y seguidamente, pasamos a una descripción concisa de la comarca de estudio. 2º Analizaremos cuáles han sido los motivos y causas que han dado pie a la situación en la que se encuentra el legado cultural en esta comarca. 3º Plantearemos a qué nivel debería situarse el Patrimonio Histórico para convertirse en un medio de desarrollo en este espacio concreto. 4º Enumeraremos una serie de recomendaciones que a nuestro juicio serían necesarias para aplicarlas no sólo en el entorno que abordamos, sino también en cualquier otro de similares características.
1º REFLEXIÓN SOBRE EL MEDIO RURAL. DESCRIPCIÓN DE LA COMARCA DE ESTUDIO
En el mundo rural de los 90 se abre camino una tendencia obligada de progresiva diversificación de las actividades rurales y del concepto de ruralidad. Frente a un discurso generalizado en torno a la crisis del mundo rural europeo y mediterráneo, actualmente están emergiendo nuevos planteamientos que sintonizan con un renacer y redescubrimiento del mismo, pero diseñándose políticas para cumplir fines no exclusivamente agrarios. Este cambio de comportamiento se ha dado tanto a nivel de la Comunidad Europea recordemos la famosa Reforma de la PAC o las iniciativas demostrativas de desarrollo rural a través de los Programas LEADER- como a nivel regional con los diferentes Planes Andaluces de Desarrollo.
En este sentido, somos de la opinión de que una política de desarrollo rural debe incluir en su configuración una orientación amplia y diversificada de las actividades económicas, integrando tanto al componente primario como al de transformación y de servicios.
No podemos olvidar que los programas de desarrollo del mundo rural iniciados en nuestro país desde los años 70, surgieron como una estrategia bien pensada por parte de los núcleos industrializados con un objetivo claro: el de descentralizar sus intereses económicos. Sin embargo, podemos caer en la trampa de contemplar de nuevo el marco rural sólo y exclusivamente desde una perspectiva urbana, pero impregnada ésta de un carácter ecológico y de preocupación medioambiental tan usual en nuestro entorno de país desarrollado. En este sentido, no podemos dejar de mencionar algo que Pérez Adán dice y con lo que coincidimos plenamente: "El medio ambiente es, tanto desde el punto de vista del mercado mundial como desde el punto de vista de las economías locales, el mayor condicionante para la elaboración de programas de desarrollo económico, programas de ajuste y reconversión, así como para construir y potenciar marcos de inversión estable con garantías de futuro".
Como consecuencia se hace imprescindible un cambio significativo en la interpretación del territorio, sobre todo, del medio que denominamos rural, siempre y cuando hagamos emerger un mecanismo propio que de respuesta a la histórica presión del mundo urbano con sus múltiples facetas de intervención. En este sentido, el desarrollo endógeno, entendido como una fórmula aceptable de desarrollo tanto a escala local como a escala comarcal, supone desde nuestro punto de vista una estrategia necesaria para equilibrar un territorio sin grandes tensiones, centrándonos para conseguirlo en un marco de actuación diferente al estrictamente económico.
Se desprende así cuál es el punto de partida de esta ponencia y por dónde discurrirá el hilo conductor de nuestras recomendaciones finales. Nos referimos de forma clara a lo siguiente: es una evidencia contrastada que las relaciones entre el modo de producción y las raíces históricas que modelan a toda cultura son imprescindibles para el diseño de cualquier programa de desarrollo en el medio rural. En pocas palabras, podemos decir que todo desarrollo debe implicar, a partir de este momento, una mayor interacción entre modo de producción y cultura, fundamentalmente si damos un paso más amplio a la hora de comprender el espacio rural como un conjunto dinámico entre su territorio y su comunidad.
Para concretar, el motivo fundamental de esta ponencia girará sobre el convencimiento de que la protección y la gestión del Patrimonio Histórico en el medio rural es una vía interesante para el desarrollo endógeno de los habitantes de aquéllas entidades menores de población situadas en ese medio. Por lo tanto, el mundo rural ya no se identifica como un espacio exclusivamente destinado a actividades agrarias, sino que en él se prevé el desarrollo de otras actividades y funciones, como son las de carácter cultural y medioambiental.
Así, el espacio que ocupa nuestra comarca, al igual que el resto de nuestra región y a pesar de estar experimentando una transformación territorial considerable desde el punto de vista geográfico por la influencia urbana de la ciudad de Almería, ha estado marcada por una peculiaridad espacial: el predominio de lo rural, entendido esto como un todo, puesto que su población hasta los años 70 ha estado impregnada por esa originalidad, tanto en los modos de vida y en las actividades económicas, como en su paisaje territorial.
Llegados a este punto, es preciso que hagamos una rápida descripción de la comarca. En las primeras Jornadas Andaluzas sobre Municipio y Patrimonio Histórico celebradas en Loja (Granada) en mayo de 1992, describíamos esta comarca en la ponencia que presentábamos de la siguiente manera: "..., la comarca del Bajo Andarax pertenece a una de las unidades territoriales de la provincia de Almería. Está enmarcada por las sierras de Gádor y Alhamilla y configurada en una depresión tectónica por donde transcurre el curso bajo del río Andarax. Se ha singularizado por haber albergado una estimable concentración de asentamientos humanos, en donde la ciudad de Almería ha sido, desde el siglo X hasta nuestros días, la que ha absorbido en un grado considerable los movimientos poblacionales del ámbito territorial, repercutiendo este fenómeno demográfico en sus inmediaciones. Actualmente, antes de arribar a la capital almeriense, encontramos en su espacio siete municipios: Santa Fe de Mondújar, Gádor, Rioja, Benahadux, Pechina, Viator y Huércal de Almería. Su población global ronda los quince mil habitantes, siendo la actividad primaria la que históricamente ha predominado.
Incluso, si retrocediéramos en el tiempo, podemos apreciar que en su historia aparecen hitos evidentes de su riqueza cultural: el enclave eneolítico de Los Millares, la situación de la Urci prerromana y romana, y Bayyana (Pechina) como centro aglutinador del período hispano-musulmán hasta la aparición de Al-Miriya (Almería) como tal en el siglo X.
Sin duda, ha sido constatada la riqueza patrimonial de esta comarca almeriense en cuanto a la existencia de unos bienes como soportes físicos de una utilidad cultural, premisa fundamental para entrar a formar parte del Patrimonio Histórico Andaluz y Español,... ". Además, en esa ponencia de 1992 decíamos: "Inevitablemente tenemos que reconocer que el transcurso del tiempo ha complicado la situación. El empeño por respetar una herencia cultural tan significativa no ha sido del todo reconocido y asumido principalmente par aquéllas entidades menores -los Ayuntamientos de los siete municipios del Bajo Andarax- por una serie de circunstancias que detallaremos seguidamente. Esto se hace evidente cuando el momento económico actual transcurre por un período de cierto desarrollo demostrado en el crecimiento de la ciudad sobre su inmediato hinterland, es decir, el valle bajo del río Andarax. Incluso en el P.G.O.U vigente de la ciudad de Almería (no olvide el lector que nos encontrábamos en 1992) se preveía la expansión hacia el norte, nuestra comarca". En las segundas Jornadas Andaluzas sobre Municipio y Patrimonio Histórico señalábamos que la población de esta comarca según el censo de población a 1-1-1991 ascendía a 15.153 habitantes, siendo las actividades terciarias las predominantes desde mediados de los 70 hasta nuestros días, mientras que históricamente había predominado la actividad agraria. Su producción agrícola se ha caracterizado por una tendencia a la especialización con el objetivo de incorporarse al mercado internacional y nacional: desde finales del siglo XIX hasta la Guerra Civil destacó en la producción de uva de mesa, mientras que desde los años 50 hasta los 70 su producción se centró en los cítricos, principalmente la naranja. Por tanto, podemos decir que esta comarca ha estado definida por su marcado carácter rural a lo largo de su dilatada historia, y aún siendo más exactos, este territorio lo podemos encuadrar dentro de aquéllas unidades ambientales tanto del litoral como de las consideradas áridas, pero dentro de lo representado como paisaje agrario de regadío, aprovechando la red hidrográfica del río, ramblas y aguas subterráneas, por una parte; y, por otra, como paisaje de secano que se encuentra al pie de las sierras que suele ser olvidado de forma reiterada.
Sin embargo, en nuestros días, este entorno territorial se ha convertido en un espacio periurbano de la ciudad de Almería, repercutiendo en él un fenómeno de dispersión espacial provocado por un fenómeno de aglomeración urbana de cierta complejidad estructural. De este modo, es fácil intuir lo que puede estar ocurriendo en este entorno inmediato a la ciudad: una tensión permanente entre el medio geográfico y el componente funcional de las distintas piezas que configuran el conjunto de la aglomeración. Queda de esta manera descrito el marco general en el cual nos sustentaremos, dando paso así al siguiente apartado.
2º EL LEGADO CULTURAL EN LA COMARCA.
En base a esta inicial presentación, constatamos que un vasto patrimonio heredado, creado por la suma de generaciones, se está desmoronando en las últimas décadas. Un patrimonio forjado en el medio rural por la acumulación de experiencias que los diferentes grupos humanos han ido dejando en este solar, y en el que se nos muestra todavía, a pesar del momento delicado por el que atravesamos ahora, una cultura agraria en consonancia con el medio natural. De ahí que constatemos como básicq la relación entre el patrimonio cultural y el patrimonio físico-natural, puesto que ha condicionado la originalidad de un territorio como el que estamos abordando, tanto desde lo puramente material como desde lo simbólico.
Por lo tanto, como ya decíamos: " Este espacio periurbano del Bajo Andarax reclama medidas de valoración del entorno desde una óptica más proteccionista y equilibrada, ya que los cambios de uso de suelo y la especulación urbana aceleran la degradación de un patrimonio rural históricamente reconocido, desaprovechándose unas potencialidades no sólo económicas sino también culturales y medioambientales debido a la fuerte atracción del beneficio rápido generado por las plusvalías especulativas"
Como decíamos en la presentación de esta ponencia, este segundo apartado se iba a caracterizar por mencionar aquéllas causas o motivos que han provocado esa falta de respeto hacia un legado cultural tan variado como es el del medio rural. A nuestro entender, las circunstancias que han generado esta situación las podemos tipificar desde dos puntos de vista: circunstancias de la historia reciente y circunstancias de carácter jurídico.
Circunstancias de la historia reciente: a) Las ciclos económicos de desarrollismo y expansión durante los años 60 y finales de los 80, que han favorecido el dilatamiento espacial de la ciudad. b) Porque el sistema urbano, aprovechando semejante coyuntura, desempeñó una fuerte atracción tanto desde el punto de vista funcional como cultural sobre la población del medio rural. c) Porque la actividad tradicional de la agricultura pierde su papel preponderante, relegándose a un segundo plano marginal, en beneficio del sector servicios. d) Este advenimiento originó, y sigue originando social y culturalmente hablando, un desarraigo existencial y una falta de identificación por parte de sus habitantes con un medio cada vez más transformado y cambiante. e) Como desenlace de todo esto, asistimos hoy a una fuerte degradación del paisaje rural producto del fenómeno de dispersión espacial provocado por la imposición del sistema urbano, constatándose casos de: una planificación territorial ambigüa y falta de criterios globales comunes a nivel comarcal y municipal, reducción del suelo no urbanizable a favor del máximo suelo urbanizable, parcelaciones ilegales y segundas residencias en suelo no urbanizable, zonas industriales sin unos mínimos equipamientos en terrenos agrícolas o de especial protección agrícola... f) En resumidas cuentas, comprobamos como la falta de una sensibilidad histórica y ecológica por parte de las instituciones concurrentes en este escenario, ha incrementado notablemente la progresiva degradación de un legado cultural tradicional.
Circunstancias jurídicas: a) Destacamos la demora temporal en la promulgación de la normativa estatal y autonómica en materia de Patrimonio Histórico. b) A pesar del avance indudable que ha supuesto esta normativa y su desarrollo en una reglamentación posterior, desde nuestra posición creemos que no se ha llegado a considerar esta parcela cultural del patrimonio histórico como un medio imprescindible de desarrollo , sobre todo, por las instituciones como Diputación, Mancomunidad de Municipios y Entidades Locales. c) La escasa participación directa y decidida por parte de cada una de las siete entidades locales ha sido generada, no sólo por su ignorancia sino también porque estas instituciones no eran titulares en la competencia de la ejecución sino sujetos cooperantes a la hora de la protección del patrimonio histórico. Su papel quedó por tanto relegado a un segundo plano para que la tutela máxima fuese asumida por la Comunidad Autónoma. d) De todo esto se desprende que la comunidad de los distintos municipios no ha asumido responsabilidades notables en la tutela de su patrimonio, porque no ha existido un medio preciso que incitara a la participación directa de las comunidades en lo relativo a la vinculación con su paisaje patrimonial.
3º EL PATRIMONIO HISTÓRICO COMO MEDIO DE DESARROLLO
Una vez que hemos enumerado las principales circunstancias que han favorecido ese deterioro de un legado cultural tan rico y variado, estamos convencidos de que la protección y gestión del patrimonio en el medio rural por parte de los municipios contribuiría al desarrollo endógeno de estas entidades menores.
Como ya apuntábamos en la descripción de la comarca, se aprecia en su historia hitos evidentes de su riqueza cultural: desde el enclave eneolítico del yacimiento de Los Millares, la situación de la Urci prerromana y romana, Bayyana como centro del período hispano-musulm-an hasta la aparición de Al-Miriya, la existencia de un variado e interesante número de construcciones eclesiásticas, el sistema de riegos y canalizaciones de las distintas fuentes de origen hispano musulmán, la existencia de los Baños de Sierra Alhamilla, pasando por la riqueza constructiva de la tipología troglodítica, las diferentes construcciones agrícolas de su época de esplendor durante la época contemporánea, construcciones civiles de cierta envergadura como son los puentes sobre el río Andarax, las vías pecuarias existentes todavía o la impronta del ferrocarril que permanece en esta comarca... Son muestras palpables de una riqueza que está aún viva en la mente de la colectividad. Por todo lo dicho, podemos decir que la riqueza patrimonial de esta comarca periurbana y rural, que ha cumplido históricamente la función de despensa agrícola de la ciudad de Almería, se encuentra en una situación crítica para su mantenimiento. Como consecuencia se comprenderá la urgente rehabilitación funcional y simbólica de este espacio ruralizado.
Desde el punto de vista práctico, no hace falta imaginarse el abanico de posibilidades en cuanto a la rehabilitación funcional. Por ejemplo, teniendo en cuenta lo que dicen Rodríguez Eguizabal y Traba Crende por sectores, se puede aplicar a nuestro caso: Para el sector primario: agricultura biológica, apicultura, ganadería autóctona, plantas aromáticas y tradicionales, recuperación y cuidado del patrimonio natural. En el sector secundario: artesanía y manualidades, industrias alimentarias, rehabilitación del patrimonio histórico, industrias de cosmética natural. En el terciario: actividades lúdico-educativas (granjas escuela, aulas de naturaleza, universidades verdes-centros de investigación, centros culturales, museos etnológicos, turismo verde no masificado); actividades asistenciales.
Para concluir este apartado y dar paso al de las Recomendaciones, sostenemos que la comarca del Bajo Andarax, previo conocimiento exhaustivo de sus recursos y posibilidades, podría ofertar un conjunto de oportunidades aprovechando su idiosincrasia paisajística.
4º RECOMENDACIONES
Quizás sea este el apartado esencial de cualquier ponencia en estas Jornadas. Para nosotros este apartado responde a la pregunta de cómo podemos actuar para que el factor cultural favorezca la relación entre el hombre y su medio. Para desarrollarlo hemos optado por la enumeración simple de las recomendaciones:
Deben ponerse en funcionamiento los mecanismos e instrumentos que consigan una participación más directa de las comunidades en la salvaguarda y disfrute de su patrimonio histórico, siendo el espacio ideal el municipio y la comarca.
Deben fijarse de forma precisa las competencias locales en esta materia del Patrimonio Histórico, por simple respeto a la autonomia local, añadiéndose un mayor reconocimiento de la labor que pueda ejercer la Mancomunidad con la ayuda de los servicios de Diputación.
Esta comarca debe ser estudiada desde diversos campos del conocimiento para comprobar cuáles son sus posibilidades reales de futuro al ser parte de la aglomeración urbana de Almería. En este sentido, es preciso y urgente que se elabore un Plan Especial de protección integral de la Comarca en el que se incluya por su peso específico al municipio de Almería.
Se debería conseguir una mayor sensibilización hacia la protección del patrimonio al igual que se ha conseguido una gran sensibilización por los asuntos de medio ambiente, fundamentalmente de los diferentes sectores sociales, políticos y económicos que viven y actúan sobre este territorio.
Hay que entender el espacio rural como un conjunto dinámico entre su territorio y su comunidad, siendo necesario para conseguirlo que las entidades menores reciban, a través de una descentralización adecuada, unos medios adecuados para lograr un desarrollo local y comarcal notable. De esta manera se podrá ampliar la problemática del Patrimonio Histórico más allá de los ámbitos estrictamente urbanos.
Como conclusión, sólo nos queda decir que el desenlace de esta ponencia recae en un comentario hecho por Antonio Gala, cuando dice : "Si mi población rural se convence de sus posibilidades, y la urbana del respeto que merece, haremos nuestro país más grande".