José Ángel Navarro Castillo |
Ingeniero Técnico Agrícola. Miembro del Departamento de Ecología y Medio Ambiente del Instituto de Estudios Almerienses |
RESUMEN
Puesto que la agricultura intensiva es una de las actividades, sino la actividad más importante hoy por hoy en nuestra provincia, este trabajo intenta reflejar cuales son los aspectos más destacables desde el punto de vista medioambiental, qué se está haciendo a nivel general en este sentido, y proponer posibles alternativas de cara al futuro. Se propone la producción integrada y la agricultura ecológica como objetivos deseables basados en el trabajo que desde hace seis años se está realizando, en este caso desde la iniciativa privada.
INTRODUCCIÓN
Desde hace más de quince años se está hablando de la implantación de sistemas de producción que utilicen agentes biológicos como forma para el control de plagas y enfermedades. Uno de los caballos de batalla de la agricultura ha sido siempre el control fitosanitario y así a medida que se producían innovaciones tecnológicas se han ensayado aplicaciones en este sentido: a principios de siglo se experimentó con corrientes electricas, campos electromagnéticos, distintos tipos de radiaciones, frecuencias, etc. Pero lo que sin duda ofreció un resultado rotundo fue el avance de la industria química y así se produce este gran desarrollo de la agricultura a partir de la segunda mitad de siglo, avances jalonados de indudables éxitos y también bastantes dificultades. Una de estas esas dificultades fuera de problemas de resistencias, eficacia, etc., es la repercusión en la salud y en el medio ambiente.
A nivel general en la década de los noventa resulge una preocupación por la salud y el medio ambiente como consecuencia de los problemas especulativos que el desarrollo descontrolado está produciendo: disminución de poblaciones animales para comercio, tala de selvas, vertidos industriales en ríos y costas, alteración de habitats de especies animales y plantas, variación en la composición de la atmósfera, etc. Ante esto, se ha comenzado por parte de los gobiernos a legislar para controlar la repercusión de la actividad humana en el planeta. En esta linea, la utilización de plaguicidas está siendo controlada por los estados, sobre todo de cara a la presencia en productos comestibles, aunque ya se intentan tomar medidas globales como es el caso del bromuro de metilo. El gasto en fitosanitarios en Andalucía era en el año 1996 superior a 22.000 millones de pesetas, un cuarto del consumo nacional; casi otro cuarto de este valor es en insecticidas. El consumo en fertilizantes en el estado español es de unas 2.000 toneladas, gastando Andalucía unas 450 toneladas.
HACIA UNA AGRICULTURA MÁS RACIONAL
La agricultura en general y concretamente la nuestra, altamente tecnificada, ha sufrido incrementos en las producciones muy importantes. El crecimiento está motivado por mejores estructuras, técnicas culturales adecuadas, fertilización dirigida y control fitosanitario eficaz. El crecimiento de estos últimos treinta años ha sido rápido y descontrolado sin existir planificación tanto en la producción como en la comercialización. Según datos oficiales, las exportaciones de hortalizas españolas en 1996 fueron de casi 2.900.000 toneladas; en la campaña 96/97 casi un millón de toneladas fueron exportadas desde Almería.
En este momento la demanda de los mercados centroeuropeos y norteamericanos exige unas normas de calidad desde antes incluso de la plantación. Por este motivo la mayor parte de las comunidades autónomas están legislando en este sentido, con normas de caracter técnico y subvencionando tanto la producción ecológica como integrada. Esto requiere apoyo técnico y control administrativo, por lo que se crean las Agrupaciones para el Tratamiento Integrado en Agricultura (ATRIA), Institutos Técnicos de Gestión Agrícola (IGTA), Agrupaciones de Defensa Vegetal (ADV), Agrupación de Sanidad Vegetal (ASV), también en agricultura ecológica el Comité Regulador de Agricultura Ecológica (CRAE), con sus distintos organismos autónomos competentes. A nivel internacional desde que fuera fundada en 1953 la Organización Internacional de Lucha Biológica e Integrada contra los Animales y Plantas Dañinos (OILB), se sientan las bases de lo que debiera ser un desarrollo respetuoso con el medio, y desde 1977 ofrece su reconocimiento en este sentido a organizaciones de productores que cumplan con unos requisitos mínimos.
EL MEDIO AMBIENTE
Los problemas medio ambientales generados por la agricultura intensiva en Almería son diversos:
Transformación del paisaje: la puesta en producción de fincas implica la mayoría de ocasiones la roturación y nivelación del terreno, terraplenados, aporte de suelo fértil, arena, a veces el estrechamiento desvío de ramblas (lo cual es un riesgo al cual no se presta atención y que pudiera algún día tener fatales consecuencias), construcción de estructuras de cultivo y almacenes.
Utilización del agua: el agua es el recurso imprescindible y del que mejor uso hace la agricultura intensiva, la sobreexplotación de pozos da lugar a la pérdida progresiva de calidad en la costa, y la fertirrigación con sales inorgánicas son un desecho contaminante.
Control de plagas y enfermedades: el uso de productos químicos ha sido la forma más rápida y eficaz de control fitosanitario. Al tratarse de uno de los aspectos más delicados por la proliferación de organismos patógenos en un clima y un medio ideal, se ha buscado un efecto contundente y la mayoría de ocasiones se ha abusado de los productos plaguicidas, auspiciados por el afán vendedor de las casas comerciales.
Eliminación de residuos: la actividad agraria intensiva genera gran cantidad de basuras, materiales de construcción, plásticos, envases, sustratos, restos de vegetales, etc. El grado de contaminación de cada uno de ellos es variable y a veces no suficientemente tenido en cuenta: el tipo de residuo va desde aquellos que pueden ser eliminados de forma natural buscando el lugar apropiado para ello, a los que precisan de un procesado para su reutilización, o los que necesitan una destrucción controlada.
SOLUCIONES
La propia dinamicidad del sector agrícola almeriense está haciendo que se busquen soluciones a medio plazo. También las desde la Unión Europea, el Estado y la Comunidad Autónoma se legisla en este sentido, y la mayoría de ayuntamientos tienen en marcha sus "planes de higiene rural" y de ordenación de la actividad agrícola. Los agricultores a título individual van concienciandose de la problemática, ante todo porque muchas veces están sufriendo las consecuencias, y los centros comercializadores han visto en la planificación y limpieza de las instalaciones una forma de dar buena imagen y mejorar la producción.
Pero habiéndose iniciado un camino que hace diez años parecía difícil, queda aún demasiado por hacer.
Planificación: el crecimiento no debe de ser descontrolado. La generación de riqueza no debe de convertir a las administraciones en agentes pasivos y es su obligación prever el futuro dotando de servicios la actividad agrícola y a la auxiliar, industrial y servicios. La planificación según las competencias pasa por definir la forma y ubicación de las explotaciones , agrícolas comerciales o industriales, accesos, vertederos, normas sanitarias. Es necesario precisar más los espacios a proteger y las formas de actuación, obligando al cumplimento efectivo de la normativa correspondiente.
El agua: por suerte y por necesidad es uno de los aspectos en los que más se ha avanzado, los proyectos de conexión interprovincial parecen ser realizables, haciéndose necesaria la recarga de los acuíferos de los cuales quizás nunca sepamos su potencialidad a no ser llegando a una situación irrevesible. Recoger las aguas de lluvia y permitir la adecuada circulación de la escorrentía, investigar y promocionar la reutilización de las soluciones salinas aplicadas a los cultivos y planificar su eliminación, es necesario de cara al futuro.
Reutilización: sería adecuado potenciar el recliclado para fines diversos de materiales como plásticos o sustratos, también en caso de los restos vegetales tanto para compostaje o con fines energéticos. Según datos de la Consejería de Medio Ambiente, Almería genera 474.883 toneladas de desechos de plantas.
Lucha química: el uso de plaguicidas debe ser solo una forma más de control fitosanitario, perfectamente establecida y bajo un criterios técnicos bien definidos en cuanto a forma de actuación y eficacia. Debería de tenderse a favorecer las medidas culturales, modernización de estructuras y productos respetuosos con las personas y el medioambiente.
LUCHA INTEGRADA
En la década de los noventa la Junta de Andalucía, empresas privadas y ultimamente la mayoría de sociedades cooperativas han mostrado interés en lo que se ha dado en llamar "lucha integrada".
Según la definición de la OILB (Ávila, J., 1997):"la Producción Integrada es un sistema de explotación agrario que produce alimentos y otros productos de alta calidad mediante el uso de recursos naturales y de mecanismos reguladores para reemplazar los insumos contaminantes y para una producción agrariamente sostenible.
Se hace especial énfasis en el enfoque holístico del sistema que incluye la totalidad de la explotación agraria como la unidad básica, en el papel cerca de los agrosistemas, en los ciclos de nutrientes equilibrados y el bienestar de todas las especies de producción animal. La conservación y mejora de la fertilidad del suelo y de la diversidad del medio ambiente son componentes esenciales de este sistema de producción.
Se equilibra cuidadosamente el empleo de métodos biológicos, químicos y técnicos considerando la protección del medio ambiente, la rentabilidad y las demandadas sociales".
De forma más resumida Smith y Van der Bosch (de Belles, X., 1988) definen la lucha integrada como: "la combinación armónica de todas las técnicas para minimizar económicamente los daños causados por las plagas, con la mínima pertubación del medio ambiente".
Las acciones llevadas a cabo en este sentido han sido desde la invesgación, también de caracter político y motivadas fundamentalmente por los mercados consumidores de hortalizas.
Así, la Junta de Andalucía promulga el "Decreto 215/1995, sobre producción integrada en la agricultura y su indicación en productos agrícolas", con la Orden de 26 de Junio que lo desarrolla, estableciendo el reglamento general y posteriormente específicos para fresa y tomate.
En estos años la investigación aplicada ha sido llevada a cabo desde la administración por parte del CIFHA de la Mojonera, estos trabajos ante todo han conducido a un mejor conocimiento de las plagas y a la difusión de esta problemática entre los agricultores.
Desde el sector privado en Almería han trabajado varias empresas: Koppert, Ciba-Bunting (actualmente Novartis), SunSaver. Las lineas de trabajo desde el punto de vista de la sanidad de los cultivos que en definitiva ha sido el gran caballo de batalla son:
- En unos casos se ha intentado prioritariamente la introducción de artrópodos enemigos de plagas como base del programa de ensayo, siguiendo un esquema similar al utilizado en los paises centroeuropeos de forma habitual y con grandes resultados; se ha visto que aquí no es rentable: la masiva presencia de plagas por la benignidad del clima y por el tipo de estructuras, así como la falta de control (también en la adaptación de auxiliares), la falta de aislamiento exterior, entre otros, han hecho que este modelo no sirva para nuestras condiciones.
- También se ha buscado la adaptación de determinadas lineas de químicos menos agresivos para el medio, en combinación con depredadores de forma complementaria, lo cual al menos individualiza y hace más racional el tratamiento fitosanitario con un necesario seguimiento técnico en lo que se podía entender como una "lucha dirigida".
- En otros casos sólo se ha tratado de hacer una selección de productos así como del momento de su aplicación para bajar considerablemente de los límites permitidos. Está claro que a pesar de insuficientes todas estas tendencias están siendo positivas y finalmente todo ello ha derivado en varias lineas de trabajo en campo: por lo general controlar por parte de cooperativas la utilización de agroquímicos ( también fertilizantes, fitorreguladores, desinfectantes), y producir de forma más limpia. En esta linea han surgido empresas que certifican ante el cliente final que estos aspectos han sido tenídos en cuenta, y de la misma forma las cooperativas buscan un sistema de homologación oficial de calidad similar a la de cualquier otro proceso productivo.
- De otra parte está quien asesora a productores individuales sobre las técnicas de control integrado y al mismo tiempo suministra productos adecuados para la producción integrada o ecológica. En definitiva este es el tipo de productor cuya concienciación muchas veces va más lejos que la referencia del precio en una pizarra.
AVANCES EN LOS ÚLTIMOS AÑOS
La década de los noventa está suponiendo un avance considerable tanto en la superficie de producción intensiva bajo plástico en la provincia como en la técnica de cultivo. En este momento se cree que la superficie puede estar en torno a las 28.000 hectáreas.
En estos años el agua ha sido una de las mayores preocupaciones y se han acometido grandes obras de entubamiento e interconexión, existiendo una mayor sensibilización en cuanto a su aprovechamiento, se han hecho grandes embalses y se está cuidando su recogida; ya practicamente todas las instalaciones cuenta con sistema de riego por goteo.
Las estructuras son mejores, más ventiladas, amplias, por lo que los problemas de enfermedades y por tanto el uso se fungicidas es menor, se utilizan mallas anti-insectos. Se ha mejorado la duración de los plásticos para cubierta más allá de los tres años, cuando hace poco se utilizaban con la mitad de duración lo que suponía el doble de residuos, y se tiende a eliminar los amarillos que por el contenido en metales pesados son más contaminantes.
Comienzan a aparecer un nuevo tipo de estructuras industriales normalmente del tipo multitúnel que mejoran los rendimientos, aislando del exterior los cultivos y manejando mejor el clima interior, de forma que se prima el rendimiento y la calidad frente a las grandes superficies de invernadero más difíciles de controlar en todos los sentidos.
Se ha extendido el uso de métodos biológicos insecticidas naturales como el Bacillus thuringiensis, trampas cromotrópicas, feromonas, se utilizan de forma masiva abejas y abejorros para la polinización sobre todo en tomate. El uso de polinizadores sí ha marcado a partir del 1991 con el abejorro un hito importante al ser muy rentable su utilización por calidad del producto y ahorro en mano de obra, ya que a parte de eliminar la aplicación de fitorreguladores ha obligado al agricultor a preocuparse por conocer las plagas los productos fitosanitarios y focalizar el tratamiento de forma que no afecte al insecto beneficioso.
La limpieza de instalaciones y accesos, y la eliminación de muchos de los vertederos incontrolados es otro de los avances positivos.
AGRICULTURA ECOLÓGICA
Si el control integrado es complejo en nuestra condiciones, la agricultura ecológica ha sido ampliamente cuestionada; pero frente al sistema convencional de producción cuenta con una ventaja: las personas que en este momento la practican son la mejor garantía del éxito. Se trata de agricultores que van más allá del aspecto económico y sin olvidar la rentabilidad de la explotación se desenvuelven en otros parámetros productivos. No hablamos de grandes idelogías pseudoreligiosas de teorías biodinámicas ni de paraciencia. Sino de agricultores que ha nivel práctico suprimen de sus fincas todos aquellos agentes sospechosos de producir un daño medioambiental y por tanto contra la salud de los seres vivos. Aquí la rentabilidad hay que medirla con una vara distinta, una vara mucho más ancha en la que cabe el respeto al entorno, y todo lo que eso conlleva.
En la práctica hay que decir que las producciones no son tan espectaculares como en los cultivos convencionales, que las plagas actuan y al mismo tiempo los enemigos naturales. Conseguir el equilibrio es una labor en la que el agricultor es protagonista. Se recurre para ello a un conocimiento más íntimo de la planta, del entorno, de las condiciones climáticas, de enfermedades, plagas y de los ciclos respectivos.
Gran parte de la problemática de este sistema de cultivo en el entorno de la agricultura intensiva de Almería proviene de la cercanía de las explotaciones y del riesgo de contagio en general. No obstante la experiencia recogida durante estos cuatro últimos años demuestra que también es posible la agricultura ecológica en estas condiciones. Así, en este momento contamos con unas 7 hectareas de cultivo ecológico reconocidas por el CAAE (en el entorno de los invernaderos), y algunos agricultores más interesados en inscribirse o en fase de reconversión. Este interés ha motivado la aparición de una cooperativa a la que pertenecen agricultores de las comarca de El Poniente, La Alpujarra, y El Andarax.
CONCLUSIONES
A modo de resumen de todo lo expuesto podemos decir que:
Aunque se está avanzando positivamente desde el punto de vista medioambiental, en los sistemas convencionales de agricultura bajo plástico, es necesario de todas las partes que intervienen en el contexto agrícola y especialmente las administraciones públicas competentes, medidas de apoyo hacia lo que debería ser un sistema de producción integrada.
Tanto los sistemas de producción integrada como ecológica son perfectamente adaptables a las condiciones de la agricultura almeriense, si bien la primera debería ser una meta identificadora en el futuro del sistema de producción intensiva de la costa de Almería y la agricultura ecológica podía significar un sistema de producción más adecuado a las condiciones del interior de la provincia.
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