Alfonso Ruiz García |
Profesor de Historia. Coordinador del Gabinete Pedagógico de Bellas Artes. |
INTRODUCCIÓN.
Si el objetivo final de este Encuentro Medioambiental es poder analizar la calidad de vida de los almerienses y si desde una perspectiva medioambiental mantenemos un modelo de desarrollo compatible y de futuro, debemos debatir si hemos conseguido realmente ciudades y pueblos saludables, entendidas como humanas y respetuosas con el medio ambiente y con la memoria cultural sobre la que se asientan.
En este sentido el análisis del grado de conservación del Patrimonio Histórico Artístico será un termómetro magnífico para comprobar ese objetivo básico del estado actual: el bienestar del ciudadano en el marco de un Estado social y democrático.
El término Medio Ambiente tiene, pues, hoy un sentido amplio, como conjunto de elementos cuyas complejas interrelaciones establecen el contorno y las condiciones de vida del individuo y de la sociedad. Ese entorno no está sólo formado por elementos naturales, como aire, agua, animales... sino también por el medio transformado por el mismo hombre, como el Patrimonio Histórico y el espacio urbano. Sólo la carencia de perspectiva integral del Patrimonio Histórico determina el divorcio existente entre políticas patrimoniales y medioambientales. El hilo para unir ambos campos del Patrimonio es el territorio, tal como manifiesta la Carta sobre Patrimonio y Desarrollo en Andalucía (1996).
La aldea global abarca también el pequeño territorio heredado de nuestros antepasados y donde se desenvuelve nuestra actividad diaria, y cuyo uso incontrolado o abuso puede embargar el futuro de generaciones venideras. El concepto de desarrollo sostenible implica un cambio profundo de nuestros hábitos.
1.- El PATRIMONIO HISTÓRICO COMO IDENTIDAD CULTURAL
A) Evolución conceptual.
Desde una perspectiva amplia el Patrimonio Histórico podemos definirlo como el conjunto de elementos naturales o culturales, materiales o inmateriales, heredados del pasado o creados en el presente, en donde un determinado grupo de individuos reconoce sus señas de identidad. Se constituye así como en el DNI de una comunidad, una riqueza colectiva como elemento de unidad (nacionalismo) pero también de diversidad, en cuanto producto de la convivencia de distintos pueblos y culturas sobre un mismo solar. Asimismo es la explicitación del concepto de permanencia que el hombre necesita para trascender y encontrar la clave de su sentido de la vida.
Hasta hace poco el Patrimonio Histórico era un tema limitado a ciertas élites intelectuales, estudiosos o eruditos, mientras que desarrollo era sinónimo de urbanización especulativa, donde la ciudad actual se superponía sobre el arrasamiento de la preexistente bajo la bandera del progreso. En cambio en los últimos tiempos la consolidación del modelo de Estado del Bienestar, característico de las sociedades democráticas europeas del siglo XX, ha originado una creciente demanda ciudadana de bienes culturales por la generalización de la educación y el aumento del tiempo libre. En España además el fenómeno se ha potenciado con la reclamación de identidad cultural por el Estado autonómico creado por nuestra Constitución Española de 1978.
Así el Patrimonio Histórico se ha constituido en un eje vertebrador de la identidad andaluza e instrumento de cohesión social, apreciándose en su extraordinaria riqueza el resultado histórico de la diversidad étnica y cultural. El Patrimonio Histórico se ha proyectado así como el testimonio material de un conjunto de valores espirituales.
El concepto de conservación del Patrimonio Histórico es un brillante logro cultural de las últimas décadas, más allá de los tradicionales "monumentos o antigüedades" (obras artísticas muy relevantes en relación con un hecho singular). La conservación se reducía a "tesoros" o manifestaciones artísticas relevantes con 200 o 300 años de antigüedad, que podían figurar como estrellas de la Guía Michelin. Era la pobre visión del pintoresquismo turístico, que hoy ha sido sustituido por el término más amplio de Bien de Interés Cultural, concepto creado por la Convención de La Haya de 1954.
Por ello el art. 1 de la Ley de Patrimonio Histórico de 1985 realiza una definición extensiva de Patrimonio Histórico, englobando a inmuebles y objetos muebles de interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico o técnico. Ahora no sólo los grandes monumentos o tesoros forman parte del Patrimonio Histórico sino también los yacimientos arqueológicos, iglesias, castillos, casas antiguas, libros de bibliotecas y documentos de archivos, máquinas o instrumentos, viejas costumbres y leyendas de nuestros abuelos y las artesanias que elaboran con sus manos...
B) Tratamiento constitucional y desarrollo legal.
Cultura y sociedad aparecen así profundamente interrelacionadas, donde la sociedad es productora y producto de la cultura. Aún partiendo de la idea de que en la sociedad capitalista la cultura es una mercancía que refuerza los hábitos de consumo, hoy se le suma la noción de instrumento de la libertad. En nuestro texto constitucional hay una íntima conexión entre el individuo y la cultura pues su personalidad se desarrolla en sociedad.
Efectivamente el art. 1.1 de la Constitución Española de 1978 proclama que España es un "Estado social y democrático de derecho", y por ello debe facilitar a los ciudadanos la participación en todos los ámbitos de la vida humana, entre ellos la cultura. El Estado social es también el Estado de la cultura. Ello implica una intervención del Estado para satisfacer unas necesidades vitales que desarrollen la personalidad humana. Es la visión de una administración intervencionista y prestacional, típica del modelo de Estado del bienestar, que se concreta en la obligación de conservación y enriquecimiento del Patrimonio Histórico como un derecho fundamental del título I.
El Patrimonio Histórico se transforma así por vía constitucional en instrumento para perfeccionar la personalidad de los ciudadanos y ha de garantizarse su disfrute y puesta en valor. Este matiz de ir más allá de la mera conservación y protección de los bienes materiales en favor de un acercamiento, difusión y disfrute por los ciudadanos, se recoge en el art. 44.1 de la C.E. ("los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho"). El complemento será el art. 46, donde se incorpora la conservación del Patrimonio Histórico como uno de los principios rectores de la política social y económica.
Según el 148.1.16 su gestión es una competencia delegada y exclusiva de la Comunidad Autónoma andaluza, recogiéndose en el art. 13.27 del Estatuto de Autonomía de Andalucía, sin perjuicio de las competencias exclusivas estatales en la lucha contra la exportación y expoliación de nuestros bienes culturales, la difusión internacional del conocimiento de nuestros bienes y el intercambio e información con otros estados y organismos internacionales. (149.1.28 C.E.).
El balance es encontrarnos con que las competencias sobre Patrimonio Histórico son compartidas entre el Estado y las Comunidades Autónomas, debiendo aquel fijar sus facultades y el resto corresponderá a la gestión de las Comunidades Autonómas. La prevalente ley estatal para la delimitación competencial es la Ley del Patrimonio Histórico Español de 25-6-1985, y su desarrollo a nivel autonómico será la Ley del Patrimonio Histórico de Andalucía de 3-7-1991.
Esa obligada cooperación entre nuestras administraciones públicas se amplía a las administraciones locales, que deben cooperar en la ejecución, gestión y conservación del Patrimonio Histórico comprendido en su término municipal, además de elaborar planes específicos de protección urbanística en los municipios.
C) Los Bienes de Interés Cultural.
Dentro de la amplitud y diversidad de bienes integrantes de nuestro Patrimonio Histórico el concepto de BIC es una categoría ligada a una intervención administrativa más intensa, con una singular protección y tutela.
Sin embargo la promulgación de la Ley del Patrimonio Histórico Andaluz de 1991 amplió la tipología con dos nuevas figuras, bienes incritos con carácter genérico o específico, que lleva consigo en este caso la delimitación del entorno y el establecimiento de unas normas particulares.
El resultado es la convivencia de dos legislaciones sobre protección del Patrimonio Histórico:
a) Bienes relevantes a nivel andaluz.
. Bienes con inscripción genérica. Declaración por el Director General de Bienes Culturales.
. Bienes con inscripción específica. Declaración por el Consejero de Cultura
b) Bienes relevantes a nivel nacional: BIC, declarable por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ya que remite a una ley nacional. Pero administrativamente su declaración es más fácil que la inscripción específica por no exigir delimitación del entorno ni normas particulares.
La relación provincial de BIC declarados incluye básicamente, con arreglo a la Disp. Adic. 2ª de la Ley del Patrimonio Histórico español, los castillos y fortificaciones, los edificios con escudos heráldicos y las sedes de museos y archivos históricos, completándose con una serie de iglesias y edificios significativos de la capital (Catedral, Conventos de las Claras y las Puras, iglesias de Santiago, San Juan y Virgen del Mar, Escuela de Artes y Delegación del Gobierno) y abundantes iglesias en la provincia (la Encarnación de Cuevas y Vélez Rubio, San Ginés de Purchena, Santa María de Mójacar, Anunciación de Serón, Convento de los Agustinos de Huécija y la ermita - mezquita de Fiñana).
En cambio todos los expedientes incoados con inscripción genérica han caducado por el transcurso del plazo legal, abarcando una amplia relación de iglesias de la provincia y edificios de la capital en relación con el desarrollo económico del siglo pasado. Es incomprensible esta situación que obliga a reiniciar todo el expediente de incoación, justificándose únicamente por la total saturación administrativa de información de los expedientes a nivel de Sevilla, y por una lentitud de respuestas de la administración en la tramitación de los expedientes de declaración.
La incoación de expediente para la declaración de BIC y la inscripción con carácter genérico o específio determina la medida cautelar de aplicación provisional del mismo régimen de protección previsto para los bienes ya declarados (suspensión de licencias municipales de edificaciones o demolición, y las obras urgentes previsarán de autorización). La declaración exige informe de una institución consultiva autonómica experta en materia de Patrimonio Histórico. En el caso de bienes inmuebles además se dispondrá la apertura de un período de información pública y se dará audiencia al Ayuntamiento interesado.
Los efectos resultantes de la declaración de bien inscrito son:
a) La inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico.
b) La obligación de los propietarios de facilitar la inspección por los organismos competentes, el estudio por los investigadores y la visita pública al menos cuatro días al mes en días y horas previamente señalados.
c) Un inmueble declarado BIC es inseparable de su entorno, no pudiendo ser desplazado o removido salvo por fuerzas mayor o interés social.
d) Un bien mueble declarado de interés cultural se convierte en "extra comercio" en el sentido del art. 1271 del Código Civil (no pueden transmitirse por título o gratuito, ni cederse a particulares o a entidades mercantiles). Sólo podrán ser enajenados o cedidos al Estado, a entidades de Derecho Público o a otras instituciones eclesiásticas. Son bienes imprescriptibles (según 1955 Código Civil) e inexportables.
En el caso de bienes inmuebles declarados BIC el efecto urbanístico básico es la obligación municipal de redactar un Plan Especial de Protección del área afectada por la declaración, obligación no excusable por un planteamiento previo. La aprobación de tal Plan Especial requiere el informe favorable de la Consejería de Cultura, y hasta tal aprobación el otorgamiento de licencias o la ejecución de las otorgadas requiere resolución favorable de la Consejería.
El órgano periférico de administración provincial del Patrimonio Histórico es la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura, cuyo órgano consultivo de apoyo será la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, presidida por el Delegado Provincial y donde participan técnicos de la propia Delegación, representantes de la Consejería de Obras Públicas y Transportes, Ayuntamientos y Colegios de Arquitectos y Universidad, además de profesionales de reconocido prestigio.
Esta Comisión Provincial asesorará e informará en caso de autorizaciones para actuar en bienes del Patrimonio Histórico, propuestas de catalogación o declaración de BIC, declaración de Zonas de Servidumbre Arqueológica o cualquier asunto en que sea requerido por el Delegado Provincial, quién tomará la decisión resolutoria.
D) La protección jurídica.
La defensa del Patrimonio Histórico es una obligación constitucional de nuestra administración recogida en el art. 46 de la Constitución Española, garantizándose mediante la técnica penal y desde la potestad sancionadora administrativa.
Los principales ataques contra el Patrimonio Histórico provincial son básicamente:
a) Los expolios de yacimientos arqueológicos, realizados por auténticas "mafias" organizadas que se mueven con total impunidad y cuyos integrantes son considerados en algunos casos como eruditos locales. La gran riqueza de yacimientos arqueológicos, en su mayoría sin excavar ni estudiar, favorece esta actividad, muy lucrativa ante la amplia demanda del mercado clandestino, aunque en muchos casos el coleccionista es el propio expoliador. En la mayoría de los casos encontramos los agujeros del daño causado pero no los autores.
b) El derribo o alteraciones de viviendas en el Casco Histórico protegido en el marco de operaciones urbanísticas especulativas.
c) El avanzado estado de abandono de nuestro Patrimonio Industrial, ligado al desarrollo minero del siglo pasado, carente de cualquier tipo de protección administrativa e infravalorado a nivel social, salvo el caso testimonial del Cable Inglés de Almería, así como el Patrimonio Etnológico y Popular, producto de la cultura secular, minusvalorado hasta fechas recientes como símbolo de atraso y subdesarrollo.
Las medidas específicas a tomar podrían ser con carácter general:
1.- Creación de una Fiscalía específica para la protección del Patrimonio Histórico Artístico, que persiga los delitos contra el mismo.
2.- Superación del criterio del valor de las cosas como elemento determinante de la tipicidad penal, pues nos referimos a bienes que sobrepasan el ámbito material y los daños causados son irreparables, superior al valor de mercado.
3.- Coordinación máxima entre el grupo del SEPRONA de la Guardia Civil con los técnicos de la Delegación de Cultura, así como cursos de formación y sensibilización en materia de lucha contra el expolio, dirigidos hacia los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
4.- Pero especialmente se necesita una sensibilización de la sociedad almeriense para asumir la responsabilidad hacia su propia memoria histórica. La efectividad sancionadora para un rechazo social como elemento básico de protección, asumido ese rechazo como compromiso social.
Un problema añadido es la dificultad de aplicar y demostrar ante las instancias judiciales de la ilicitud penal en relación con el Patrimonio Histórico. El principio de mínima intervención penal conlleva una dificultad de concretar esa gravedad notaria o actuación dolosa exigida en el art. 321 Código Penal o la actuación a sabiendas de la autoridad o funcionario público del 322. Esa imprecisión legal determina la dificultad de aplicar el sistema penal, reduciéndose el mecanismo a una simple sanción administrativa en función del daño causado, cuando en realidad hay una grave disparidad entre el valor económico y el valor cultural. El resultado es una mínima porción de delitos, aunque la reforma del Código Penal estableciendo la nueva figura delictiva es muy reciente, de Noviembre de 1995, para valorar sus resultados.
E) Identidad cultural del Patrimonio Histórico almeriense.
Entrando de pleno en las peculiaridades de nuestro Patrimonio Histórico almeriense hemos de destacar su evidente personalidad. Si tradicionalmente englobaba los monumentos y tesoros de gran relevancia histórica y riqueza artística, en el caso concreto de nuestra provincia la grave crisis económica sufrida por nuestro territorio a comienzos de la Edad Moderna con los terremotos, la expulsión morisca, la peligrosa costa frente a la amenaza pirata o berberisca o el carácter periférico de su situación geográfica, determinan que prácticamente hasta el siglo XIX, con el "boom" económico de la minería y la exportación de uva y esparto, nuestra provincia no sea especialmente "rica" en Patrimonio Histórico en su sentido tradicional (monumentos, bienes muebles...).
Efectivamente, sí podemos hablar de una correspondencia clara entre la riqueza y variedad del Patrimonio Histórico y sus bienes culturales integrantes, con respecto al desarrollo económico, y en este sentido Almería carece de la importancia de otras provincias en cuanto a las etapas clásicas y significativas del desarrollo artístico: Renacimiento y Barroco, períodos donde el carácter de frontera peligrosa con respecto al mar Mediterráneo y la falta de espectativas económicas, determina que los ejemplos sean escasos.
En cambio habrá tres etapas especialmente brillantes en cuanto a las manifestaciones históricas - artísticas de nuestra provincia, dotándola de una indudable personalidad en el ámbito andaluz y nacional y sirviendo de complemento a otras etapas históricas que muestran una menor huella cultural.
a) La Prehistoria y colonizaciones. Nuestra provincia presenta una gran riqueza en yacimientos arqueológicos, sean abrigos con pinturas rupestres en la comarca de los Vélez, Los Millares, multitud de poblamientos relacionados con la cultura argárica, poblados ibéricos, colonias relacionadas con el comercio mediterráneo... mostrando unos niveles de desarrollo técnico a la cabeza del conjunto peninsular. La cercanía de la costa y la explotación minera serán motores del desarrollo almeriense.
b) La civilización islámica. La presencia musulmana en nuestra provincia prácticamente abarca a todos los municipios con desigual relevancia, fundamentalmente ligada a sístemas de fortificaciones y antecedentes urbanísticos. Desde la incipiente Bayyana emiral hasta las múltiples manifestaciones nazaríes, será un período especialmente rico pero tradicionalmente menospreciado, donde la tradición secular de "tesoros de los moros" esconde el valor popular de restos antiguos pero también poco relevantes.
c) El siglo XIX. El espectacular desarrollo económico del siglo pasado gracias a la fiebre minera de la explotación de plomo e hierro en nuestras sierras de Gádor y Almagrera, junto con la comercialización al exterior del esparto y la uva de Ohanes, determinan un crecimiento demográfico y una amplia variedad de bienes culturales como testimonio de una sociedad aburguesada y próspera: viviendas, arquitectura del ocio, instalaciones mineras, patrimonio tecnológico, pinturas...
La arquitectura privada o doméstica del siglo XIX será muy representativa en nuestros municipios, pero su protección debe ser impulsada a nivel local por los propios ayuntamientos, ya que no nos encontramos con "monumentos" protegibles desde la propia Consejería a nivel de BICs sino sólo como elementos identificativos del Patrimonio Histórico local.
Pero además Almería destaca por la gran variedad de comarcas y espacios naturales, oscilando desde ámbitos en los campos de Níjar hasta zonas de alta montaña a los pies de Sierra Gádor, María o Nevada. Esa diversidad implica una gran riqueza de Patrimonio Etnológico y Popular, en forma de viviendas, molinos, sistemas de almacenamiento, sistemas hidraúlicos, aljibes, cerámica, técnicas agrícolas..., insuficientemente estudiados salvo por contadas monografías, pero que merecen un tratamiento específico como parte fundamental de la memoria colectiva de los almerienses. Ese Patrimonio Etnológico y Popular se ha conservado por el atraso económico y la carencia de industrias como señas históricas de identidad almeriense.
Debemos concienciar al ciudadano almeriense de que este Patrimonio Etnológico, Arqueológico e Industrial son identificativos de nuestra provincia, y con grandes posibilidades como recurso territorial, prácticamente sin explotar. Es un error remitir siempre a iglesias y conventos, la arquitectura religiosa en general del Renacimiento y Barroco, como opción única del Patrimonio Histórico Artístico, en una clara dependencia de modelos sevillanos o foráneos.
2.- SITUACIÓN ACTUAL DEL PATRIMONIO HISTORICO ALMERIENSE: DIAGNOSTICO
La radiografía sobre el estado de salud de nuestro Patrimonio Histórico puede comenzar con un texto ya clásico referido a nuestra capital, pero que simboliza los graves problemas heredados. Fernando Chueca Goitia nos daba hace 20 años una lacónica descripción del patrimonio arquitectónico y urbanístico almeriense en su obra "La destrucción del legado urbanístico español".
"La ciudad decimonónica, modesta y humilde... tenía el encanto de los puertos coloniales que viven alejados de la metrópolis y cuya salida es el mar... Pero Almería ha tenido que sufrir un mal administrado progreso perdiendo todo su viejo encanto, que a duras penas puede refugiarse en algunos perdidos rincones o en la mansedumbre de la Plaza Vieja. El progreso ha traido la dura pugna entre la Almería horizontal de ayer y la estrepitosa Almería vertical de hoy, y naturalmente ha vencido la vertical hasta un punto que produce congoja. No ha sido respetado ni siquiera el entorno de la Catedral, cuya sólida y maciza torre ha sido aplastada por insolentes rascacielos al igual de lo que le pasa a la neoclásica iglesia de San Pedro el Nuevo. Hubiera sido facilísimo llevar la ciudad moderna, con otros modelos y alturas, al este de la Rambla del Obispo Orberá, que por sí mismo constituía un coste natural. Pero, como siempre, ha triunfado la solución egoista y anárquica de dejar hacer a todos los que quiera y donde quieran" rado de deterioro urbanístico. Muy grave.
Con el desarrollismo franquista de los años 60 y 70 se produce la crisis de la ciudad histórica y del Patrimonio heredado. La vivienda tradicional, los sistemas tecnológicos ancestrales o la presencia de restos arqueológicos son un obstáculo incompatible con las nuevas necesidades económicas y con una urbanización creciente ligada a un abandono del habitat rural.
El fenómeno será especialmente traumático en nuestra capital. La ciudad horizontal tradicional tenía un carácter homogéneo y mediterráneo, de baja densidad constructiva, con predominio de blanco y ocre, y con una arquitectura popular basada en volúmenes puros y materiales autóctonos. El mar, al fondo, extendía la luz brillante y coloreada, que otorgaba un encanto mágico.
En su sustitución la "Almería vertical" de los bloques de pisos "modernos" aparece desde los 60. Ahora la especulación feroz, la escasez de servicios y espacios verdes, la pérdida de identidad cultural... es el nuevo panorama. La ciudad ha perdido la imagen visual clara que poseía, al destruirse su casco antiguo y tomar sus nuevas zonas de crecimiento unas formas confusas y desordenadas visualmente. La imagen singular de nuestra capital, que la personaliza y diferencia respecto de las demás, va desapareciendo.
El proceso será extensivo no sólo a la capital sino a muchos municipios de nuestra provincia, producto de un desordenado progreso material. El conflicto es resultado de entender maniqueísticamente al progreso como algo material o cultural. La socidad no ha apreciado hasta fechas recientes la relevancia cultural y económica de asumir su propia historia.
Entre los causas de la crisis de nuestro Patrimonio Histórico y su huella urbana podemos citar:
a) El acelerado crecimiento demográfico.
b) La masificación y uniformidad de la sociedad frente a modelos jerarquizados y representativos.
c) El desarrollo técnico permitiendo mayores audacias urbanísticas.
d) La transición de una sociedad agrícola a otra industrial y urbana.
e) La revolución de los sistemas de transporte, especialmente el automóvil, determinando y transformando la estructura urbana.
f) La crisis cultural de ruptura con la tradición preexistente.
g) El orgullo y vanagloria de una época con derecho a revisarlo todo bajo el prisma del progreso y desarrollo.
h) La presión de una sociedad de consumo que cancela sus modelos en una búsqueda constante de nuevos productos
Esa pérdida de identidad es una manifestación más de la falta de participación ciudadana en el régimen franquista. Frente al desastre urbanístico dirigido desde los propios municipios, el ciudadano carecía de instrumentos de expresión. Pero la situación continua en plena democracia, y hemos de lamentar amargamente la falta de asociacionismo ciudadano en defensa del Patrimonio Histórico, como plasmación de la carencia de vertebración de la sociedad civil en España. Faltan en nuestra provincia suficientes asociaciones centradas en esta defensa, y la única publicación específica sobre este ámbito, la revista mensual "La Plaza, cerró hace escasas fechas ante la falta de apoyo económico. Las escasas propuestas ciudadanas no encuentran el eco adecuado frente al monopolio de la gestión pública del Patrimonio Histórico.
Pero si hasta ahora hemos hablado de conservación del Patrimonio Histórico como elemento pasivo de musealización de la ciudad, embalsamamiento del pasado y sus testimonios para uso exclusivo de los estudiosos, hemos de sustituirlo por la idea activa de vitalización de la ciudad, donde los bienes culturales constituyen un servicio social con unos contenidos disfrutables. Esa riqueza cultural debe ser extensible a todo el conjunto de ciudadanos, y ahí está el gran reto del Patrimonio Histórico de cara al futuro: su difusión.
Efectivamente debemos diferenciar tres actividades parejas y complementarias en favor del Patrimonios Histórico:
a) Conocer: investigación y documentación.
b) Conservar: restauración y rehabilitación (protección). Conservar es hacer que las cosas permanezcan en su estado, pero tras una selección de lo considerado más importante y representativo de ese patrimonio.
c) Difundir: disfrute e identificación por el conjunto de ciudadanos.
A) Conocimiento: investigación y documentación.
El objetivo será la identificación del Patrimonio Histórico almeriense, la sistematización de la información, el reconocimiento de su diversidad territorial y la transmisión de su valor y vulnerabilidad a la sociedad y los órganos de decisión política y administrativa.
La Catologación supone recoger la información aportada por científicos, técnicos y profesionales que actuan y estudian en el Patrimonio Histórico. Pero esta documentación ha de estar en en permanente tensión, como continua puesta al día de los datos para prestar un servicio útil.
El Patrimonio Histórico no es un dato del pasado cerrado y completo, sino una actividad permanente. Cada análisis aportará nuevas vivencias e interpretaciones según el momento y el prisma utilizado. Cada bien patrimonial está inserto en un tiempo o sucesión de tiempos concretos, en una realidad sociocultural que evoluciona con el paso del tiempo, un proceso de transformación-renovación de sucesivos tiempos, con actuaciones representando aportaciones a su estado original y que permiten un enriquecimiento del mismo.
En este sentido las catalogaciones territoriales han de ser documentos comprometidos con una realidad social e histórica concreta, contemplando la totalidad del patrimonio territorial, sin prejuzgarlo por valoraciones universales. Una humilde iglesia barroca no incluida en catálogos o monográfias extraterritoriales, puede ser un Patrimonio Histórico relevante en su entorno.
Actualmente los catálogos existentes sobre nuestro Patrimonio Histórico Artístico son:
1.- Catálogo de Yacimientos Arqueológicos de la provincia de Almería con 1.200 registros, donde se incluyen abundantes datos de coordenadas geográficas de situación: cronología, tipo de suelo y protección, normativa urbanística, características... Actualmente es el único programa con una información completa aportando un conocimiento objetivo para ciudadanos e instituciones como consecuencia de su inclusión en los planes de ordenación urbana y normas subsidiarias. El resultado será una doble protección patrimonial con la ley del Suelo y la Ley del Patrimonio Histórico Andaluz.
2.- Catálogo de Bienes Muebles, donde únicamente se ha incluido la imagen de la Virgen del Mar en la iglesia de la Patrona. Esta exiguidad es consecuencia de la ausencia de un patrimonio mueble relevante, desaparecido en gran parte a nivel de imaginaría religiosa durante la Guerra Civil, y por la escasa sensibilidad general hacia su protección.
3.- Censo Inventario de Monumentos Arqueológicos Industriales relacionados con actividades mineras y metalúrgicas (extractivas y de transformación) en la provincia de Almería. 1800-1936.
Consejería de Cultura y Medio Ambiente. Dirección General de Bienes Culturales. Noviembre 1991.
El objetivo básico era obtener un documento bien organizado, completo y de fácil consulta que permita valorar el interés patrimonial de los restos físicos restantes de la actividad industrial. La urgencia del inventario obedecía a 3 razones:
a) Insensibilidad común hacia vertigios de nuestro pasado técnico e industrial así como los espacios de trabajo, lo que facilita el expolio y la destrucción intencionada.
b) Materiales deleznables de construcción haciendo urgente el estudio y protección efectiva.
c) Carencia de cualquier tipo de protección legal sea como competencia local o autonómica.
El resultado fue obtener 39 fichas de minas, fundiciones, estaciones de carga de mineral, embarcaderos, baterías de hornos de calcinación, cables aéreos o cargaderos. En el caso de líneas de ferrocarril se incluyen 5 puentes, aparte de la línea del ferrocarril Linares - Almería y la propia Estación de Almería.
4.- Proyecto de Inventario de Bienes de Interés Etnológico. La 1ª fase se centró en la arquitectura popular cuyo uso preferente fuera la producción y transformación, mientras que la 2ª, iniciada en 1994, consistió en las diversas formas de almacenamiento y guarda.
5.- Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Interés Histórico - Artístico (Ministerio de Cultura, 1979). Este trabajo anticuado supone el único catálogo provincial de Patrimonio Inmueble, siendo resultado de las propuestas de los profesores de Historia del Arte del Antiguo Colegio Universitario de Almería, Mª del Rosario Torres y Emilio Villanueva. No es demasiado sistemático ni exhaustivo, salvo en Almería capital, pero supone el mejor documento informativo sobre un patrimonio en algunos casos ya desaparecido.
A nivel de investigación debemos destacar la insuficiente bibliografía sobre amplias parcelas del Patrimonio Histórico almeriense. El Patrimonio Arquitectónico ha sido ampliamente investigado a nivel de la capital desde los modelos de fines del siglo XVIII, pero hay un vacío en la Edad Moderna, reduciéndose a monografías de edificios religiosos y parcelas concretas. En cambio se carece de una visión amplia de esas parcelas de Patrimonio Tecnológico, Arqueológico e Industrial que tanto definen la personalidad de nuestro Patrimonio Histórico, o en todo caso son investigaciones o trabajos muy especializados que carecen del mínimo diseño divulgativo que cale en el conjunto de la sociedad almeriense.
B) Conservación: restauración y rehabilitación.
Supone el conjunto de acciones para mantener la integridad física del Patrimonio Histórico para poder transmitirlo a las generaciones futuras. Se engloban bajo el término genérico de "intervenciones" las actuaciones de conservación, restauración y mantenimiento del Patrimonio Histórico inscritas en sus respectivos contextos urbanos y ambientales.
Las actuaciones realizadas en el período 1985-92 muestran un nivel de inversiones alto, básicamente en Patrimonio Eclesiástico, y prácticamente nada en Patrimonio Arqueológico, lo que supone una contradicción dada la personalidad del Patrimonio Histórico almeriense. Sin embargo desde 1992 ha habido una caida total de las inversiones con la disminución drástica de los presupuestos de la Consejería de Cultura, lo que ha originado que las obras, esencialmente en iglesias, se prolonguen en varios ejercicios.
No obstante debemos diferenciar dos niveles de actuaciones en los problemas detectados:
a) NIVEL AUTONOMICO (Consejería de Cultura):
1.- Escaso volumen inversor en relación con las necesidades de conservación.
2.- Concentración de la inversión en bienes inmuebles religiosos, en gran parte respondiendo a las exigencias de los propios ayuntamientos, que desconocen el posible valor de otros tipos de patrimonio.
3.- Carencia de un plan a largo plazo, obligando a actuaciones puntuales según coyunturas económicas y prioridades políticas.
4.- Escasez de convenios de colaboración con corporaciones locales, organismos públicos y particulares para la conservación y mantenimiento del Patrimonio Histórico.
5.- Difusión escasa e inadecua da de las intervenciones realizadas.
6.- Percepción del Patrimonio Histórico dentro de la administración como un simple motivo de gasto y déficit permanente, y no como una inversión en recursos. El resultado es una escasa financiación para la conservación en momentos de restricción presupuestaria como la presente.
7.- Alto coste económico de los trabajos de intervención y conservación en el Patrimonio Histórico.
8.- Dependencia del Patrimonio Histórico casi exclusivamente de la Junta de Andalucía y, por consiguiente, de los presupuestos públicos, mientras que la participación privada es casi simbólica.
9.- Escasa coordinación entre las distintas administraciones públicas con competencias en la conservación del Patrimonio Histórico, cuando no enfrentamientos directos en caso de estar dirigidas por distintos partidos.
10.- Irregular calidad técnica en la conservación - restauración.
11.- Intervenciones descontroladas y malos usos en el Patrimonio Histórico para su rentabilización inmediata y oportunista.
12.- Carencia de una política de rehabilitación en Patrimonio Tecnológico y Arquitectura Popular, por carecer de un adecuado nivel de calidad constructiva que permita su sencilla reconversión.
b) NIVEL LOCAL (Ayuntamientos).
La protección patarimonial a nivel municipal mediante la planificación urbana presenta claramente dos niveles de tratamiento: Almería capital y el resto de municipios.
El actual PGOU de Almería aprobado en 1997 delimita 6 niveles de protección del Patrimonio Arquitectónico y se concreta en la inclusión de las edificaciones en un Catálogo de Elementos Protegidos como complemento al propio Plan General.
Los niveles de protección previstos son:
1.- Protección integral. Edificaciones de valor histórico o arquitectónico que por su calidad, antigüedad o rareza deban conservarse en todas sus características, tanto exteriores como interiores, por cualificar su entorno y representar la memoria histórica de Almería. Son 28 elementos.
2.- Protección global. Para edificios conservando los elementos característicos de las tipologías arquitectónicas de Almería. Son 42 elementos.
3.- Protección tipológica. Edificios para los que se garantiza la conservación de fachada, primera crujía de edificación y espacios tipológicos sobresalientes como patios, escaleras... Son 28 elementos.
4.- Protección parcial. Edificios para los que se garantiza la conservación de la fachada y primera crujía por representar la imagen urbana tradicional de Almería. Abarca la selección más extensa con 430 elementos.
5.- Protección ambiental. Edificios valorados por las cualidades del espacio urbano donde se integran, pudiendo en último caso ser sustituidos, pero manteniendo el carácter de la ciudad, para lo cual se valora cada unidad edificatoria en relación con el entorno. Son 8 elementos.
6.- Protección de elementos arquitectónicos. Asignada a fragmentos de edificación confirmando una unidad de diseño autónoma con valores históricos, tradicionales o artísticos. Son 2 elementos.
En el resto de la provincia los municipios únicamente recogen en las Normas Subsidiarias de planeamiento la diferenciación entre edificios catalogados (sometidos a una protección integral o sólo parcial de la fachada) o sin catalogar.
Los Conjuntos históricos declarados en nuestra provincia y con unos planes especiales de protección son Vélez Rubio y Vélez Blanco, como definidores de la tipología arquitectónica de la comarca de los Vélez, y Puerta Purchena en Almería capital, como representativa del nacimiento y desarrollo de la Almería moderna durante el siglo XIX.
El patrimonio urbano de estos conjuntos no responde a criterios estilisticos únicos sino que esta formado por edificios de diferentes períodos pero en relación con la memoria histórica local y con unas tipologías arquitectónicas muy personales.
En todos los casos se aprecia un fuerte deterioro en los últimos 30 años tanto por las nuevas construcciones en oposición en altura y diseño con las tradicionales, como por el abandono de las viviendas antiguas. En muchos casos el mantenimiento resulta más económico en un piso que en una vieja y amplia vivienda o caserón necesitada de reparaciones y adaptaciones para el confort actual.
Centrándonos en las características básicas de esta protección del Patrimonio Inmueble a nivel municipal, principalmente partiendo del modelo de Almería capital, destacamos:
1.- Regulación proteccionista limitada al Casco Histórico.
2.- Catálogo de edificios protegidos limitado en cuanto al número de ejemplares y con criterios de protección siempre referidos a edificios anteriores al siglo XX.
3.- Consideración estética y efectista de esta política conservacionista, como parte del estilo o sabor tradicional de la ciudad, más que con un sentido culturalista de preservación patrimonial de la trama almeriense recibida del pasado.
4.- Inexistencia de mecanismos sancionadores efectivos, pues los particulares e inmobiliarias prefieren unas débiles sanciones económicas que complejas dependencias históricas - artísticas. La política de hechos consumados ha sido algo habitual.
5.- Carencia de un planteamiento económico serio en la recuperación del Casco Histórico, abordable desde una obligada colaboración de la iniciativa pública y privada.
6.- Separación del concepto de rehabilitación física respecto de la rehabilitación funcional. La renovación urbana del centro histórico ha estado ligada tradicionalmente a un proceso de terciarización (invasión por oficinas, comercios y servicios) con la consiguiente expulsión de usuarios precedentes a la perifería.
7.- Degradación del Casco Histórico por el envejecimiento y empobrecimiento de la población, con unos escasos recursos que permitan costear una vivienda en algunas condiciones de habitabilidad.
8.- Carencia de una imagen y singularidad reconocible por la agresiva destrucción y transformación de épocas recientes, la proximidad temporal de la mayoría de los edificios y la dispersión de las edificaciones de mayor valor histórico.
9.- Falta de itinerarios específicos dentro del casco histórico para conducir la visita del turista o al ciudadano, guiando los posibles centros de interés.
10.- Abandono y ruina de algunas parcelas del Casco Histórico, ya que la obligación del propietario o promotor de realizar la excavación arqueológica de urgencia y el mantenimiento de la estructura básica del edificio, desincentivan la rehabilitación.
11.- Ayudas económicas escasas convirtiendo en papel mojado la conservación ante la ausencia de dinero para financiarla.
Esta problemática de conservación es plenamente trasladable al conjunto de municipios de la provincia, pero agudizándose los problemas por la carencia de una protección urbanística detallada, una presión inmobiliaria sobre un casco antiguo no protegido ni valorado por los vecinos, la carencia de técnicos especializados en la administración local, la ausencia de una imagen reconocible del casco antiguo por el desarrollismo de los últimos 30 años, y la ausencia de políticas de difusión sobre la entidad de esa memoria colectiva local.
C) Difusión: disfrute y utilización por los ciudadanos.
La difusión es el mejor instrumento de protección y conservación del Patrimonio Histórico, pero es el único que no está regulado, y es una actividad realizada por diferentes instituciones poco coordinadas entre sí. La sociedad debe asumir su propia identidad cultural, la cual no es posible si la desconoce.
Una característica básica del Patrimonio Histórico es su fragilidad, en forma del grave peligro de desaparición ante el progreso y desarrollo mal entendido. La sociedad tiene que identificarse con sus señas culturales y para ello la difusión es un reto básico. El conocido sofisma socrático "conócete a ti mismo" cobra su auténtica dimensión.
Los objetivos básicos de esta difusión son:
a) La democratización del acceso a los bienes culturales como factor que contribuye al avance social y a la elevación del nivel de libertad e igualdad.
b) La rentabilidad del Patrimonio Histórico en términos de disfrute colectivo.
c) La educación de todos los sectores sociales y edades (la educación es un proceso permanente) en el conocimiento y estima de los bienes culturales, como parte esencial de la identidad común.
Se entra así en la responsabilidad política de la correcta difusión de qué patrimonio posee una comunidad y como usarlo y disfrutarlo. Esa difusión debe plasmarse en un triple perfil: educativo, ciudadano y turístico.
a) DIFUSION EDUCATIVA.
Esta labor ha estado realizada durante los últimos 10 años en Andalucía por los Gabinetes Pedagógicos de Bellas Artes, auxiliados por los técnicos de la tutela del Patrimonio Histórico en el ámbito provincial. Este órgano surge de un acuerdo entre las Consejerías de Educación y Cultura (BOJA 21-1-86) para crear una institución provincial de difusión y educación, como unidad administrativa dotada de un Profesor seleccionado por concurso de méritos y con personal técnico y auxiliar aportado por Cultura.
El objetivo básico de difusión del Patrimonio Histórico Andaluz se concreta en tres tareas básicas:
- Formación del profesorado en la didáctica del Patrimonio Histórico mediante cursos de perfeccionamiento a traves de los Centros de Profesorado y asesoramiento en las asignaturas de Patrimonio Cultural y Patrimonio Histórico de Andalucía.
- Elaboración de material didáctico sobre el Patrimonio Histórico almeriense en forma de Cuaderno del Profesor con orientaciones didácticas e información sobre los elementos patrimoniales, y Cuaderno del alumno para los diferentes niveles educativos con actividades, antes, durante y después de la visita.
- Coordinación de visitas subvencionadas de los centros escolares al Patrimonio Histórico almeriense mediante la campaña Escuela - Patrimonio.
Los problemas y disfunciones actuales en esta actividad son:
1.- Falta de coordinación de las actuaciones desde las Consejerías de Educación y Cultura, buscando cada una de ellas una preponderancia y protagonismo que inciden negativamente en la labor.
2.- Desaparición reciente de una de las dos plazas de Coordinador, quedando limitada la funcionalidad del servicio de difusión.
3.- Escasez presupuestaria, ya que los presupuestos asignados a esta labor han disminuido paulatinamente durante los últimos seis años.
4.- Falta de concienciación social del importante papel de esta difusión entre los futuros ciudadanos del mañana.
b) DIFUSION CIUDADANA.
Esta difusión viene siendo realizada por diferentes instituciones poco coordinadas entre sí, en forma de diversas publicaciones de consejerías, ayuntamientos, fundaciones e instituciones culturales..., que suelen reiterar sus esfuerzos en monumentos muy concretos, abandonando a su suerte el resto del Patrimonio Histórico disperso y poco conocido. Pero sobre todo se carece de un modelo de interpretación, un método para ofrecer lecturas y opciones para un uso activo del Patrimonio, para facilitar su utilización. Ello no debe suponer una vulgarización o una actividad menor dando calor a actuaciones científicas y grises de conservación del Patrimonio Histórico. La materialización será la utilización del mayor número posible de técnicas, flexibles y adaptadas a las distintas realidades.
El centro de interpretación y difusión a nivel provincial, con una mínima infraestructura consolidada, es el Gabinete Pedagógico de Bellas Artes, que desarrolla el programa de difusión del Patrimonio Histórico de la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura, ante la ausencia de otros centros de difusión previstos en el Plan General de Bienes Culturales.
Las carencias y problemas detectados son:
1.- Carencia de una política global de difusión del Patrimonio Histórico por falta de valoración de su trascendencia social y política.
2.- Incumplimiento de las propuestas de difusión planteadas en el Plan General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura.
3.- Carencia de un programa de prioridades y líneas maestras: difusión de elementos singulares o el patrimonio menos conocido, etapas de desarrollo...
4.- Dificultades de interpretación del Patrimonio Histórico, lo que conlleva la necesidad de clasificar un modelo de interpretación adaptado a los distintos tipos de público.
5.- Dificultad específica de acceso al Patrimonio Arqueológico y Etnológico, pues las piezas expuestas en el museo o in situ se presentan desnudas y con una lectura difícil, además de que las barreras culturales y cronológicas dificultan la comprensión.
6.- Reducción de la difusión provincial a las Jornadas Europeas de Patrimonio o los itinerarios por el Patrimonio Histórico de la capital y la provincia.
7.- Dificultad de lectura y comprensión de los materiales y piezas expuestas en los museos, destinados más a investigadores y especialistas, que al público en general, por carencia de una información específica.
8.- Mínima infraestructura museística provincial, donde nuestra más importante institución, el Museo de Almería, con unos excepcionales fondos de arqueología prehistórica, permanece cerrado desde 1991 por ruina del edificio hasta la futura construcción del nuevo museo, sin fecha prevista. Se han habilitado dos exposiciones temporales hasta esta futura construcción: La tierra almeriense en la Prehistoria e Historia Antigua almeriense. Se completa la oferta museística con dos museos comarcales: Miguel Guirao (Vélez Rubio), con una variada colección de patrimonio arqueológico y etnológico de la comarca de los Vélez, y el Museo de pintura "Antonio Miguel Campoy" (Cuevas del Almanzora), albergando la más importante muestra provincial de pintura del siglo XX.
Otras muestras no incluidas en esta red provincial de museos son el Museo de reproducciones arqueológicas de Benahadux, la Sala de exposición didáctica e historia local en la casa de la Cultura de El Ejido, y la Sala de piezas arqueológicas en la casa de la Cultura de Berja.
9.- Carencia de una sistemática señalización de los BICs y del conjunto del Patrimonio Histórico, sea como orientación (guía del visitante), identificación (distinción del edificio y una información mínima) y jerarquización (diferentes niveles de lectura).
10.- Falta de difusión de las intervenciones que sobre el Patrimonio Histórico realiza la Consejería de Cultura, insistiendo especialmente en la idea de inversiones para mejorar un recurso fundamental para el desarrollo socieconómico de Andalucía.
11.- Carencia de un programa específico de difusión paralela y posterior a las intervenciones, restauraciones o excavaciones, para hacer llegar al ciudadano el uso y disfrute del Patrimonio Histórico recuperado.
12.- Falta de una auténtica coordinación del esfuerzo editorial de las publicaciones relacionadas con la difusión del Patrimonio Histórico. La Consejería carece de una distribución adecuada de las publicaciones y de toda una gama de bienes de consumo para cubrir la demanda de bienes de recuerdo, objetos de diseño, publicaciones... relacionados con los museos, conjuntos y BICs más visitados.
13.- Incapacidad de las instituciones de gestión y difusión del Patrimonio Histórico para generar recursos propios y diversificar sus ingresos, permitiendo una posible autofinanciación. Sirva como ejemplo que ante la carencia de un material de difusión sobre el Patrimonio Histórico provincial, las publicaciones didácticas del Gabinete Pedagógico cubren esta demanda.
14.- Falta de colaboración con otras entidades privadas y con los organismos de proximación turística a la hora de programar las campañas de difusión y promoción de nuestro Patrimonio Histórico. Se carece especialmente de convenios de coedición con editoriales y prensa regional, y de colaboración con instituciones financieras y medios de comunicación.
15.- Carencia de asociacionismo en la defensa del Patrimonio Histórico y de un voluntariado de personas que de forma libre y sin ánimo de lucro, dediquen una parte de su tiempo a la defensa y difusión.
c) DIFUSION TURISTICA Y RECURSO ECONOMICO. EL PATRIMONIO HISTORICO COMO FACTOR DE DESARROLLO.
Ha de conseguirse como objetivo básico la identificación de la conservación del Patrimonio Histórico como elemento de desarrollo, capaz de aportar una rentabilidad social, económica y cultural. No nos enfrentamos sólo a un conjunto de bienes valiosos a preservar sino que debemos participar con los agentes sociales para afrontar las perspectivas del cambio socioeconómico en condiciones de equilibrio, compatibilizando conservación con desarrollo.
Debemos afrontar la realidad de una sociedad tecnocrática y economicista ligada al modelo capitalista, y no la simple defensa de la utopía culturalista íntegra y desnuda, asumida por una minoría, frente a una mayoría desconocedora y no comprometida con la "causa". El gran reto del Patrimonio Histórico en las próximas décadas será producir un beneficio económico que permita afrontar en gran parte su autofinanciación.
Este Patrimonio Histórico es uno de los principales recursos eudógenos para el desarrollo andaluz, fruto de la diversidad y de una rica memoria histórica. Valorarlo como recurso económico y social es hablar de conservación, pero este turismo cultural apenas si tiene la relevancia necesaria. La contrapartida es que el turismo representa para España una de nuestras principales fuentes de riqueza, pero el sol y la playa no constituyen para el futuro garantía suficiente para competir con regiones exóticas.
Se debe ampliar la oferta turística pues la herencia cultural es el centro de un turismo específico, sustentado en la segmentación de un mercado progresivamente especializado, fenómeno marcado en unos datos de la demanda andaluza: tendencia al turismo individualizado frente al tradicional de masas, aumento de las visitas cortas a ciudades y pueblos con una oferta cultural específica, deseo de compaginar vacaciones con ocio productivo, aumento del nivel cultural de la población almeriense y receptora, y crecimiento de la renta familiar y del gasto para consumo de ocio turístico.
La idea es que los recursos del entorno (conjunto de elementos naturales y culturales existentes en el territorio) constituyan la base del desarrollo local, partiendo de tres requisitos básicos: propuesta socialmente aceptada por la población afectada, económicamente viable (produciendo beneficios a medio plazo) y ambientalmente compatible.
Toda política de desarrollo que ignore las potencialidades del Patrimonio Histórico será una política parcial, incompleta e inadecuada. Pero además deberá plantearse desde una visión integrada del patrimonio cultural y natural como elementos de un territorio, que deben ser aprovechados en todas las iniciativas locales de desarrollo.
Frente a esta propuesta, las diferencias apreciadas en el panorama almeriense son:
1.- Escasa reflexión sobre el papel del Patrimonio Histórico como factor de desarrollo y su incidencia en los distintos ámbitos territoriales andaluces.
2.- Oferta almeriense de itinerarios monumentales y culturales reducida a visitas a la Alcazaba y la Catedral, Mini Hollywood y Mojácar, debiendo completarse el paquete turístico con excursiones culturales a Granada o Málaga, con la consiguiente pérdida de ingresos.
3.- Carencia de una promoción coordinada del sector mediante el diseño y difusión de rutas culturales.
4.- Escasa formación de los cuadros humanos encargados de la gestión y difusión del turismo en el ámbito del Patrimonio Histórico.
5.- Carencia de un consenso en las propuestas de acción. Predominan las propuestas locales, desconectadas con el resto de políticas públicas y sin tener en cuenta las características específicas de cada contexto territorial.
6.- Visión disociada del Patrimonio natural y cultural.
3.- PROPUESTAS DE INTERVENCION.
Las medidas a adoptar parten de esa concepción triple de la conservación del Patrimonio Histórico (conocer, conservar y difundir), como actividades interrelacionadas que permitirán garantizar el disfrute y puesta en valor por los ciudadanos almerienses, establecidas en el mandato constitucional de los arts. 44 y 46 C.E..
C) Conocimiento del Patrimonio Histórico.
1.- Urgente Catálogo del Patrimonio Histórico almeriense como fruto de la colaboración de las diversas instituciones con competencias legales (Consejería de Cultura) e interés investigador(UAL e Instituto de Estudios Almerienses de la Diputación Provincial), además de especialistas de reconocido prestigio. El objetivo sería formar un equipo de analisis y catalogación del Patrimonio Histórico Artístico inmueble y mueble de toda nuestra provincia en un proyecto a largo plazo de varios años.
2.- Catálogo del Patrimonio Etnológico y la Arqueología Industrial como resultado de la anterior colaboración y abarcando esas amplias parcelas de la memoria histórica almeriense que, sin embargo, en la mayoría de los casos carecen de la protección de BIC y presentan un alto grado de abandono y destrucción frente al desarrollo y progreso mal entendido. Molinos, tecnología del agua, agroindustrias tradicionales, sistemas tradicionales de cultivo, instalaciones mineras... forman un rico y diverso patrimonio escasamente conocido.
3.- Catálogo de Arquitectura Moderna, integrable a través del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico en el DOCOMOMO Ibérico (Documentación y Conservación del Movimiento Moderno). El objetivo de este movimiento internacional es preservar el valioso legado arquitectónico moderno ligado a las vanguardias antihistoricistas, momento histórico que en Almería se identifica claramente con la Segunda República. El único ejemplar almeriense incluido en el Registro Ibérico es la Estación de Autobuses (1953) de Almería, pero urge ampliar esa relación ante el avanzado estgado de deterioro y desaparición de estos edificios, en mayor casos carentes de una protección específica en el PGOU.
4.- Integrar en el territorio (municipio o comarca) la información sectorial del Patrimonio Histórico mediante la puesta a disposición en el propio municipio o la firma de acuerdos de colaboración entre distintas AA.PP., básicamente Ayuntamientos y Consejería de Cultura, para la investigación, documentación y difusión del Patrimonio Histórico local. Será la mejor manera de identificarse con la propia identidad cultural e histórica.
5.- Vincular el conocimiento del Patrimonio Histórico a la planificación y gestión del territorio, analizándose siempre el impacto sobre ese Patrimonio Histórico.
6.- Centralizar a nivel provincial, en la Delegación de la Consejería de Cultura, la documentación e información diversa sobre el Patrimonio Histórico, sin perjuicio de la puesta a disposición de cualquier otra administración pública con competencias en la gestión del Patrimonio Histórico, y en general a cualquier ciudadano interesado.
7.- Facilitar los recursos humanos y tecnológicos para implantar en el territorio andaluz la Red de Información del Patrimonio Histórico de Andalucía, accesible a todos los ciudadanos. Ello permitirá generar unos sistemas de información sectoriales e integrados con soporte informático y cartográfico, de más fácil y rápido acceso.
8.- Actualización del catálogo de BICs declarados e incoados a nivel provincial de acuerdo con los criterios y prioridades propuestas por la Comisión Provincial del Patrimonio Histórico.
9.- Colaboración fundamental entre las distintas instituciones con competencias y funciones sobre el Patrimonio Histórico (Consejería de Cultura, Ayuntamientos y Diputación Provincial a través del Patronato Provincial de Turismo o el Instituto de Estudios Almerienses), como única alternativa a unos presupuestos restrictivos en la parcela cultural. Esa coordinación debe sustituir a medidas y decisiones basadas más en criterios y partidistas que en la idea de servicio público.
10.- Convenio específico entre la Universidad de Almería y la Consejería de Cultura para la puesta en marcha de equipos de investigación sobre parcelas específicas y prioritarias del Patrimonio Histórico almeriense.
11.- Inicio por parte de la Universidad de Almería y el Instituto de Estudios Almerienses de una colección específica de libros especializados en el Patrimonio Histórico almeriense.
12.- Planes y programas de catalogación en función de una selección de los distintos inventarios monográficos y de situaciones de riesgo.
B) Conservación.
Manteniendo los dos niveles de actuación posibles las propuestas serían:
a) NIVEL AUTONOMICO.
1.- Aumento del volumen inversor en la conservación y rehabilitación del Patrimonio Histórico almeriense, pero ampliando el abanico a parcelas de Patrimonio Arqueológico y Etnológico prácticamente sin intervenciones.
2.- Establecimiento de un Programa a largo plazo consensuado con instituciones y partidos políticos.
3.- Firma de convenios de colaboración con coorporaciones locales, instituciones públicas o empresas privadas para la conservación o rehabilitación de determinados elementos singulares del Patrimonio Histórico.
4.- Potenciación de la labor de las Escuelas Taller y Casas de Oficio en cuanto a profesionales artesanos utilizando el Patrimonio Histórico como elemento de desarrollo local.
5.- Declaración de Los Millares como Conjunto Arqueológico y unidad administrativa independiente con propuestas, material y personal propio, hoy sólo reducido a un vigilante. Pero para ello será necesario un evidente aumento de la demanda ciudadana, con lo que la coordinación en la difusión es fundamental.
6.- Integración y priorización de intervenciones dentro de proyectos más amplios de desarrollo comarcal o local, siempre en colaboración con otras administraciones y grupos privados.
7.- Cooperar especialmente, desde la conservación y restauración, en estrategias de turismo cultural con las Consejerías de Turismo y Medio Ambiente.
8.- Programa a largo plazo donde se establezca una autofinanciación de la conservación en los elementos singulares del Patrimonio Histórico. Los ingresos para frenar el deterioro no podrán ser obtenidos únicamente del Estado, especialmente con la actual crisis del Estado del bienestar y la restricción presupuestaria. Ahora más que nunca se debe abrir un debate sobre la función social del Patrimonio Histórico y su explotación como motor de desarrollo.
9.- Lucha contra el fuerte expolio en yacimientos arqueológicos mediante los instrumentos legales, la protección física de los yacimientos y muy especialmente mediante una concienciación social mediante acciones de difusión y formación.
B) NIVEL LOCAL.
Centrándonos principalmente en el modelo de Almería capital podemos destacar:
1.- Integración del Casco Histórico en el resto de la ciudad a nivel físico, dando solución a los problemas de conexión, y cultural, mediante la potenciación de su imagen histórica y la mejora de su entorno urbano. Ello acarrea la creación de unos itinerarios señalizados, la integración urbana de la Alcazaba como pieza clave de la ciudad antigua y elemento básico del paisaje almeriense, la revitalización urgente de la Plaza Vieja, la consecución del uso público del futuro parque de la Hoya como espacio libre y polo de actuación urbana, y la materialización del P.E.R.I. del cerro de San Cristóbal para aprovechar su cercanía al centro (Puerta de Purchena) para convertirlo en un balcón sobre la ciudad y disfrute visual.
2.- Normativa precisa y voluntad política decidida para aplicarla, que ordene la renovación inmobiliaria mediante la integración ambiental y morfológica en el Casco Histórico.
3.- Prohibición absoluta del aumento del volumen edificado, pues en todo caso la ciudad deberá ser porosa, aprovechándose la ocasión para hacerlo más habitable con jardines y plazas.
4.- Mantenimiento de la estructura urbana histórica por razones culturales. Se mantendrá básicamente la trama existente (alineaciones, tipologías parcelarias y edificatorias) salvo retoques puntuales en procesos inacabados o por necesidades de accesibilidad.
5.- Control estIlístico estricto, prohibiéndose la agresiva arquitectura actual, con sus texturas, vuelos y estructuras aparentes chocando con los diseños tradicionales.
6.- Regulación de la estructura funcional manteniendo el carácter residencial del Casco Antiguo, pero también compatible con actividades de negocio y la ocupación por el sector público de nobles edificios restaurados y reconvertidos en edificios administrativos.
7.- Protección integral de aquellos singulares o de grado 1 en los respectivos planes urbanísticos, que por su elevado interés histórico, artístico o representativo a nivel local pudieron ser susceptibles de incoación como BIC.
8.- Reordenación del tráfico para recuperar la calidad ambiental del Casco Histórico, con el objetivo de reconquistar la calle para el ciudadano, de forma que en la coexistencia peatón - automóvil siempre tenga prioridad el peatón.
9.- Mantenimiento de la estructura social de la población, deteniéndose su progresivo deterioro y facilitando unas ayudas oficiales para el mantenimiento de la edificación. La población debe mantenerse allí pero mejorando sus condiciones de habitabilidad.
10.- Necesidad de un Estudio Económico Financiero serio y riguroso para la rehabilitación y conservación del Casco Histórico, analizando la consecuencias sociales y económicas de su ejecución, pero también acreditando los recursos para financiarla.
11.- Potenciar políticas de fomento de la rehabilitación mediante:
a) Obras de mejora de infraestructuras, equipamientos y servicios públicos.
b) Operaciones de calidad en pequeños espacios como operaciones piloto atractivas para captar el interés privado.
c) Incentivos fiscales para las operaciones de rehabilitación.
d) Articulación de mecanismos coactivos sobre propietarios no dispuestos a participar en la rehabilitación.
12.- Delimitación del Casco como un elemento urbano diferencial mediante un tratamiento de calidad, que potencie tanto su capacidad de atracción de formas de turismo cultural como la propia identificación de los ciudadanos.
13.- Recuperación de la ciudad histórica desde una nueva estrategia de intervención. Frente a la visión tradicional de vaciamiento para satisfacer las necesidades de saneamiento y tráfico, se plantea hoy la reconstrucción crítica de la ciudad histórica mediante la rehabilitación y remodelación de edificios y espacios urbanos como personalizadores de la ciudad tradicional. Ello rompe con la imagen trasnochada de simple masificación de la ciudad.
14.- Creación de comisiones mixtas Ayuntamientos - Consejería de Cultura de seguimiento de la redacción del planeamiento que requiera su tramitación por el art. 32 de la ley del Patrimonio Histórico de Andalucía.
La conclusión final es destacar como la ciudad histórica es la materialización de la memoria y una realidad construida como patrimonio colectivo a recuperar y mantener. Las realidades que solemos encontrarnos es una trama fragmentada y abandonada. Su recuperación es el gran reto del futuro.
C) Difusión
Manteniendo el esquema planteado anteriormente en cuanto al diagnóstico, podemos diferenciar una triple dimensión educativa, ciudadana y turística en la difusión del Patrimonio Histórico.
A) DIFUSION EDUCATIVA.
1.- Elaboración de un Plan de Difusión del Patrimonio Histórico a nivel provincial para un período de 3 o 4 años, donde aprovechando la infraestructura de los Gabinetes Pedagógicos de Bellas Artes y la necesaria colaboración con los técnicos de las Delegaciones de Consejería de Cultura así como los distintos Ayuntamientos, se potencie el acercamiento a los ciudadanos de esa memoria colectiva del Patrimonio Histórico.
2.- Potenciación de la difusión en el ámbito educativo mediante la inclusión del Patrimonio Histórico como materia integrada en los diseños curriculares de la Enseñanza Secundaria Obligatoria y el nuevo Bachillerato LOGSE así como eje transversal dentro de Cultura Andaluza.
3.- Potenciación de la difusión en el ámbito científico y técnico mediante la obligación de justificar científicamente las intervenciones realizadas, publicar los resultados de excavaciones o presentar los informes de BICs en los plazos administrativos.
4.- Necesidad de coordinación entre las distintas Consejerías (Cultura, Turismo, Medio Ambiente, Economía, Educación...) con competencias sobre distintos aspectos relacionados con el Patrimonio Histórico y su difusión, y los distintos ayuntamientos y la administración central. El reciente convenio entre la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura y el Patronato Provincial de Turismo de la Diputación Provincial suponen un ejemplo a seguir.
B) DIFUSION CIUDADANA.
1.- Difusión prioritaria de los bienes inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz o declarados BICs como elementos representativos de nuestra identidad andaluza.
2.- Potenciación de la difusión en el ámbito ciudadano mediante una señalización programada de los BICs, publicaciones informativas y divulgativas de pequeño temaño, exposiciones conmemorativas de intervenciones o efemérides, coleccionables, videos, Jornadas de Difusión, Jornadas Europeas de Patrimonio...
3.- Ampliación de las actividades de difusión provincial del Patrimonio Histórico más allá de las Jornadas Europeas de Patrimonio o los Itinerarios.
4.- Ampliación de la ínfima infraestructura museística, y especialmente el inicio inmediato de construcción del paralizado Museo de Almería, cerrado por ruina hace 6 años y sin fecha de inicio de obras.
5.- Elaboración de un programa específico de difusión paralelo y posterior a las intervenciones, restauraciones o excavaciones realizadas, para hacer llegar al ciudadano el uso y disfrute del Patrimonio Histórico recuperado.
6.- Difusión de la labor de rehabilitación del casco histórico mediante encuentros de opinión, conferencias, reuniones sectoriales por diversos colectivos, campañas de prensa, exposiciones, folletos o carteles.
7.- Desarrollo de programas de formación de técnicos municipales con competencias en el Area de Cultura y en Patrimonio Histórico para organizar diversos proyectos de difusión de ámbito local y comarcal en colaboración con la Consejería de Cultura.
8.- Solución definitiva a la venta y distribución de todo tipo de material de difusión publicado por la Consejería de Cultura. Los materiales didácticos del Gabinete pueden servir fácilmente para esta labor, desprovistos de las orientaciones didácticas y con una mayor calidad en las ilustraciones, y permitirían una autofinanciación de las publicaciones.
9.- Coordinación de la difusión del Patrimonio Histórico desde la Consejería de Cultura, pero fruto de la colaboración con otras instituciones públicas y ayuntamientos. Las aportaciones individuales sin esa colaboración, en muchas ocasiones carecen de un mínimo rigor científico y de posibilidades divulgativas.
10.- Promoción del asociacionismo en la defensa del Patrimonio Histórico como una forma de vertebrar la sociedad civil e involucrar al ciudadano en la defensa de su identidad cultural.
11.- Reforzamiento de los medios personales, técnicos y económicos puestos a disposición del Gabinete Pedagógico, que puede centralizar a nivel provincial la labor de difusión del Patrimonio Histórico, ante la carencia de otras instituciones específicas.
12.- Utilizar más activamente las televisiones locales como instrumentos de difusión mediante reportajes y documentales donde se destaque el Patrimonio Histórico como recurso social y económico y la necesidad consiguiente de conservación y puesta en valor.
13.- Elaborar una amplia base de datos con un directorio de personas e instituciones, para realizar una continua difusión de todos los aspectos sobre el Patrimonio Histórico.
14.- Convenios de colaboración con la prensa local para la difusión del Patrimonio Histórico mediante coleccionables, secciones fijas, noticias...
15.- Ciclos de conferencias y jornadas especializadas programadas por la Delegación de Cultura donde se destaque al Patrimonio Histórico como factor de desarrollo local o bien dirigidas a profesionales.
16.- Cursos específicos para formación y cualificación profesional en las distintas técnicas, y medios de difusión del Patrimonio Histórico.
C) DIFUSION TURISTICA.
1.- Utilización del Patrimonio Histórico como instrumento de desarrollo económico, y en colaboración con el Patrimonio Natural deben integrarse en la planificación territorial, como motores de crecimiento y creación de puestos de trabajo a largo plazo.
2.- Reflexión sobre el papel del Patrimonio Histórico como motor de desarrollo y su incidencia en los distintos ámbitos territoriales andaluces.
3.- Promoción coordinada e integrada para el fomento del sector mediante la difusión de rutas, visitas e itinerarios que integren varias localidades bajo una imagen común y que amplian la oferta almeriense más allá de los clásicos tópicos de la Alcazaba y la Catedral.
4.- Adecuada ordenación del uso turístico de los recursos culturales.
5.- Enfoque de las actuaciones desde el principio rector de la coordinación entre los agentes implicados, tanto públicos como privados. Especial papel deberán jugar las entidades locales al ser los municipios las unidades básicas de consumo turístico y los conjuntos histórico - artísticos los focos de atracción.
6.- Programa conjunto de las Consejerías de Cultura y Turismo en colaboración con el Patronato Provincial de Turismo, para la difusión del Patrimonio Histórico almeriense en campañas promocionales dentro de la estrategia general de promoción del producto turístico andaluz.
7.- Programa conjunto de las mismas instituciones anteriores para la formación de recursos humanos, es decir, gestores, empresarios y guías que deberán promover el Patrimonio Histórico almeriense como motor turístico.
8.- Elaboración de un Inventario del Patrimonio Histórico con especial valor turístico para seleccionar aquellos BICs y elementos patrimoniales realmente aprovechables turísticamente, partiendo del equilibrio entre interés, seguridad, acceso y servicios complementarios.
9.- Secuenciación y priorización de las actuaciones de conservación y rehabilitación de BICs en función de necesidades de los itinerarios y rutas previstas en ese turismo cultural.
10.- Optimización de las Oficinas de Información Turística para el fomento del turismo cultural, considerándose tales oficinas como módulos intermedios entre la demanda turística y el producto representado por los BICs, planteándose incluso la localización de nuevas oficinas en conjuntos de especial relevancia.
11.- Patrimonio reconocido y con una marca turística suficiente. El paradigama podía ser la Alcazaba o la Catedral, aunque carecen de una imagen sólida de alta penetración en el mercado turístico.
12.- Patrimonio intermedio en un área urbana consolidada pero que carece de suficientes servicios turísticos. El caso prototípico es el casco histórico almeriense, insuficientemente conocido y utilizado a nivel cultural, salvo casos aislados como la Plaza Vieja.
13.- Patrimonio de zonas rurales desfavorecidas y desenclavadas turísticamente, pero que tienen un indudable potencial, aunque el realismo y la selección de oportunidades será inevitable. Actualmente sólo la comarca de los Vélez tiene una infraestructura y posibilidades culturales más o menos consolidadas, pero con el problema de su excesiva distancia respecto de Almería y los núcleos turísticos del Poniente. Aquí deben potenciarse alternativas de itinerarios por El Ejido - Dalias - Berja, Bajo Almanzora, Alto Andarax y muy especialmente al yacimiento arqueológico de Los Millares.