ENCUENTRO MEDIOAMBIENTAL ALMERIENSE: EN BUSCA DE SOLUCIONES

PATRIMONIO HISTÓRICO ARTÍSTICO BARRA DE EXPLORACIÓN

DOCUMENTOS DE TRABAJO Y COMUNICACIONES

PARA UNA NUEVA CONCEPCIÓN DEL PATRIMONIO DOCUMENTAL EN LOS ARCHIVOS ALMERIENSES

Adela Alcocer Martínez

Directora del Archivo Municipal de Almería

Josefa Balsells Fernández

Directora del Archivo de la Diputación Provincial de Almería

 

¿Qué entendemos por Patrimonio?

El concepto de patrimonio ha ido evolucionando a lo largo del tiempo; se ha pasado de identificarlo con objetos o edificios de valor artístico simplemente, a considerarlo como un conjunto de elementos de diferentes características, materiales o no, en el que un colectivo social se reconoce.

Para que un país se reconozca y se afirme en su identidad, deberá reconocer aquellas que le son propias, que le han legado sus antepasados y que ellos deben de conservar y acrecentar.

Entendemos por documento al soporte material donde a través de un medio operativo o lenguaje se fija un contenido, una información.

Este documento creado por el hombre, además de comunicar debe conservarse, para lo cual necesita soportes materiales permanentes y durables. Este sería el documento de archivo.

No es un capricho de los profesionales de los archivos, el querer velar por el objeto de su trabajo - los documentos -, sino que su importancia es reconocida por los poderes públicos que legislan al respecto (la Constitución Española, la Ley de Patrimonio Histórico Español, la Ley del Patrimonio Histórico Andaluz, la Ley de Archivos de Andalucía, la Ley 30 de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común). En todas ellas se reconoce y garantiza el acceso del ciudadano a los archivos y registros, como, así mismo, se regula la conservación y enriquecimiento del Patrimonio.

Las bases para una "Carta sobre Patrimonio y Desarrollo en Andalucía", así como el Plan de Bienes Culturales I y II, pretenden establecer unos criterios amplios y nuevas concepciones aperturistas al concepto de Patrimonio en su más amplio sentido.

Con todas estas medidas se pretende que este Patrimonio que sin lugar a dudas lo identificamos con el concepto de cultura, pueda ser disfrutado por la sociedad e identificarlo a la vez con su entorno. Para conseguirlo es necesario que esté organizado, custodiado en centros, que llamamos archivos, y difundirlo para el conocimiento de todos los ciudadanos.

Los documentos correspondientes a un territorio concreto deberán estar formando parte de los elementos que integran el medio-ambiente, paraje natural, Iglesia, yacimiento, norias, archivo, etc.

El patrimonio documental almeriense surge por las actuaciones que las personas e instituciones llevan a cabo en nuestro ámbito local y en su relación con otras administraciones autonómicas, estatales y de otros países.

A este Patrimonio lo podemos reconocer en unos centros que son los Archivos.

Se entiende por archivo al conjunto organizado de documentos producidos y/o recibidos en el ejercicio de sus funciones por las personas físicas o jurídicas , que se conservan para la gestión administrativa, la información, la investigación y la cultura.

Identificaremos para nuestra provincia las Administraciones que poseen archivos:

- Estatal y Autonómica: archivo histórico provincial

- Local: archivo municipal y archivo diputación

- Eclesiástica: archivos parroquiales y archivo catedralicio.

- Privadas: archivos de empresas, sindicatos, etc.

 

Haremos hincapié en el análisis del Patrimonio Documental, pues el Bibliográfico es menos urgente la intervención por estar más consolidado en el entramado social.

El concepto de Patrimonio Documental trasciende el ámbito local; y en cuanto suma de conocimientos, nos lleva a un resultado global de una actuación determinada. Así los diversos estudios locales de un proceso electoral por provincias, configuran el mapa electoral de un país, transformando un concepto individual en general.

Describiremos brevemente el estado actual y real de los distintos archivos almerienses con la pretensión de configurar una alternativa que nos permita salir de la situación actual, que no es la deseable y para lo cual tendremos que introducir nuevos parámetros.

Esta situación la hemos obtenido del estudio de los siguientes documentos:

 

- Inventarios realizados por los propios municipios y enviados a la Diputación Provincial en el año 1945.

- Resultados de las visitas realizadas por el historiador J.A. Tapia Garrido a los distintos municipios de la provincia en los años 1960-1970.

- Contestación a los cuestionarios enviados por el I.E.A., Vocalía de Archivos, en el año 1983.

- Censo del Sistema Andaluz de Archivos elaborado por el Archivo General de Andalucía, de la Consejería de Cultura, editado en 1997 y remitido a todos los profesionales y archivos andaluces.

 

Desde el año 1945 al 1997 el panorama de los archivos almerienses es el siguiente:

De los archivos ubicados en la capital, entendemos que cumplen los requisitos para ser considerados como archivos, los siguientes :

El Archivo Histórico Provincial, el Archivo de la Diputación Provincial, así como el Archivo Municipal (si exceptuamos de este último que no cuenta con espacio suficiente, ni es adecuado para albergar el Patrimonio de la ciudad. El edificio proyectado para el mismo se encuentra paralizado desde 1992; por lo cual, la función principal de "recogida de la documentación" no se lleva a cabo desde el año 1980).

Respecto al Archivo de la Diputación, se encuentra alejado del núcleo urbano y con edificios adaptados por su carácter de provisionalidad; esto supone un grave inconveniente a la hora de incluirlo en el proceso cultural que demanda la sociedad.

Vamos a dar una visión del conjunto de archivos municipales de la provincia.

De los 103 municipios de la provincia de Almería, el Censo Andaluz de Archivos considera como tales a 6 y son los siguientes:

5 archivos correspondientes al Poniente almeriense: Roquetas, El Ejido, Adra, Dalías, Vícar; y en el Levante, el de Vera.

Tal consideración no significa que sus condiciones sean las óptimas.

El resto, considerados como "depósitos de archivos", reúnen las características globales siguientes:

Las superficies de dichos depósitos oscilan entre 2 m2 y 20 m2., siendo pocos los que disponen de más de 50m2.

A pesar de la insuficiencia de espacio, dichos depósitos sirven además para otros fines, como el de almacén (61 municipios); otros añaden a esta función la de aseo, cuarto de trastos viejos, o altillos sobre cuartos de baño.

Naturalmente ninguno de estos depósitos tienen un profesional al frente de los mismos.

En este marco es donde se "conserva" el Patrimonio Documental de cada uno de estos pueblos, que evaluados por las respuestas a los cuestionarios, conservan documentación de los siglos XVI (muy pocos municipios) hasta el siglo XX.

Consideramos en este último apartado que es bastante arriesgado hacer ninguna evaluación sin contar con una organización de los documentos existentes en dichos depósitos, que posiblemente nos permitiría conocer la información completa que contienen. No cabe duda que la vida municipal fue y es rica en producción documental.

 

Nos preguntamos:

¿No estuvieron desde su creación funcionando y por lo tanto generando documentación todos estos Ayuntamientos?

¿Que se ha hecho de esta documentación que no está disponible?

Corrobora esta situación el caso de un municipio pequeño, Instinción, con un archivo almacén y que dice tener documentación del siglo XVI.

Así mismo, otros municipios que en encuestas anteriores reseñaban documentación del siglo XVI, en los datos del Censo, dicha documentación no aparece.

Los trabajos técnicos de inventario de fondos no ha sido realizados por ninguno de estos "Depósitos" de archivo.

En el aspecto de conservación, según las respuestas el resultado es una situación denominada como regular. La combinación de depósitos pequeños, la ausencia de organización e inexistencia de personal , da como resultado que la conservación solo puede deberse, si es así, a la propia supervivencia del soporte, el papel.

Respecto a medidas de protección contra los agentes externos e internos, ningún archivo las tiene, lo que supone indudablemente un riesgo para la pervivencia de los documentos. No existen extintores ni aparatos para medir la temperatura y humedad. No se realizan programas de desinfección y desinsectación...

Es importante mencionar el uso indiscriminado de los soportes informáticos, cuya legalidad y perdurabilidad para la información que contienen está sin resolver.

El cambio continuo de máquinas y programas convierte en inservible documentos recientes que no en todos los casos tienen el sustituto del soporte en papel; y respecto a éste la dualidad - respecto del medio ambiente e información en soporte papel - con la utilización del papel reciclado, está ocasionando pérdida de información, por no reunir las características de perdurabilidad necesarias. Estudios técnicos avalan esta afirmación, recomendando su utilización solo para plasmar información que no haya de conservarse (sobres, listados de ordenador, etc.).

Tras la exposición anterior, la intervención que los responsables de esta situación pueden llevar a cabo se traduciría en:

- Espacios adecuados.

- Recursos humanos suficientes.

- Recursos materiales.

Y todo ello, como elementos integrantes del territorio donde se halle y coopere en el desarrollo integral de esa comunidad.

Estas propuestas de mejora comportan un cambio de mentalidad capaz de interrelacionar los distintos aspectos del Patrimonio Histórico, enmarcándolos en su medio-ambiente, y ser generadores de riqueza en su más amplio sentido.

El uso y disfrute para el ciudadano y la sociedad en la situación actual de este Patrimonio Documental es escaso. Ante masas desorganizadas de documentos, en muchos de los casos deteriorados por los agentes medioambientales, con dificultad para su localización, se prescinde de esta información, lo que significa prescindir del conocimiento de lo realizado por el hombre a lo largo de los años y en su territorio en concreto.

Es demasiado conocida, no solo la queja, sino la imposibilidad que tienen los investigadores de no poder completar como quisieran sus estudios, ante la falta de documentación. Aún es más grave cuando hay legislación suficiente que avala el derecho del ciudadano a la información.

Otra faceta de la formación cultural y educativa de los pueblos, es el descubrimiento y conocimiento del pasado a través de la exposición de los documentos. En situaciones de abandono como la que se plasma es difícil conseguir estos objetivos.

Consideramos el Patrimonio Documental producto de la actividad humana, indispensable para el conocimiento de los pueblos y su propia identificación.

Hay una urgente necesidad de intervenir para remediar esta situación estática, que va empeorando con el paso del tiempo. Así pues,

 

PROPONEMOS:

1º) Creación de puestos de archiveros de comarca, cuyas funciones serían las de instruir, coordinar y supervisar al personal de los ayuntamientos, para la organización de todos los archivos municipales.

2º) Establecer convenios con otras instituciones, como la Federación Andaluza de Municipios y Provincias; con los Servicios de Apoyo a los Municipios de las Diputaciones Provinciales, para la financiación de programas de archivos municipales.

3º) Evaluar la conveniencia de la participación de empresas de la localidad, que financien los trabajos de organización de estos archivos, para posibilitar la celebración de distintos eventos culturales.

4º) Participación de las distintas administraciones y profesionales en los foros referentes a todas las parcelas del Patrimonio Histórico, para alcanzar un objetivo común dentro del territorio.

5º) Contar con el asesoramiento de los técnicos de archivo en los proyectos de remodelación ó construcción de las nuevas casas consistoriales, para proyectar los espacios destinados a archivos.

6º) Fomentar la creación de equipos de profesionales titulados en esta disciplina de la Archivística y la Documentación, preparados para intervenir en la organización y mantenimiento de estos centros documentales.

7º) Arbitrar las medidas necesarias para que el patrimonio documental eclesiástico pueda formar parte del acervo cultural de la provincia.