ENCUENTRO MEDIOAMBIENTAL ALMERIENSE: EN BUSCA DE SOLUCIONES

GESTIÓN DE RESIDUOS BARRA DE EXPLORACIÓN

DOCUMENTOS DE TRABAJO Y COMUNICACIONES

RESIDUOS EN LA AGRICULTURA INTENSIVA. EL CASO DE ALMERÍA

Gabriel Cara Rodríguez, José Rivera Menéndez

 

Posibles alternativas para los residuos agrícolas

La agricultura tradicional apenas si se enfrentaba con problemas de residuos. Estas agriculturas prácticamente lo aprovechan todo, así, por ejemplo, los restos de las cosechas se utilizan como pienso para el ganado, y el estiércol de los animales como abono orgánico. No es este el caso de la agricultura intensiva, en la que se prescinde del ganado por no disponer los agricultores de tiempo para atenderlo, lo que obliga a la adquisición del estiércol y a la utilización de abonos inorgánicos. Vamos a tratar el problema de los residuos en una de las nuevas formas de agricultura, la agricultura bajo plástico que se extiende por el litoral mediterráneo, especialmente en la provincia de Almería. Vamos a centrarnos en esta provincia por ser de la que más datos del tema, aunque el problema afecta por igual a la costa granadina y a la provincia de Huelva.

No cabe duda que los cultivos intensivos bajo plástico, suponen uno de los puntales básicos de la economía de Almería. Estos cultivos, aunque se localizan preferentemente en el Poniente, Campo de Dalías, pese a los problemas que se plantean con la escasez de agua, se continúan expandiendo por nuevas zonas de la provincia, como en los municipios del bajo Andarax, Campo de Níjar, y el levante.

Aparte del problema mencionado de la escasez de agua, este tipo de cultivos plantea otros problemas difíciles de resolver y que suponen un elevado impacto ambiental, entre estos habría que señalar la necesidad de ordenar el territorio, de manera que se planifiquen los espacios sobre los que se realizan estos cultivos, ya que necesitan acceso rodado, abastecimiento de agua y electricidad, y habría que plantearse la necesidad de crear una red de saneamiento para solucionar el problema de los lixiviados, o la forma de obligar a los agricultores a que los solucionen individualmente, y el problema de los residuos que generan, que por su tipo y volumen plantean problemas de imagen, ambientales y sanitarios que es necesario solucionar. Para hacernos una idea inicial de la magnitud del problema, indicar que en la provincia de Almería se generan anualmente 900.000 Tn de restos vegetales, 45.000 toneladas de plásticos procedentes de los invernaderos y 5.000 Tn más de otros materiales, alambres, amarres con mallas, etc.

En este trabajo vamos a limitarnos a tratar el tema de los residuos de cultivos bajo plástico. En primer lugar hay que señalar que los residuos, dentro del impacto medioambiental, tienen un importante impacto paisajistico que afecta a la imagen de los productos de la zona en que se producen y por lo tanto a los precios que se van a obtener por los productos. La imagen de los cultivos en invernadero de otros países, zonas limpias sin residuos a la vista, contrasta con la de las zonas de estos cultivos en la provincia, plásticos rotos, restos de plantas y cosechas en la puerta de los invernaderos, ramblas llenas de residuos, etc.

Aparte del impacto paisajistico, los residuos plantean problemas de tipo sanitario, tanto para cultivos como para personas, y de contaminación del entorno.

Todavía son habituales prácticas tales como la quema de los plásticos de los invernaderos, tirar los restos de cosechas en las ramblas o el depositar los envases vacíos de productos fitosanitarios en cualquier lugar, por poner algunos ejemplos. Hay algunos ayuntamientos que han elaborado programas de higiene rural, pero son pocos y su cumplimiento se enfrenta con todo tipo de problemas.

A los problemas ya conocidos, plásticos, biomasa, etc., hay que añadir el de la utilización de sustratos, que plantean nuevos problemas y son una importante fuente de residuos.

Para hacernos una idea de la magnitud del problema de los residuos de este tipo de cultivos hemos intentado cuantificarlos en el cuadro siguiente. Para la estimación hemos dividido el volumen del residuo por los años en que tarda en producirse, así, por ejemplo a la cubierta de plástico del invernadero, le hemos dado una duración de tres años, para cubrir una Ha se necesitan entre 2.000 y 2.260 Kg./Ha según el tipo de plástico empleado, y en los sustratos hemos supuesto una duración de dos años.

 

Producción anual media de los principales residuos de invernadero

Biomasa residual

29,1 Tm/Ha

Plástico cubiertas

0,7 Tn/Ha

Envases plásticos de fitosanitarios

68 ud/Ha

Sustratos

6-10 Tn/Ha

 

A los anteriores hay que añadir otra serie de residuos cuantificables, como restos de semilleros, cajas, etc. Dentro de la biomasa residual no se ha tenido en cuenta los productos que se "retiran" en las épocas de exceso de producción, y que en algunos casos, como en la temporada pasada con el tomate, pueden llegar a alcanzar, en total, miles de toneladas. Para hacernos a una idea de la magnitud que puede alcanzar el problema, en la pasada campaña agrícola, en el término municipal del Ejido, con 10.413 Has invernadas se recogieron 290.000 metros cúbicos de restos vegetales y 4,7 millones de kilos de residuos plásticos. Los sustratos, sobre todo lana de roca y perlita, aunque poco extendidos en la actualidad pero en rápida expansión, no se recogen, por lo que es fácil contemplar montones de sacos de estos productos tirados, especialmente por el Campo de Dalías.

El tema de los lixiviados merece, también, ser tomado en consideración, especialmente en el caso de los sustratos. Estos líquidos, se producen tanto en el cultivo en arena como en sustratos, pero en estos materiales presentan más altas concentraciones de abonos y pesticidas. Los lixiviados se vierten sin ningún tipo de tratamiento o control, con lo que pueden acabar contaminando el acuífero, todavía con más intensidad de lo que esta en la actualidad como consecuencia de la actividad agrícola. Para evitar este problema se debería de obligar a todos los invernaderos que utilicen sustratos a recoger y reciclar estos líquidos.

En algunos ayuntamientos existen proyectos de recogida de residuos, que chocan con numerosos problemas, el principal es el destino final de los residuos. Algunos, como los alambres, son valiosos y fácilmente reciclables, otros como el plástico, en parte se reciclan y los restos vegetales, que podrían tener muchos usos, en su mayor parte se depositan en vertederos, que se llenan rápidamente.

La solución del problema es urgente, ya que si no el campo puede acabar ahogado en sus residuos, pero para ello es necesaria una política coordinada entre las distintas administraciones que tienen competencia en el tema. Dentro de estas posibles alternativas habría que tomar en consideración las siguientes:

 

1.- Reducir la "producción" de residuos.

No solo es imprescindible que no aumente la superficie cultivada, también es necesario que se reduzcan las hectáreas que ya existen. No se pueden articular soluciones para los residuos si no podemos prever las cantidades futuras con las que nos vamos a enfrentar. El rendimiento por Ha puede aumentarse. La mejora en las estructuras de cultivo permitiría producir más, con mejor calidad con menos Has.

 

2.- Utilización de materiales con una vida media de uso lo mayor posible.

Plásticos, postes, alambres, envases, etc., de mayor calidad y por lo tanto de mayor duración.

 

3.- Los materiales usados en todo el proceso productivo, desde la germinación de la planta, hasta la comercialización final del fruto, (bandejas de semilleros, cajas de comercialización,... deben ser también reutilizables el mayor número de veces.

 

4.- Antes de lanzar un nuevo material de uso para las explotaciones agrícolas, habría que tener la seguridad de que es biodegradable, o fácilmente reciclable en la zona. De no ser así debería de obligarse al fabricante a retirar los residuos a su origen para darle el tratamiento adecuado. El vendedor debe de asumir la responsabilidad de hacerse cargo de los residuos que genere la utilización de su producto, así por ejemplo, en Holanda, los fabricantes retiran la perlita y la lana de roca usada al servir la nueva encargándose de su posterior reciclaje.

 

5.- Selección a pie de invernadero, por el agricultor, de los distintos residuos.

Para que esto sea posible, es necesario adecuar las fincas con espacios libres para que la separación sea efectiva, previendo la instalación de contenedores. La selección posterior de los residuos, al igual que en los residuos urbanos, resulta mucho más problemática y costosa.

 

6.- Servicio de recogida de residuos sistemático.

Con horario y fechas de recogida estrictos y efectivos, teniendo en cuenta el momento en que se encuentra de campaña, los residuos que se generan en cada temporada, etc.

 

7.- El coste de este servicio de recogida de residuos agrícolas y el reciclado de aquellos desechos que no tienen interés comercial para los recicladores existentes, debe de ser soportado por los propios agricultores.

La tasa podría depender de los metros de finca en explotación, y si fuese necesario de los tipos de productos cultivados, pues cada hortaliza genera un peso y un volumen distinto. La tasa debería de ser obligatoria para todos los agricultores, apoyándose en las ordenanzas municipales.

 

8.- La empresa, consorcio, junta de agricultores, o como se quiera llamar, que tenga a su cargo la recogida y tratamiento de los residuos, debe ser constituida, explotada y dirigida por los propios agricultores, aunque, en principio, pueda ser puesta en marcha por alguna Institución Pública y posteriormente transferida a los agricultores. De esta forma el agricultor tomaría más interés y se responsabilizaría de su buen rendimiento, sobre todo del económico, medioambiental, sanitario, nuevos puestos de trabajo, etc.

Sería recomendable, para evitar el dominio de unos pocos en estas agrupaciones, que su composición fuese democrática, partiendo de un agricultor un voto en vez de un voto por hectárea, o buscar alguna forma de que se compense el peso de las grandes propiedades.

Si en un futuro el tratamiento de los residuos fuese rentable, sus beneficios estarían en manos de los propios agricultores.

 

9.- Para garantizar el buen uso de los productos fitosanitarios se debería de exigir el control y seguimiento de los productos, dosis, mezclas, plazos de seguridad, incidencia en el medio, etc., por medio de un libro de registro en cada explotación, que seria supervisado por un ingeniero técnico agrícola, responsable de la explotación.

 

10.- La Junta de Andalucía debería de fomentar la creación de plantas que permitan reciclar los residuos de los cultivos intensivos, y en caso de que la iniciativa privada no lo haga, hacerse cargo de la creación de estas plantas.

En este sentido es necesaria la ampliación de la planta de reciclado existente, y la creación de otras nuevas, de manera que se recicle todo el plástico que se utiliza en este tipo de cultivos.

También es necesarias la creación de plantas que se hagan cargo de la eliminación de los residuos vegetales, ya sea a través de su compostaje, o para la fabricación de piensos. Para solucionar el tema de los productos que se retiran por sus bajas cotizaciones, se podría estudiar la creación de una fábrica de conservas que se haga cargo de los mismos o cualquier otra solución que evite que acaben llenando los vertederos de la zona.

Se debería de estudiar la viabilidad de construir una planta de biogas, basándose en los residuos vegetales, para la producción de gas y abonos. Este gas podría ser utilizado como combustible ya sea en los invernaderos o para la obtención de energía. Una incineradora para quemar los residuos vegetales y producir energía eléctrica no parece adecuada ya que el residuo en su mayor parte es agua, y además estas plantas acaban quemando de todo para poder funcionar, tienen un fuerte impacto ambiental y con la quema de los residuos pasamos el problema al aire donde es imposible de controlar.

 

11.- Sería necesaria la creación de una planta de eliminación de residuos fitosanitarios procedentes de los envases usados. La planta podría ser de energía solar, el proceso de fotocatalisis, aprovechando la experiencia en este sentido de la Planta de Energía Solar de Tabernas.

Sería importante que el fabricante del contenido de los envases se hiciese cargo del coste del proceso y que estos, una vez limpios, se le devolviesen para que se pudiesen reutilizar.

 

12.- Sería importante que este tema no se politizase y que se alcanzase un acuerdo en torno al mismo asumido por todos los partidos políticos y que permita tomar las medidas necesarias para solucionar el problema de los residuos de manera decidida y eficaz. Si, por ejemplo, el tema de las tasas a pagar por los servicios de recogida se usan como arma política, un plan de recogida puede ser totalmente ineficaz. A la mayoría de los agricultores no les importa pagar un servicio que demandan siempre que este se haga de forma eficaz y de manera adecuada.

 

13.- En el momento en que un plan de recogida de residuos, higiene rural, ordenanza, etc., se apruebe es necesario llevarlo a la práctica controlando y penalizando a los infractores. En este sentido la policía municipal y otras instituciones como el SEPRONA deben de jugar un papel fundamental.

 

14.- Es fundamental la información y la educación de la población pues todos los puntos dependen de esto. S.A.S., Ayuntamientos, Medio Ambiente, Asociaciones Agrarias, etc., deben de conducir las iniciativas de los agricultores a buen término, con la información y financiación suficientes. No se trata de hacer campañas puntuales, más publicitarias que otra cosa, sino campañas permanentes y específicas en el tema de los residuos con el seguimiento adecuado. Es preciso realizar estudios epidemiológicos, introducir sistemas y productos de cultivos menos agresivos, crear el carnet de manipulador de plaguicidas, etc.

 

15.- Alternativas como la reducción y reciclaje total de los residuos de la agricultura intensiva, pueden parecer tan utópicas como la transformación de esta agricultura intensiva en biológica, pero por algún sitio y momento hay que empezar.

Las propuestas anteriores son provisionales, y en algunos casos, con mayor o menor éxito se están intentando llevar a cabo por distintas instituciones, de que todos tomemos conciencia del problema y de la necesidad de solucionarlo depende en parte el futuro de la agricultura provincial.