ENCUENTRO MEDIOAMBIENTAL ALMERIENSE: EN BUSCA DE SOLUCIONES

PESCA Y ACUICULTURA BARRA DE EXPLORACIÓN

PONENCIA MARCO

EFECTOS DE LA PESCA POR DEBAJO DE LAS TALLAS MÍNIMAS

Jorge Baro Domínguez

Centro Oceanográfico de Málaga. Instituto Español de Oceanografía.

 

Las poblaciones marinas son recursos renovables, es decir que las pérdidas causadas por la mortalidad natural que les afecta es compensada por la incorporación de nuevos individuos producto de la reproducción de las especies. Resulta evidente que cualquier arte de pesca ha sido diseñado para obtener capturas de especies que puedan ser comercializadas y que, consecuentemente, genera una serie de mortalidades sobre las poblaciones potencialmente explotables. Por lo tanto, la pesca actúa sobre una población haciendo descender el número de sus supervivientes.

A medida que aumenta la explotación, por ejemplo por incrementos en el número de las unidades pesqueras, el número de supervivientes (la biomasa total) se hace menor. Es decir, un aumento en el esfuerzo de pesca provoca un descenso proporcional en el valor global de la biomasa. Niveles de esfuerzo muy elevados pueden llevar a la biomasa a niveles críticos, de manera que la tasa de renovación de la población que pueden generar los supervivientes, sea demasiado pequeña como para soportar las pérdidas generadas por la actividad de la pesca, llevando al colapso a la pesquería. En esta situación, aunque se experimenten disminuciones del esfuerzo de pesca no es posible obtener los mismos valores de captura que antes del desfondamiento del stock (figura 1).

Las relaciones stock-reclutamiento (entendiendo por reclutamiento el número de individuos jóvenes producidos anualmente) muestran que se puede llegar a un círculo vicioso: para una tasa de explotación muy elevada, un stock parental (reproductor) produce un nivel de reclutamiento que conduce a la obtención de un stock menor, este proceso reiterado en el tiempo provoca un empobrecimiento progresivo de la biomasa (figura 2).

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Figura 1. Relación teórica entre las capturas y el esfuerzo de pesca (f). La relación en forma de bucle muestra que al aumentar el esfuerzo de pesca la captura baja muy rápidamente (caso de pequeños pelágicos) y que una disminución del esfuerzo no permite obtener las mismas capturas que antes del desfondamiento de la pesquería (según CURY, 1991).

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Figura 2. Relación existente entre el índice de reclutamiento y el tamaño del stock parental para la anchoveta del Perú (A) y la sardina del Pacífico (B). Cada punto representa un año de observación (modificado de CURY, 1991).

 

En términos pesqueros la situación ideal es aquella en la que aplicando un nivel de esfuerzo dado (Fmax) obtengamos, de forma mantenida en el tiempo, las máximas capturas. Es decir, que en la relación teórica entre los rendimientos y los esfuerzos aplicados para conseguirlos (figura 3), alcanzáramos el nivel del "Rendimiento Máximo Sostenible" (RMS). La aplicación de esfuerzos mayores al del nivel del RMS provocan la sobrexplotación del stock, mientras que con esfuerzos menores el stock se encontraría subexplotado.

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Figura 3. Relación teórica entre la captura (C) y la captura por unidad de esfuerzo (CPUE), respecto al esfuerzo de pesca (f) y puntos del rendimiento máximo sostenible (RMS), según los modelos de producción.

 

Muchos de los stocks alrededor del mundo están sobrexplotados, en aguas de la Unión Europea se considera que todos los stocks de peces lo están (LASSEN, 1996) y en el caso concreto del Mediterráneo occidental, cada año se extrae un 50 % de la biomasa total de las principales poblaciones demersales (CADDY y GRIFFITS, 1990). En la mayoría de los stocks explotados en el Mediterráneo español el nivel del RMS ha sido ampliamente superado, sirvan como ejemplos que las reducciones necesarias en los niveles de esfuerzo en los stocks de merluza y salmonete, se consideran que deben ser de un 60% a un 85% para situarse en los correspondientes niveles del RMS (LASSEN, 1996).

La sobrexplotación puede entenderse tanto en términos de crecimiento (el crecimiento potencial de un stock no es usado al nivel óptimo) como en términos de fallos de reclutamiento (el reclutamiento se encuentra a niveles por debajo de los requeridos para sostener el stock). En muchas situaciones concurren ambos tipos de sobrexplotación, por lo que la situación de los stocks es especialmente delicada.

El principal objetivo de la gestión de las pesquerías es sostener las producciones pesqueras a lo largo del tiempo. Dado que los recursos explotados son renovables, el primer paso debe estar encaminado a mantener las poblaciones en unos niveles lo suficientemente elevados como para asegurar la autorenovación. Así, implícito a la gestión de las pesquerías hay un potente elemento conservacionista.

Aunque a veces los criterios económicos o políticos pueden primar sobre los biológicos, resulta claro que deben tomarse las medidas necesarias para garantizar la existencia continuada y la productividad de los stocks, habiéndose establecido diferentes normas para controlar los niveles de explotación. Puesto que existe una relación directa entre la mortalidad causada por la pesca y el esfuerzo ejercido para ello, estas normas van dirigida básicamente a regular los niveles de captura o bien a limitar con otras medidas el esfuerzo pesquero. Por lo tanto son dos los parámetros sobre los que se puede actuar: la mortalidad por pesca y la edad (talla) de primera captura.

Una de las variables a tener en cuenta para determinar la talla mínima de captura de una especie en un área concreta, responde a criterios puramente biológicos: la talla de primera madurez. Se trata de asegurar que los individuos de la especie en cuestión, puedan llegar a la talla o edad a la cual alcanzan la madurez sexual y, por lo tanto, puedan al menos reproducirse una vez. De esta manera se trata de asegurar un nivel suficiente del stock parental y evitar situaciones de sobrexplotación de reclutamiento.

Sin embargo, en muchas otras ocasiones el establecimiento de tallas mínimas va encaminado en primer lugar a mantener los niveles del RMS (cualquier incremento de la talla mínima produciría un aumento del RMS) y asegurar los rendimientos pesqueros, evitando situaciones de sobrexplotación de crecimiento (figura 4). En estos casos la talla mínima se establece en función de criterios técnicos, estando muy relacionada a la estimación de tamaños de malla óptimos en las redes que prevengan la captura de individuos por debajo de esa talla. Dicho de otro modo, regulando la selectividad de los artes mediante la autorización de determinadas luces de mallas se pretende la captura de productos pesqueros por encima de las tallas mínimas autorizadas.

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Figura 4. Curvas de rendimientos teóricas para el mismo stock en función de una mayor o menor talla de primera captura (Tc).

 

Sin embargo, la talla mínima fijada en función de una malla autorizada no siempre coincide con los criterios biológicos mencionados anteriormente. Este es el caso de numerosas especies en el Mediterráneo. Como ejemplos se pueden citar el caso de la merluza (Merluccius merluccius) y el besugo (Pagellus acarne) para los que están autorizadas tallas mínimas de 20 cm y 12 cm respectivamente, mientras que sus tallas de primera madurez han sido establecidas entre 28cm (machos) y 34 cm (hembras) para la merluza (RECASENS, 1992) y en 19 cm para el besugo (BARO, 1996).

En otras ocasiones no existe una concordancia entre las tallas mínimas y las tallas que son susceptibles de quedar retenidas por los artes de pesca. Esto ocurre en el caso de especies que pueden ser pescadas por diferentes tipos de artes y que, por lo tanto, tienen diferente selectividad.

Cuando la captura de un determinado arte es multiespecífica, resulta prácticamente imposible el establecer una medida de malla que satisfaga la captura de diferentes especies por encima de las tallas mínimas autorizadas. El ejemplo más patente lo constituye el caso del arte de arrastre, muy extendido en todo el Mediterráneo. Este arte está formado por dos partes fundamentales: un saco, de forma troncocónica, que se abre en una amplia boca, y dos alas o bandas que la limitan en los laterales Para mantener la boca abierta en sentido vertical, ésta va provista en su parte superior de flotadores y en la inferior de un burlón lastrado con plomos. Las puertas unidas por las malletas a los extremos de los calones de cada banda, son las encargadas de mantener la mayor abertura horizontal. El arte es arrastrado por el lecho marino capturando prácticamente todo lo que encuentra en su paso, escapando de la red solo aquellos individuos cuya talla es inferior a la de primera captura dada por la selectividad de la malla autorizada.

Resulta evidente que si los artes de arrastre son empleados en zonas de pesca donde conviven poblaciones muy diversas, cuyas estructuras de tallas son muy amplias, es inevitable que éstos capturen individuos por debajo de las tallas mínimas de muchas de ellas. Dado que las regulaciones de pesca impiden la venta y comercialización de los productos pesqueros por debajo de las tallas mínimas, las capturas que no cumplen la normativa son en la mayoría de las ocasiones devueltas al mar, constituyendo lo que se conoce como descartes.

En el Mediterráneo la magnitud de los descartes no alcanza el valor de las pesquerías más desarrolladas del Atlántico norte, sin embargo pueden llegar a suponer hasta el 50% del total capturado por la flota de arrastre dependiendo de las zonas y épocas del año. En concreto, en el Mar de Alborán se puede descartar entre un 34% y un 56% del total capturado, de los que entre un 11% y un 39% corresponden a especies de interés comercial (CARBONELL, 1996). El principal problema de los descartes es que cuando éste se produce, los individuos arrojados de nuevo al mar ya han muerto, con lo que los efectos positivos (evitar la sobrexplotación) que se pretenden conseguir con el establecimiento de una talla mínima no se obtienen.

Para paliar en lo posible las deficiencias de las regulaciones basadas en la determinación de tallas mínimas de captura, se prevé en la legislación pesquera otro tipo de medida que atenúe los efectos de la mortalidad pesquera sobre las clases de tallas (o edades ) más jóvenes, que es la de establecer áreas vedadas a la pesca.. Existen zonas que por sus características oceanográficas son propicias para el alevinaje de muchas especies. La prohibición de pesca en estas áreas, resulta eficiente para proteger áreas de cría contra la explotación, para reducir los niveles de captura de los individuos de tallas más pequeñas y para mejorar las estrategias de explotación. Además, estas áreas pueden ser determinadas por razones conservacionistas, aunque el principal problema de las reservas marinas es que evidentemente, ni las masas de agua, ni los animales están limitados por fronteras arbitrarias impuestas por el hombre. Las áreas protegidas deben ser dirigidas a preservar una especie concreta, un hábitat específico o una comunidad determinada y deben ir acompañadas de medidas paralelas como la reducción del esfuerzo, para paliar en lo posible que exista un cambio en la distribución espacial del esfuerzo pesquero, intensificándose el mismo en un área no protegida que pueda contrarestar los efectos positivos anhelados.

Otra medida reguladora, que acompaña en numerosas ocasiones a la anterior, es la establecer vedas temporales de pesca. Estas vedas pueden ser particularmente útiles para proteger a ciertos componentes del ecosistema durante etapas críticas de su vida (épocas de puesta, migraciones,...) o para evitar capturas accidentales de especies cuyas distribuciones se solapan en el tiempo (y en el área) con las de las flotas.

Como se comentó anteriormente la captura indiscriminada de las tallas más pequeñas de las especies, puede provocar una serie de consecuencias en las estructuras de las poblaciones cuyos efectos se traducen tanto en una disminución de los rendimientos pesqueros, como en la aparición de estados de sobrexplotación que alteren las relaciones stock-reclutamiento, pudiendo causar el colapso de ciertas pesquerías.

Para mejorar en lo posible los patrones de explotación de los stocks de las especies, parece necesario el profundizar en el conocimiento de medidas técnicas que favorezcan el buen estado de los recursos. Así, además de la prohibición de ciertos métodos de pesca que inciden directamente sobre las fases juveniles de las especies (artes de playa), la implantación de vedas espacio-temporales o la reconversión de ciertas flotas a métodos de pesca más selectivos, resulta necesario el introducir modificaciones en los artes de pesca (por ejemplo el arrastre) para que aumenten la capacidad de seleccionar su captura tanto al nivel de tallas como de especies.

Igualmente, un mayor conocimiento de las distribuciones espaciales y temporales de las especies y de las flotas que las explotan, así como de los diferentes componentes de flotas (dirigidas preferentemente a la captura de un cierto grupo de especies) que puedan encontrarse en aquellas que utilizan un mismo arte, permitiría la adopción de medidas técnicas más consistentes y coherentes particularizadas a determinados sectores de la flota, evitando en lo posible generalizaciones de menor eficacia.

 

REFERENCIAS.

CARBONELL, A., 1997. Discards of the western Mediterranean trawl fleets. Contract DGXIV-MED/94/027.

BARO, J., 1996. Biología pesquera del besugo [Pagellus acarne (Risso, 1826)] del Mar de Alborán. Tesis Doctoral. Universidad de Málaga. 228 pp.

CADDY, J: F: et R. C. GRIFFITHS, 1990. Tendances récentes des pêches et de l’environnemnet dans la zone couverte par le Conseil général des pêches pour la Méditerranée (CGPM). Etudes et revues, Conseil général des pêches pour la Mediterranée, No. 63. Rome, FAO 1990. 92 pp.

CURY, P., 1991. Les contraintes biologiques liées à une gestion des resources instables. IN: CURY, P. et C. ROY (Eds.), 1991. Pêcheries Ouest Africaines. Variabilité, Instabilité et Changement. Paris: ORSTOM (Ed.), 1991: 506-518.

LASSEN, H. (Ed.), 1996. Report of the group of independent experts to advise the European Commission on the Fourth Generation of multi-annual guidance programs. 28 March 1996.

RECASSENS, L., 1992. Dinàmica de les poblacions i pesqueria del lluç (Merluccius merluccius) al Golf de Lleó i la mar catalana. Tesis Doctoral. Universitat de Barcelona.