El GEM aplaza la entrega de los premios DUNA y recuerda que la crisis climática sigue ahí
La situación de la pandemia del coronavirus aconseja posponer el acto de entrega
El Grupo Ecologista ha decidido aplazar al año que viene, cuando las circunstancias generadas por la Covid-19 lo permitan con total garantía, el acto de entrega de los premios que cada año conceden a personas, entidades o instituciones que realizan una labor positiva en favor del medio ambiente, los recursos naturales, el desarrollo sostenible y el patrimonio almeriense.
Una decisión tan complicada como los tiempos que nos ha tocado vivir, pero que llevará a cabo como lo ha hecho durante los últimos 34 años de forma ininterrumpida. Recordar que en esta última edición las personas y entidades premiadas han sido la agricultora y ganadera ecológica Santiaga Sánchez Porcel, que desarrolla su labor como productora y sus actividades de educación ambiental y defensa del patrimonio cultural y etnográfico en la Comarca de Los Vélez, la cadena radiofónica Onda Cero, por su concurso de fotografía de la Naturaleza que, con el paso de los años, ha conseguido reunir un banco documental impresionante sobre la Naturaleza y los entornos naturales de la provincia que va recorriendo distintos municipios almerienses; y la Estación Experimental Las Palmerilla de Cajamar Caja Rural, por el desarrollo de proyectos de investigación agraria destinados en muchos casos a optimizar el uso de recursos naturales, adaptar los cultivos a las nuevas condiciones generadas por el cambio climático, o avanzar en modelos más sostenibles para el sistema productivo agrario de la provincia.
El GEM traslada a la población almeriense sus reflexiones en torno a la situación de colapso a la que ha de enfrentarse nuestra provincia, y en general nuestro planeta, el único que tenemos para poder seguir viviendo. Estamos en una pandemia global causada por el coronavirus y entendemos que ante una situación extraordinaria hay que adoptar medidas extraordinarias; pero no deberíamos echar en el olvido que, una vez superada esta crisis, la amenaza planetaria del cambio climático seguirá ahí como la mayor de las amenazas a las que debe enfrentarse nuestra sociedad; en realidad todas las sociedades en todo el mundo.
Los profundos desequilibrios que estamos provocando en la Naturaleza van incluso más allá de los problemas generados por el coronavirus, el cambio climático está secando medio planeta, desplazando de los territorios a millones de personas, lastrando las economías y la calidad de vida de más de la mitad de la población mundial y afectando gravemente a la salud de las personas y de los entornos naturales.
En este escenario, comprobamos con enorme preocupación la relajación de las políticas que deberían aplicarse para corregir esos desequilibrios, o la ausencia de aplicación real de una serie de medidas esenciales para sobrevivir tras esta pandemia en que nos encontramos. En Almería el regadío se sigue expandiendo, a pesar de que el déficit hídrico sigue presente y agravándose como consecuencia de un insensato aumento de la demanda.
La ocupación de espacios naturales amenaza con generalizarse con la anuencia de unas administraciones, fundamentalmente los ayuntamientos y la Junta de Andalucía, que no parecen tener clara la importancia del medio ambiente y del exquisito cuidado que, a estas alturas de la historia, requieren los recursos y los entornos naturales.
Por otra parte, la pérdida de biodiversidad es alarmante, con la desaparición constante de especies animales y vegetales que forman parte de un equilibrio necesario para permitir el desarrollo de la vida en los territorios. Cada vez quedan menos abejas que polinicen nuestros campos, menos insectos que nos ayuden a controlar las plagas, menos vegetación que proteja nuestros suelos.
Al final de ese trayecto puede estar un futuro lleno de incertidumbres y profundamente injusto hacia millones de seres humanos, o puede abrirse una puerta a la esperanza si somos capaces de ser respetuosos y razonables en la gestión de los recursos disponibles y en la defensa de la vida, la natural y la social. Porque esta crisis está dejando además una brecha creciente entre las personas que más tienen y las que menos, entre las que les sobra y aquellas que carecen de todo.
Vemos cómo los grandes grupos nacionales y multinacionales siguen engordando sus cuentas mientras a los grupos menos favorecidos cada vez les cuesta más cubrir sus necesidades básicas y eso se convierte irremediablemente en otra de las grandes amenazas para nuestro futuro: la apertura de esa brecha, el ahondamiento en el reparto desigual de la riqueza, la creación de nuevas fronteras de acceso a las poblaciones más desfavorecidas, pueden generar un clima irrespirable para la convivencia en este maltratado planeta nuestro.
Por todo ello, desde el GEM estamos dispuestos a seguir adelante, a denunciar cada abuso, cada injusticia, cada decisión que vaya en contra del medio ambiente, de la búsqueda de modelos más sostenibles, del anhelo de una energía más limpia, que multiplique los efectos de la contaminación, que agrave la ya de por sí crítica situación del cambio climático. Por eso estaremos ahí, como lo hemos estado desde hace ya 43 años, exigiendo un mundo en el que todos podamos vivir, en el que nadie muera por efecto de las acciones de quienes muestran cada día carecer de conciencia, en el que se imponga la solidaridad y el respeto. Eso es lo que llevamos haciendo más de cuatro décadas y lo que seguiremos haciendo hasta que nuestra presencia y nuestras reivindicaciones no sean necesarios.
Almería, Noviembre 2020
GRUPO ECOLOGISTA MEDITERRÁNEO