ENCUENTRO MEDIOAMBIENTAL ALMERIENSE: EN BUSCA DE SOLUCIONES

MEDIO AMBIENTE Y SOCIEDAD BARRA DE EXPLORACIÓN

DOCUMENTOS DE TRABAJO Y COMUNICACIONES

EDUCACIÓN AMBIENTAL: UN ANÁLISIS PERTINENTE E IMPERTINENTE

Isabel Criado Fernández, Manuel Carmona Powell

GRUPO ECOLOGISTA MEDITERRÁNEO

 

Resumen: Se analiza de forma global las actuaciones de educación ambiental promovidas por distintos colectivos sociales y la administración, planteandose la necesidad de eludir inercias y modificar estrategias para conseguir mayor eficacia en este proceso educativo.

 

1- LA EVALUACIÓN ESTA REÑIDA CON UNA ACTITUD A LA DEFENSIVA

Tras analizar y valorar la actuación en materia de educación ambiental que ha venido realizando la asociación ecologista a la que pertenecemos, nos hemos atrevido a extrapolar los resultados al resto de la mayoría de los colectivos sociales, considerando que las novatadas encantadoras o desalentadoras sufridas por casi todos los que nos dedicamos a estos menesteres, se reiteran ya durante demasiado tiempo y lo que en un principio parecían acciones idealistas y divertidas, se están volviendo estereotipadas y tediosas.

Desafortunadamente en muy pocas ocasiones hemos promovido que la finalidad de la educación ambiental consiste en potenciar a los ciudadanos unos cambios en sus actitudes y conductas que, mediante un análisis crítico, fomenten su propia responsabilidad y participación en la resolución de problemas ambientales en cooperación con los demás.

Creemos que las asociaciones, aunque cargadas de buenas intenciones y habiendo conseguido logros destacables en la divulgación de los valores naturales ó la problemática y conservación del medio ambiente, carecen de un método y técnicas de trabajo que la educación ambiental requiere: realización de un proyecto para cada actividad, clarificación de objetivos, estrategias para llegar a los destinatarios designados, análisis de los recursos disponibles, evaluación continua,... Señalemos algunos ejemplos muy comunes:

- Denominar «campaña de educación ambiental» a editar un folleto o pegatina sobre un espacio natural o una especie protegida y centrarse en el clásico enfrentamiento con la administración competente, mientras que la población limítrofe se inhibe y desentiende.

- Organizar una conferencia o proyección de temática ambiental, a la que asistirán exclusivamente los propios asociados o simpatizantes (por supuesto, ya concienciados).

- Llevarnos a un grupo de niños al campo, confundiendo lo que siempre ha sido una excursión, eso sí, aderezada de ciencias naturales, con una actividad de educación ambiental.

- Realizar actividades de repoblación con especies forestales, dirigidas principalmente a escolares, sin que se prevean sistemas de mantenimiento y seguimiento de la reforestación, lo que conllevará con toda probabilidad que la plantación no arraigue, con la consiguiente frustración de los participantes.

Quizás pueda parecer un análisis duro, pero los resultados obtenidos para fomentar y desarrollar la E.A. en nuestro país son muy pobres. Recordemos que uno de los pilares de la E.A. es propicia un espíritu crítico y que el primer paso para solventar un problema o deficiencia es reconocer que está existe.

 

2. LA APORTACIÓN DE LAS COLECTIVOS SOCIALES A LA EDUCACIÓN AMBIENTAL

Las asociaciones de tipo juvenil, cultural, ecologista, de defensa de los consumidores, vecinales, deportivas,... colectivos sindicales y políticos, todas ellas, en sus diferentes ámbitos de actuaciones, desde la diversidad de planteamientos, de prioridades y talantes, tienen algo en común, canalizan la participación ciudadana en una sociedad mayoritariamente pasiva, pretendiendo con mayor o menor acierto, la consecución de unos objetivos legítimos que estos grupos entienden que favorecen el bienestar de la población. Se asemejan, también, principalmente las primeras, en la escasez de militantes o colaboradores, carencia de recursos y una debilidad organizativa que origina la falta de consolidación o debilitación paulatina del movimiento asociativo en nuestro país.

Para invertir esta tendencia resulta fundamental que los colectivos sociales se mantengan sin caer en el desencanto o apatía; que asuman, a pesar de muchas ingratitudes, su papel imprescindible en la sociedad actual y dediquen mayor tiempo a su organización y formación interna a fin de optimizar al máximo sus posibilidades. Así mismo, es importante que la Administración apoye a las entidades ciudadanas dotándolas de locales y medios técnicos para su funcionamiento, facilitando el acceso a la información, propiciando su preparación técnica y organizativa, fomentando el voluntariado y, por supuesto, implicándolas en el diseño y ejecución de actuaciones tendentes a la conservación y mejora del medio ambiente.

Analicemos brevemente la aportación de estos colectivos a la educación ambiental:

 

Asociaciones Juveniles y Culturales.

Estos grupos suelen aprovechar fechas conmemorativas como el «Día Mundial del Medio Ambiente», «Día del Árbol»,... para realizar algunas actuaciones puntuales, principalmente con la población escolar. También fomentan o participan en campañas institucionales de concienciación ciudadana.

 

Asociaciones de Aire Libre y Deportivas.

Los Clubes y Asociaciones referidas necesitan para su práctica del medio natural: acampadas, montañismo, senderismo, espeleología, vuelo libre, cicloturismo... Estos colectivos suelen ser muy sensible al deterioro del entorno en donde realizan sus actividades. Desarrollan una interesante labor de divulgación de los valores de la montañas y de promoción de deportes de bajo impacto ambiental.

 

Asociaciones de Vecinos.

Sus posibilidades de actuación e influencia son considerables. El medio ambiente habitual de gran parte de los ciudadanos es el entorno urbano y los problemas de contaminación atmosférica y acústica, de tráfico, de carencia de zonas verdes, suciedad, etc., necesitan de la participación de los afectados en la búsqueda de soluciones. Podríamos destacar algunas actividades puntuales como la demanda de instalación de contenedores y papeleras, acondicionamiento de plazas y jardines, plantaciones populares de árboles, campañas de limpieza, organización de charlas y coloquios sobre temas medioambientales, etc.

 

Asociaciones de Defensa de los Consumidores.

No es difícil preveer la clara consolidación y grado de influencia sobre los hábitos de consumo de los usuarios que van a tener estas asociaciones, en cuanto a información de productos afectados por la futura reglamentación de «etiquetaje verde», asesoramiento y control sobre aditivos, conservantes, hormonas... utilizados en la industria alimentaria, análisis comparativos de productos, recomendaciones para reducir el consumo energético y un largo etcétera.

 

Colectivos Sindicales.

La actuación de las principales centrales sindicales en cuanto a su posicionamiento en asuntos medioambientales resulta de difícil evaluación. Por un lado, y como ejemplo, se ve con temor que exigencias legislativas sobre emisiones, contaminación o residuos genere temor de clausura o cierre de factorías y aumento del desempleo; y, por otro lado, las posibilidades de generación de empleo que se augura para las empresas y servicios relacionados con el medio ambiente y la necesidad de velar por la salubridad, seguridad, y en resumen, por la calidad de vida de los trabajadores.

 

Partidos Políticos.

Los Grupos Políticos como instrumento imprescindible para la participación democrática, desempeñan un papel fundamental en nuestra sociedad. Un análisis superficial con respecto al posicionamiento y talante mostrado en los asuntos medioambientales, y sin querer entrar en las legítimas diferencias ideológicas que ofrece el panorama político español, nos muestra una preocupación, al menos teórica, por la problemática medioambiental de nuestro país, según puede traducirse del contenido de los programas electorales o en la creación de un ministerio, consejería o concejalía específica de medio ambiente. En la práctica, la visión no es tan nítida, una actitud veleta, dependiendo de que se esté actuando como partido responsable del gobierno de una administración o como grupo en la oposición, ofrece comportamientos contradictorios ante el diagnóstico, evaluación de las deficiencias ambientales y sus posibles soluciones, así como en el reparto de responsabilidades. Los grupos provinciales de medio ambiente de los principales partidos tienen un ritmo de trabajo claramente ascendente durante los procesos preelectorales, para caer en una pereza crónica el resto del año.

Con respecto a la formación medioambiental de sus militantes de base y fundamentalmente de los que ejercen alguna responsabilidad política, principalmente alcaldes y concejales, el trabajo está pendiente de realizarse.

Creemos que el proceso de desarrollo e implantación de la educación ambiental en nuestra sociedad está condenado a la marginalidad si los planteamientos que propugna no son asumidos, o al menos debatidos, por los dirigentes de los partidos políticos más representativos. El implicarles puede suponer la adopción a medio plazo, de disposiciones legales que faciliten la reducción de problemas medioambientales «cotidianos», como por ejemplo, dificultar los envases superfluos, involucrar a las empresas fabricantes de productos contaminantes en su recogida y reciclaje, o evitar el desmantelamiento de nuestra red ferroviaria. Y son los colectivos sociales, como movimientos organizados y con proyección social, los que mejor pueden influenciar y reconvertir a los responsables políticos para que realicen una gestión medioambiental más comprometida.

 

Grupos ecologistas entre el catastrofismo y la utopia:

Estas asociaciones por su origen y objetivos estatutarios son de las asociaciones que desarrollan una mayor dedicación a la educación ambiental.

 

El popurrí ecologista: :

Los integrantes del movimiento ecologista español, desde su nacimiento a mediados de los setenta, provienen, por una parte, de naturalistas, principalmente aficionados a la ornitología y amantes de la naturaleza en general, y por otra, de comisiones de afectados por centrales nucleares o industrias contaminantes. A partir de ahí han surgido numerosos grupos, principalmente de ámbito local y cuya actuación empieza a ampliarse a la conservación del patrimonio histórico-artístico, así como al desarrollo de propuestas para la planificación de los recursos naturales.

Su composición variopinta, su escasa capacidad organizativa y el reducido número de asociados, ha tenido como consecuencia que muchos grupos, que se formaron a raíz de un problema determinado, desaparezcan en un breve espacio de tiempo.

Sus planteamientos en demasiadas ocasiones han sido sesgados, dogmáticos y catastrofistas, circunstancias que han contribuido a implantar una imagen muy extendida de los grupos ecologistas como contrarios al desarrollo económico, enemigos del progreso o «añorantes del cuaternario».

 

Los ecologistas "modernos":

En los últimos años, asistimos a un profundo replanteamiento de los postulados y estrategias del movimiento ecologista, al menos de los más serios, basado en:

- La defensa del medio ambiente y el respeto a los procesos básicos de la biosfera, no sólo no es un impedimento para el progreso, sino que es requisito indispensable para garantizar un desarrollo sostenido en el tiempo, basado no exclusivamente en el crecimiento cuantitativo de la economía, sino en la mejora del nivel y la calidad de vida de los ciudadanos.

- La solución de las deficiencias medioambientales no pueden venir únicamente por parte de algunos políticos lúcidos, de técnicos sensibles o de voluntariosos ecologistas. Debe ser fruto de la conciencia y acción colectiva de la mayoría de los ciudadanos.

- Los problemas medioambientales no pueden plantearse solamente desde la perspectiva de la defensa a ultranza de cierto hábitat ecológico o de alguna especie amenazada como prioridad absoluta, obviando factores sociales, económicos, legales, geográficos... Hay que traspasar el debate meramente naturalístico a un discurso que plantee propuestas de actuación en el campo energético, en ordenación del territorio, transporte, agricultura, industria, etc, posibilitando un desarrollo que garantice la preservación de los recursos naturales y la calidad de vida.

 

3- LA ACTUACIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN:

Las gestiones realizadas, promovidas o tuteladas por la administración o por empresas asociadas, tendentes a estimular la participación activa de los ciudadanos en la conservación del entorno, se basa, principalmente, en la instalación de contenedores de papel o vidrio y recogida de pilas.

El balance, salvo honrosas excepciones, no puede considerarse positivo, la sensación es que se gestionan con poco rigor y con escaso seguimiento y continuidad. Es demasiado habitual la imagen de contenedores para el reciclado que se desbordan y no se recogen, con un aspecto sucio y descuidado y sospechas en auge sobre si el destino final de los contenidos, en demasiadas ocasiones no será el vertedero. Suelen aparecer en las calles de repente, como si fueran hongos gigantes, sin que nadie explique el porqué y para qué. En definitiva consideramos muy grave el daño y deterioro de imagen y credibilidad para "la causa" que con lleva esta deficitaria gestión.

Hay actividades mas maduras en el ámbito educativo y un intento con mayor o menor fortuna de propiciar un voluntariado ambiental por parte de la Consejería de Medio Ambiente. Es justo mencionar la receptividad de esta, a las iniciativas promovidas por distintos colectivos. Se hecha en falta una mayor autonomía por parte de las Delegaciones Provinciales y la realización de materiales de apoyo a la educación ambiental más personalizados a la realidad ambiental de cada provincia, en detrimento, por poner un ejemplo, de los recursos destinados a bonitos carteles, con un valor unicanente estético o publicaciones excesivamente técnicas o científicas.

 

4- CON LOS PIES EN EL SUELO.:

Es fundamental tener presente que los planteamientos que propugna la educación ambiental está dificultada no solo por los intereses creados de ciertos grupos, mas o menos definidos y con demostrada influencia, como pueden ser las multinacionales, el Banco Mundial, o algunas corporaciones políticas o empresariales. También por los modos de pensamiento y comportamiento establecidos en la mayoría de nuestra sociedad, muy vulnerable a un consumismo excesivo, derrochador y, también hay que decirlo, muchas veces tentador.

Modificar hábitos tan arraigados y tan «poco ecológicos» de nuestra sociedad cuesta mucho. Por este motivo, los que trabajamos por la educación ambiental sufrimos un «pequeño drama», basado por un lado, en asumir que todo proceso educativo tiene un desarrollo lento, paulatino; y por otro, que el deterioro medioambiental es tan rápido que la evaluación de los daños queda inmediatamente desfasada. Creemos que esa descompensación puede corregirse si centramos nuestros esfuerzos en los sectores con capacidad de decisión: gestores de instituciones y entidades, técnicos, empresarios, responsables políticos,... (los objetivos y el diseño de este Encuentro Medioambiental va encaminado en este sentido).

Por otra parte hay que intentar que una buena parte del resto de la sociedad aporte y demande soluciones a la problemática medioambiental. En este sentido son muy significativas los resultados de diversas encuestas realizadas, que reflejan una creciente preocupación de los españoles por el deterioro del medio ambiente y la necesidad de supeditar el desarrollo económico a la conservación del entorno. Sin embargo, muy pocos son capaces de indicar agresiones concretas que se produzcan en su lugar de residencia. En cuanto a responsabilidades, culpan principalmente a la administración de la degradación ambiental y sólo una minoría es consciente de la parte que le corresponde como persona individual. Conclusión: Si no conocen, o se asumen como tales, las deficiencias medioambientales más inmediatas, ¿qué aportación pueden hacer en su resolución?. En este sentido y para contribuir a subsanar esta realidad, pudríamos poner como ejemplo el material realizado por el GEM: audiovisual "Una Tierra Almeriense para Vivir" sobre la situación medioambiental de la provincia y material divulgativo como "45 cosas que los almerienses podemos hacer por el medio ambiente","Manual para domingueros encantadores" o folletos informativos para erradicar el consumo de pescado inmaduro.

 

5- EL VALOR DE LOS INCENTIVOS

Estamos convencidos que para favorecer los cambios de actitudes de amplios sectores de la ciudadanía, con respecto a la relación con su entorno, no hay nada más motivable que una serie de incentivos de carácter legislativo y de reglamentación. La reflexión sería la siguiente: ¿que resulta más eficaz? seguir demandando la instalación de contenedores de vidrio para todas las calles de una localidad, o volver al envase retornable, reglamentando para que los establecimientos expendedores cobren por los envases y establezcan un sistema de reintegro. En definitiva volver a "devolver los cascos" y suprimir esa estafa económica y ecológica del envase no retornable.

Continuando con similar símil liquido, estaría gravar sustancialmente las latas de aluminio, cuyo proceso de extracción y fabricación demanda gran cantidad de energía, genera una considerable contaminación y loas indices de recuperación o reciclaje son actualmente ridículos. La regla sería: mismo contenido y similar cantidad en distintos continentes, distinto precio, botellín 125 ptas, lata 300 ptas.

No hay mas que ver como algunos supermercados cobran por las bolsas, para observar como los usuarios se aprovisionan de cestos, carritos, cajas o reutilizan bolsas de anteriores compras. Resumen: incidiendo en el bolsillo de los ciudadanos la concienciación llega antes y es más eficaz.

Las posibilidades de esta estrategia son inmensas: vehículos menos contaminantes igual a menos impuestos. Pilas botón a precio de oro (llenas o descargadas). Fontaneros que arreglan perdidas de agua domesticas a precio simbólico o razonable, como un servicio complementario de las empresas que gestionan el sector. Promociones, ofertas, descuentos,... destinados a los consumidores desde frigoríficos sin CFC o lavadoras que ahorran agua, energía o detergente, pasando por bombillas de bajo consumo, pinturas ecológicas,... y un largo etcétera.

Otro tipo de incentivos, en este caso no remunerados, irían encaminados a propiciar nuevos valores o talantes. Favorecer una postura que para unos sería progresista, para otros solidaria o sencillamente para ir con los nuevos tiempos. Estos ciudadanos presumen de utilizar bastante el transporte público o la bicicleta, de rechazar amablemente envases superfluos, de colaborar con alguna ONG, o preferir productos elaborados en su entorno.

 

6- LA NECESIDAD DE UN MARKETIG AMBIENTAL

Para que la apuesta de la E.A. no tenga visos de marginalidad, de moda pasajera o de consignas de "ecologistas coñazos" es recomendable asumir algunos preceptos de la economía de mercado, sin que esto signifique "venderse al sistema". En concreto nos referimos a técnicas publicitarias o de marketing. ¿Por qué no empezar a implantar en la E.A., términos como: oferta y demanda, mercado potencial, clientes,...? ¿a caso no queremos y tenemos que vender un "producto": calidad de vida, planificación de recursos,...? ¿Por qué no modificar muchos hábitos y tendencias muy arraigados en nuestra sociedad de consumo, utilizando los mismos medios con los que se nos quiere convencer de las ventajas de la sociedad actual?.

Esto no es contractorio con ser realistas y asumir que siempre habrá "clientes" dispuestos, predispuestos e imposibles.

Es fundamental desterrar en las actuaciones que se realicen de E.A. los programas o folletos "cutres" (se puede editar barato, a una o dos tintas, pero con gusto y aprovecharse de las nuevas aplicaciones informáticas de diseño gráfico). Eludir consejos o sugerencias de difícil o improbable aplicación hasta por el que los propone, utilización de mensajes claros, sin abrumar con mucha información, buscando la colaboración de creativos y diseñadores (en nuestro país se realiza una publicidad de reconocido prestigio internacional).

Un aspecto que consideramos básico en cuanto a estrategia, es no caer en el catastrofismo estéril o alarmismos, que alienta la sensación de que esto no hay quien lo arregle, o promueve un conformismo cómodo que justifica que los seres humanos no tenemos remedio y nos merecemos las barrabasadas pasadas, presentes y venideras. Afirmación cuanto menos desconsideradas con los indudables avances sociales y tecnológicos de nuestra era, producto en tantas ocasiones del esfuerzo solidario de muchos. Y sobre todo, hay que aplicar mucho tacto y sentido común.

 

5- PROPUESTAS Y CONSIDERACIONES FINALES

1- Aceptar proyectos, no ideas: Toda iniciativa de E.A. bien sea promovida por una institución, entidad o colectivo social debe apoyarse en un proyecto, incidiendo especialmente en:

* Unos objetivos concretos, claros y medibles. Hay que empezar a desterrar ambigüedades tipo:"concienciar a toda la población", "dar a conocer a los ciudadanos", "difundir entre los habitantes la necesidad de",...

* Destinatarios: Las actuaciones de E.A., funcionan cuando se sabe muy bien a quien se dirigen. Solo conociendo el territorio y su población es posible diseñar actuaciones razonables. Es necesario planificar distintas estrategias en base al sector de población o destinatarios al que nos dirigimos.

2- los programas de E.A. deberían centrarse, que no exclusivizarse, en la población adulta, con especial incidencia en los sectores con mayor capacidad e influencia para resolver los problemas: políticos, empresarios, representantes de colectivos sociales y profesionales, técnicos, personal docente,...

3- Priorizar las actuaciones de E.A., encaminadas a divulgar entre los ciudadanos ubicados en nuestro ámbito de actuación, la problemática más cercana, es decir, la asociada a los sectores económicos predominantes en la localidad donde se vaya a actuar: minería, agricultura o ganadería intensiva, turismo, industrias diversas, etc., así como los déficit ambientales del entorno urbano y del medio natural, propiciando y estimulando colectivamente medidas que pudieran solucionar o minimizar los impactos en el medio.

4- Propiciar las actuaciones conjuntas y la coordinación entre los servicios de la administración: Consejería de Medio Ambiente, Educación, Concejalías de Medio Ambiente y colectivos sociales. Mediante un directorio actualizado de ámbito provincial y con una serie de compromisos mutuos que comprometerían a la red establecida. La coordinación y secretaría de esta propuesta debería llevarla el Dpto. de E. A. de la Consejería de Medio Ambiente.

5- Sugerir apoyo institucional para la elaboración de materiales adaptados a la realidad ambiental de nuestra provincia y sus problemas específicos (erosión, desertificación, problemas originados por la agricultura intensiva o las extracciones de mármol, etc.)

6- Favorecer la utilización de técnicas de comunicación y marketing e implicar a los profesionales de este sector a colaborar y asesorar con los colectivos sociales en el diseño de estrategias de comunicación y difusión.

 

REFERENCIAS Y DOCUMENTACIÓN UTILIZADAS

- CLAVERO SALVADOR, Juan (Federación Ecologista-Pacifista Gaditana): «La defensa del Medio Ambiente desde las Asociaciones». III Encuentro Programa Juventud y Medio Ambiente.

- NOVO, María: «Pedagogía y medio ambiente. Guía de educación ambiental». Programa de Enseñanza Abierta a Distancia. (UNED) (1986).

- MATE, Leonor: «Así opinan los españoles del medio ambiente». Revista Ecología y Sociedad, nº 1. (Marzo, 1992)

- DE CASTRO, Ricardo (Agencia de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía): Perfil sociológico de las asociaciones, ecologistas y juveniles andaluzas. (1987).

- ASUNCIÓN, María del Mar (ADENA, WWF): Encuestas y actividades de educación ambiental realizadas por los grupos ecologistas.

- CARMONA POWELL, Manuel ; CRIADO FERNÁNDEZ, Isabel. (Grupo Ecologista Mediterráneo) "Guía Práctica de Educación Ambiental para Asociaciones"(1996) Edita: Junta de Andalucía. Consejería de Medio Ambiente.

- GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, Pedro J.: «Imagen y comunicación de programas culturales. El marketing cultural». Curso de Formación de Agentes de Promoción Cultural. Escuela Pública de Animación Sociocultural de la Junta de Andalucía; Ayuntamiento de Sevilla. (Marzo, 1993).

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- CRIADO FERNÁNDEZ, Isabel y CARMONA POWELL, Manuel: «Iniciación a la Educación Ambiental». I Curso de Formación Interna del GEM (Abril, 1991).

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- CARMONA POWELL, Manuel: La Educación Ambiental: La visión de las asociaciones no gubernamentales. Recursos ambientales en el sudeste español. (Junio, 1992).

- MEDRANO CABRERIZO, Federico: «Evaluación de los programas de Educación Ambiental». VIII Aula de Ecología. Almería, 1994.

- VILA VILLA, Reyes (Agencia de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía): «Una década de educación ambiental en Andalucía. Panorama general». II Congreso Andaluz de Educación Ambiental. (Marzo, 1994).

- DE CASTRO MAQUEDA, Ricardo: «Modelos y Estrategias para el cambio de actitudes y comportamientos ambientales». II Congreso Andaluz de Educación Ambiental. (Marzo, 1994).

- CLAVERO SALVADOR, Juan (Confederación Ecologista-Pacifista Andaluza [CEPA]): «Una década de Educación Ambiental en Andalucía: Valoración y perspectiva desde el ámbito social». II Congreso Andaluz de Educación Ambiental. (Marzo, 1994).

- CARMONA POWELL, Manuel (Grupo Ecologista Mediterráneo). Medio Ambiente y Sentido Común. Revista el Eco de Alhama (Diciembre 1997).