ENCUENTRO MEDIOAMBIENTAL ALMERIENSE: EN BUSCA DE SOLUCIONES

GESTIÓN DE RESIDUOS BARRA DE EXPLORACIÓN

DOCUMENTOS DE TRABAJO Y COMUNICACIONES

GESTIÓN DE LOS RESIDUOS GENERADOS POR LOS INVERNADEROS

Margarita Martínez Perales

Estudiante de Ciencias Ambientales, Almería

 

SOLUCIONES

La agricultura intensiva de los invernaderos es una de las fuentes de ingresos mas fuerte y consolidada de la provincia de Almería, pero a la vez provoca grandes impactos negativos difíciles de eliminar. Esta comunicación se centrará en el impacto de los residuos generados por los invernaderos, que son principalmente: plástico, materia orgánica y envases. Se hará un análisis de las medidas que se han tomado hasta ahora y las que se piensan tomar en un futuro, así como, se aportarán nuevas ideas que servirán para reforzar las medidas anteriores y minimizar el impacto sobre el medio ambiente.

 

ANALISIS

3.000 hectáreas del litoral de Almería se dedican a la agricultura en invernaderos y cada año son más los terrenos que se transforman para dedicarlos a esta actividad.

Plástico. Una gran cantidad de metros de plástico se emplean para estructurar un invernadero, además, hay que tener en cuenta, que cada dos o tres años este plástico se debe renovar. Un plástico más fino que el de la estructura del invernadero se utiliza para cubrir los planteles y evitar que se hielen al bajar las temperaturas.

Hasta hace algún tiempo cuando llegaba la hora de renovar el plástico, el agricultor lo desmontaba, lo apilaba en un rincón de la finca y simplemente lo quemaba; esto no solo producía un impacto sobre el ambiente por la emisión de humos a la atmósfera, sino también por la costra de plástico quemado que quedaba en la tierra y era tan difícil de desprender. El terreno tardaba bastante tiempo en recobrar su aspecto anterior.

Otra forma que tenía el agricultor de eliminar el plástico, y que todavía algunos continúan con ella, es arrojarlo a barrancos, ramblas, etc. Esto tiene como consecuencia la formación de nuevos vertederos, ya que un lugar en el que se ha arrojado plástico o cualquier otra basura parece invitar al resto de personas a tirar escombros, electrodomésticos y todo tipo de desperdicios. Todo ello atenta contra el paisaje, disminuye la salubridad del medio, puede contaminar acuíferos, por la percolación de agua que lave estos residuos; aumentar el riesgo de avenidas e inundaciones, al ser arrojados a zonas de desagüe y ramblas, pueden actuar como presa, reteniendo y acumulando el agua, para después ceder y producir los desbordamientos; pueden incluso llegar al mar.

Actualmente, se está dando solución al problema del plástico, con el reciclaje. Varias empresas de la provincia se ocupan de ello. La mayoría de las veces es el propio agricultor quien transporta el plástico hasta la fábrica de reciclaje, pero en ocasiones la falta de vehículo apropiado o la falta de tiempo hace que le sea imposible. Para estos casos, la empresa dispone de vehículos que pueden recoger el plástico y llevarlos hasta la planta de reciclaje; el agricultor paga un módico precio por el coste del transporte. También los ayuntamientos pueden poner en contacto al agricultor con transportistas autónomos que recogen el plástico y lo llevan a reciclar; igual que antes, el agricultor pagaría el coste del transporte.

 

Materia Orgánica. Después de cada cosecha, el agricultor retira las plantas y limpia el terreno para una nueva campaña. Los restos de las plantas los va apilando en un rincón de la finca para que se sequen y sea más fácil su manejo.

En un principio, estos restos se empleaban como comida para el ganado pero pronto se vio que no era muy aconsejable por la cantidad de productos químicos que contenían. Ha sido frecuente ver también como se quemaba junto al plástico o se tiraban a barrancos y ramblas.

En los últimos tiempos, se han propuesto varias alternativas para dar una utilidad a estos restos de materia orgánica.

Una primera alternativa sería convertir esta materia orgánica en abono de origen orgánico o compost; la idea es que el agricultor recoja los restos de plantas y los lleve a una empresa autorizada para su transformación y a cambio, esta le pague con abono orgánico. Si el agricultor no pudiera llevar los restos a la planta de transformación personalmente, igual que en el caso del plástico, la empresa dispondría de un servicio de recogida e igual que antes, el agricultor tendría que pagar el coste del transporte. Varias empresas de la provincia están interesadas en llevar a cabo esta idea, pero aún existen cabos sueltos en cuanto a poder asegurar una garantía sanitaria del abono, es decir, que no contenga productos químicos, ni virus de cosechas anteriores, los cuales podrían lastimar las nuevas cosechas.

Otra alternativa barajada es su transformación en forma de energía; como en el caso anterior, el agricultor llevaría su materia orgánica a una planta de transformación donde, esta vez, se sometería a presión y se empaquetaría, para poder ser quemada en una incineradora o utilizar esta energía calorífica en cualquier otra industria, por ejemplo, una planta de depuración de aguas residuales. Se tendría que trabajar a altas temperaturas para asegurar la garantía sanitaria y la no emisión de contaminantes (pesticidas) a la atmósfera.

Esta última propuesta parece ser la más aceptada; mientras se decide que hacer con esta materia orgánica, en muchos municipios se están destinando espacios para vertedero vegetal, así, al menos, no están arrojados en medio del campo.

Envases. En este apartado englobamos envases de pesticidas, de abonos y plaquetas de planteles.

Las plaquetas para planteles, que pueden ser de corcho o plástico, no crean ningún problema, ya que, vuelven a ser reutilizadas por los propios viveros o semilleros.

El verdadero problema lo crean los bidones y envases de plaguicidas y abonos, por que nadie hoy en día se hace cargo de ellos; únicamente, las empresas vuelven a aceptar los envases del ácido fosfórico por entrar en el precio el coste del bidón.

Algunos agricultores los entierran o los almacenan en algún lugar de su finca. También sigue siendo frecuente el encontrarlos formando parte del paisaje rural, pero, lo peor es que, estos bidones suelen contener algo de su producto inicial, que se puede verter y contaminar acequias, suelo e incluso poner en peligro a personas.

Una solución que se cree conveniente para este problema es la creación de una empresa especializada en tratar estos envases de forma que vuelvan a ser reutilizados en su antiguo fin o simplemente reciclarlos como producto plástico. El agricultor pagaría un tanto por ciento más al comprar pesticidas y abonos, por el tratamiento del envase. El principal problema al que se enfrenta esta idea es la gestión del agua de lavado de estos recipientes, ya que contendría una alta concentración en productos químicos.

 

SOLUCIONES

Aunque existen varios proyectos, muchos de ellos llevados a cabo, para minimizar el impacto producido por estos residuos (reciclaje, transformación en formas de energía, reutilización...), si nos damos una vuelta por el campo podemos advertir, todavía, formando parte del paisaje: montones de plásticos, pilas de matas secas, bidones tirados y abandonados, restos de frutos pudriéndose... En primer lugar, hablaremos de las ramblas, barrancos y zonas que no son propiedad privada; por esta última razón, nadie se va a ocupar de su limpieza, así, se hará cargo el ayuntamiento de cada municipio, organizando campañas de recogida de residuos y también facilitando la tarea a grupos voluntarios que estén dispuestos a organizarlas. Este punto es muy importante porque al igual que a mucha gente no le da reparo el seguir arrojando basura a lugares que ya están sucios, también, es verdad, que se frenan más cuando se trata de lugares limpios.

Una vez limpiadas estas zonas se establecerá un plan de vigilancia para evitar que vuelvan a arrojarse basuras y para detectar el vertido en caso de que se produjera de nuevo, intentando averiguar cual es el causante.

En el caso de fincas privadas, también se vigilará el tema de los residuos, intentando que el agricultor limpie sus terrenos y dar una gestión mejor a los residuos que estén por ahí tirados. En los casos que sea necesario se impondrán multas.

En este plan cobra especial importancia la imagen del inspector rural. Dependiendo de la extensión del municipio dedicada a la agricultura intensiva, se dispondrá de uno, dos o más personas ocupadas en esta misión. Su trabajo se realizará en el campo, principalmente, se convertirá en un mediador entre el ayuntamiento y el agricultor, informándole de cuales son sus deberes y derechos y fomentando un trato más particular.

Los ayuntamiento y centros educativos organizarán campañas de educación ambiental.

Fomentar los convenios entre municipios, de forma que todos nos ayudemos mutuamente. Un ejemplo de ello sería la creación, entre varios municipios, de una planta para tratar los envases y recipientes de pesticidas y abonos, acompañada de una planta de tratamiento de las aguas de lavado de estos envases.

En el tema de reciclaje de plásticos hay empresas que solo aceptan el plástico en determinadas condiciones, por ejemplo, el plástico que se utiliza para cubrir los planteles no lo suelen aceptar por arrastrar arena y restos de plantas. Se podría establecer un acuerdo entre el ayuntamiento y empresas que estén dispuestas a aceptar todo tipo de plásticos y recaiga sobre ellas la tarea de limpieza a cambio, por ejemplo, de que el ayuntamiento haga que los transportistas autónomos lleven el plástico a estas empresas.