Magdalena Cantero Sosa |
Responsable del Centro de Iniciativas Municipales de Formación y Empleo del Ayuntamiento de Adra. Directora de la Escuela Taller "Jose Oliva" de Adra. |
Resumen:
El patrimonio, entendido como un conjunto de elementos naturales y culturales, se considera un valioso recurso para propiciar el desarrollo local y comarcal, sobre todo en un territorio como el almeriense, que soporta en el turismo una de sus principales actividades económicas.
Así, el programa de Escuelas Taller y Casas de Oficios desde su inicio en el año 1988 se ha consolidado dentro del ámbito nacional como un instrumento idóneo para formar e insertar jóvenes en el mercado laboral, a la vez que se rentabiliza socialmente su esfuerzo, una vez puesto en valor el patrimonio histórico y/o cultural recuperado. Por ello, el binomio: formación para el empleo-recuperación patrimonial, es realmente importante como línea de trabajo que propicia el desarrollo territorial.
I. Antecedentes.
A mediados de la década de los 80, cuando asistimos a una profunda crisis económica que se traduce en altos índices de desempleo, fundamentalmente entre los jóvenes, se establece un fórmula novedosa e innovadora dentro de las políticas de empleo de nuestro país: "aprender-trabajando", facilitando a aquellos jóvenes que se encuentran en situación de desempleo por su escasa cualificación profesional y/o bajo nivel académico, la posibilidad de insertarse en el mercado laboral a la vez que recuperan desde oficios artesanales un Patrimonio histórico muy degradado y con escasas inversiones para su puesta en valor.
Es así como, de manera experimental, comienza a fraguarse el programa de Escuelas Taller y Casas de Oficios bajo la tutela del Instituto Nacional de Empleo en 1985, consolidándose dentro del ámbito nacional como un instrumento capaz de formar e insertar a jóvenes en el mercado laboral, a la vez que se rentabiliza socialmente su esfuerzo, una vez valorizado el patrimonio histórico o natural recuperado.
El programa de Escuelas Taller y Casas de Oficios establece la posibilidad de que los jóvenes, a través de un aprendizaje polivalente y multidisciplinar, participen en el propio desarrollo de su municipio, de ahí que pueda considerarse un programa que propicia la "ilusión y motivación social". La realidad constatable tras una experiencia de doce años de trayectoría del programa, manifiesta cómo el colectivo de jóvenes que participa en el mismo procede en su mayor parte del fracaso escolar y cuenta con una escasa motivación para los temas relacionados con las fórmulas tradicionales de educación reglada. Sin embargo, la formación de tipo procedimental que se imparte en el programa, permite que estos "alumnos-trabajadores" tomen conciencia de su "oficio" y, así, alcanzar un profundo grado de especialización, siendo capaces de promover y gestionar su propio autoempleo. El asesoramiento individual y grupal sobre temas relacionados con la gestión y orientación laboral, así como la consolidación en algunos ayuntamientos de la figura del Centro de Iniciativas Empresariales, supone sin lugar a dudas el apoyo institucional que estos jóvenes, por su corta edad y experiencia laboral, necesitan para integrarse en el mundo activo.
Como se ha podido constatar, se trata de un programa de gran embergadura social y económica: según los datos del INEM, en el año 1996 el número de alumnos superó los 54.000, 11.000 contrataciones en profesorado y otro personal, ascendiendo el presupuesto global del programa a los 40.000 millones de pesetas.
Fruto de esta línea de trabajo iniciada a lo largo de toda la geografía nacional, que posibilita la formación para el empleo y la recuperación del patrimonio construido, surgirá a partir de 1993, mediante un Acuerdo del Consejo de Ministros de 27 de agosto del mismo año, la autorización para desarrollar esta fórmula de desarrollo territorial a través de la recuperación del patrimonio en otros paises, fundamentalmente en Latinoamérica.
La valoración del programa, por lo tanto, no puede ser más positiva, ya que se establece como un elemento de fuerte implantación social, que permite el desarrollo del municipio o la comarca en que se ubica, de manera que se forma y profesionaliza a los jóvenes a la vez que se ponen en valor recursos ociosos susceptibles de generar empleo, hecho que contribuye a asentar población en el territorio.
El programa ha experimentado una evolución importante en sus conceptos, adaptándose a los nuevos planteamientos que impulsan el desarrollo local y comarcal, esto es, como cualquier organismo vivo, ha experimentado a lo largo de sus doce años de vida cambios constantes, como constantes y contínuas han sido las transformaciones que ha experimentado el mercado laboral y la sociedad en las puertas del siglo XXI.
II. El patrimonio Histórico en la provincia de Almería, bajo la óptica del programa de Escuelas Taller y Casas de Oficios.
Desde que a mediados de 1988 se iniciara el programa en la provincia de Almería (E.T. Velez Rubio) ha logrado consolidarse como un instrumento de apoyo importante en la lucha de los municipios de interior, en aras de asentar a su población más joven, ofreciendo formación y experiencia laboral, mientras se rentabilizan social y económicamente unos recursos capaces de generar empleo y desarrollo.
La vinculación que ha tenido el patrimonio con las E.T. y C.O. y viceversa en Almería quizás no haya tenido la misma incidencia que en el resto de las provincias andaluzas; de un total de 57 Escuelas Taller y Casas de Oficios en la provincia, 32 han intervenido en patrimonio histórico y/o cultural, contabilizándose 15 cuyo marco de actuación ha estado relacionado con Bienes de Interés Cultural (B.I.C.), o su entorno más inmediato. La importancia que ha supuesto la recuperación de bienes inmuebles de elevado valor histórico, artístico, arqueológico o etnológico, etc, no habría sido posible sin un programa de estas características, junto al apoyo municipal; desde el punto de vista económico, se han superado los 6.000 millones de pesetas, a lo que debemos sumar las aportaciones municipales (25% de la subvención recibida).
No podemos pasar por alto el interés que dentro de la Comunidad Autónoma andaluza y, sobre todo, a la Dirección General de Bienes Culturales (Consejería de Cultura), suscitan las intervenciones de las E.T. y C.O., ya que como organismo tutelar del Patrimonio Histórico le corresponde velar por la ejecución de unas actuaciones de protección y conservación que se ajusten a la legislación vigente, evaluando la experiencia de las Escuelas Taller, Casas de Oficios y Unidades de Promoción y Desarrollo como "... la primera experiencia de desarrollo local de caracter pruridisciplinar asentada en Andalucía". Desde el año 1991, se realizan igualmente acciones de coordinación, recogidas en el propio Plan General de Bienes Culturales dentro del Programa de Cooperación para el Desarrollo Regional.
A lo largo de 1995, se desarrolló en Aguilar de Campóo (Palencia), bajo la dirección del INEM y de la Universidad Autónoma de Madrid el "II Curso de Formación de Directivos y Dinamización de la Red de Escuelas Taller", con posterioridad, y con caracter más específico, tiene lugar para el personal directivo un "Master de Desarrollo Territorial", en lo cual donde podemos apreciar una apuesta decidida por la formación y, sobre todo, por imbuir la idea de que sin lugar a dudas el programa es capaz de generar auténtico desarrollo, entendido desde su vertiente económica y social.
El Patrimonio, entendido como un conjunto de elementos naturales y culturales, se considera cada vez en mayor medida un valioso elemento para propiciar el desarrollo, sobre todo en un territorio como el almeriense, que soporta en el turismo una de sus principales actividades económicas, ya que dinamiza el entorno económico y favorece la calidad de vida, aunque no por ello deba perder su significación cultural. Como ejemplo de lo planteado, destacaría la participación de la E.T. "José Oliva" en el Seminario "El Patrimonio, piedra angular del desarrollo económico y local", en que la rehabilitación de una Fábrica Azucarera de finales del siglo XIX, supone el caso más evidente de recuperación del patrimonio arqueológico industrial y creación de empleo. Por supuesto no se trata de un caso aislado, son manifiestos otros trabajos como el Museo de Pintura de Almería; Castillo de Cuevas del Almanzora; Santuario del Saliente en Albox; la puesta en valor de la estación de tren de Tíjola, apuesta decidida por el turismo rural o de interior, etc.
Como puntualización final, enunciaré el trabajo desarrollado por otras muchas E.T. y C.O de la provincia de Almería en campos diferentes y no vinculados directamente con el patrimonio histórico o natural, por citar algunos: El Ejido, Autoridad Portuaria de Almería, Turre, Consorcio de municipios del Medio Andarax y Bajo Nacimiento, Gador, etc. en los que el acercamiento al desarrollo local y a la creación de empleo se manifiesta a través de la ejecución de edificios de nueva planta, no por ello carentes de gran interés e importancia.
III. El Patrimonio, factor de desarrollo.
Cuando atravesamos por un momento especialmente delicado, en materia de empleo (20% de desempleados en España), uno de los países de la U.E, donde la incidencia es mayor, resulta ineludible la adecuación de los recursos del entorno, a la generación de empleo. Así, el Libro Blanco sobre el crecimiento, la competitividad y el empleo, propuesto por la Comisión Europea (1993), junto a los Consejos europeos celebrados en 1994 y 1995 en Corfú y Cannes, establecieron la importancia de las iniciativas locales como generadoras de empleo. Planteándose, igualmente, el potencial de los Nuevos Yacimientos de Empleo, en los cuales la valorización del patrimonio cultural y el turismo desempeñan un papel realmente destacado.
Desde este acercamiento, la Comunidad Autónoma de Andalucía (Consejería de Cultura. Junta de Andalucía), promueve en las "Bases para una carta sobre Patrimonio y Desarrollo en Andalucía" el valor del patrimonio como un recurso de progreso económico. Si bien, desde un planteamiento más economicista destaca el "Plan de Desarrollo Integral del Turismo en Andalucía" donde el recurso patrimonial es un elemento más a favor del sector turístico, activándose con la creación y consolidación de "turismos temáticos o culturales".
En definitiva, los municipios, comarcas, etc. deben comenzar a valorizar los recursos que por el momento se encuentren ociosos. La recuperación y rehabilitación adecuada y coherente de los bienes patrimoniales, es sin lugar a dudas el camino hacia el que deben dirigirse muchas localidades y comarcas almerienses ante la pérdida de población a favor del litoral. Frente a esta situación cabría preguntarse ¿por qué no iniciar el primer paso de este largo recorrido con la creación de una Escuela Taller o Casa de Oficios?.