Jerónimo Molina Herrera |
Economista |
1. Población y Renta.
Durante gran parte del siglo XX, Almería ha sufrido una gran depresión económica la cual se refleja en la evolución de su población. Mientras en el conjunto de España y en Andalucía, la población crece ininterrumpidamente durante todo el período, en ésta provincia ha permanecido estancada e incluso en retroceso, no recuperando el número de habitantes de 1910 hasta 1981. Consecuencia de lo anterior es que España dobla su población a lo largo del siglo y sin embargo Almería sólo aumenta un 35%, concentrándose éste crecimiento en los últimos veinte años, como queda reflejado en el Gráfico 1.
EVOLUCION DE LA POBLACION DE DERECHO. 1900-1995
Fuente: INE.
Desde el punto de vista de la producción, si observamos la evolución del PIB per cápita de Almería desde 1955, según los datos elaborados por el servicio de estudios del BBV, y la comparamos con la del conjunto de España, se pueden apreciar claramente tres etapas: hasta 1967, Almería transita entre los últimos lugares de las provincias españolas, con una producción per cápita que apenas alcanza el cincuenta por ciento de la media española; desde 1969 a 1981, se produce un gran despegue de la economía almeriense, manteniendo tasas de crecimiento superiores a la española y por lo tanto, aproximándose de manera considerable a la media, alcanzando en 1981 un PIB per cápita en torno al setenta y cinco por ciento de la media nacional; desde ese año y hasta la actualidad, Almería crece en términos per cápita a un nivel muy similar al conjunto de España manteniéndose, por tanto, el diferencial respecto a los valores medios. Esta desaceleración se debe tanto a la imposibilidad de mantener indefinidamente tasas de crecimiento muy elevadas al ir aumentando el tamaño de la cifra en términos absolutos, como por el mayor crecimiento de la población, lo que aumento al divisor cuando la medición se realiza en relación a los habitantes.
Lo expuesto también queda reflejado en el Cuadro 1 de Indicadores Macroeconómicos de las Provincias Andaluzas, aunque en él se analicen los veinte últimos años sin distinguir fases intermedias. En el cuadro se puede observar el mayor dinamismo de Almería respecto a las demás provincias andaluzas. Así, mientras la población de Almería pasa de representar el 6,3% del total de la Comunidad Autónoma al 6,7% veinte años después; la aportación al Valor Añadido Bruto del conjunto de la región pasa del 5,9% al 7,3% en idéntico período de tiempo siendo la provincia que obtiene un mayor crecimiento.
Para comprender las causas de esta favorable evolución hay que descender al análisis de los distintos sectores que componen el PIB provincial. Como rasgos más característicos de los mismos destacan el fuerte componente agrario, así como la rápida evolución de los servicios y la escasez de actividad industrial. Este último sector y la construcción, son los menos significativos en la economía de Almería, siendo su evolución muy similar a la del conjunto de España, por lo que difícilmente estos sectores podrían explicar el mayor crecimiento de la provincia Almeriense.
Por su parte, el sector servicios sí ha tenido una evolución más rápida que la española, pasando representar el 42,72% de la producción provincial en 1975 hasta el 62,8% alcanzado en 1995. En España en igual período de tiempo, el sector servicios pasa desde el 51,16% hasta el 65,2% del PIB español. Analizando las distintas ramas de actividad de los servicios, se comprueba que la mitad del crecimiento de éstos se produce en el sector público tanto en España como en Almería. Por tanto, la explicación del mayor ritmo de crecimiento del sector en Almería está en la rápida evolución de los servicios comerciales que aumentan, en el período reseñado, cinco puntos porcentuales, siendo la hostelería otra rama de la actividad que crece significativamente más que a nivel nacional.
CUADRO 1 |
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INDICADORES MACROECONOMICOS DE ANDALUCIA. AÑOS 1975 Y 1995 |
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Concepto |
Almería |
Cádiz |
Córdoba |
Granada |
Huelva |
Jaén |
Málaga |
Sevilla |
Andalucía |
Población en 1975 |
385.599 |
945.638 |
717.716 |
735.778 |
399.862 |
647.086 |
914.059 |
1.370.705 |
6.116.443 |
Población en 1995 |
473.957 |
1.096.826 |
755.408 |
806.190 |
447.420 |
632.451 |
1.204.671 |
1.663.079 |
7.080.002 |
V.A.B. 1975* |
41.852 |
110.687 |
73.048 |
65.465 |
72.865 |
60.627 |
106.474 |
175.942 |
706.960 |
V.A.B. 1975* (ptas. 1995) |
295.350 |
781.118 |
515.500 |
461.987 |
514.208 |
427.845 |
751.387 |
1.241.623 |
4.989.018 |
V.A.B. 1995* |
651.985 |
1.318.614 |
897.542 |
873.974 |
620.231 |
688.867 |
1.610.956 |
2.242.497 |
8.904.666 |
R.F.N en 1975* |
39.452 |
93.267 |
65.556 |
63.159 |
42.429 |
57.698 |
92.860 |
148.248 |
602.669 |
R.F.N en 1975* (ptas. 1995) |
278.413 |
658.185 |
462.629 |
445.713 |
299.421 |
407.175 |
655.313 |
1.046.186 |
4.253.035 |
R.F.N en 1995* |
526.341 |
1.092.712 |
785.395 |
784.334 |
528.020 |
632.618 |
1.273.895 |
1.629.815 |
7.253.130 |
V.A.B. per cápita 1975 (ptas. 1995) |
765.951 |
826.022 |
718.251 |
627.889 |
1.285.964 |
661.187 |
822.033 |
905.828 |
815.988 |
V.A.B. per cápita 1995 |
1.375.621 |
1.202.209 |
1.188.155 |
1.084.079 |
1.386.239 |
1.089.202 |
1.337.258 |
1.348.401 |
1.257.721 |
RFND. per cápita 1975 (ptas. 1995) |
722.027 |
696.022 |
644.585 |
605.771 |
748.811 |
629.244 |
716.926 |
763.247 |
695.345 |
RFND. per cápita 1995 |
1.110.525 |
996.249 |
1.039.696 |
972.890 |
1.180.144 |
1.000.264 |
1.057.463 |
979.999 |
1.024.453 |
Indice PIB por hab. 1975 |
66,03 |
71,20 |
61,91 |
54,12 |
110,85 |
56,99 |
70,86 |
78,08 |
70,34 |
Indice PIB por hab. 1995 |
76,76 |
67,09 |
66,30 |
60,49 |
77,36 |
60,78 |
74,62 |
75,24 |
70,18 |
Indice RFND por hab. 1975 |
80,50 |
77,60 |
71,87 |
67,54 |
83,49 |
70,16 |
79,93 |
85,10 |
77,52 |
Indice RFND por hab. 1995 |
84,61 |
75,90 |
79,21 |
74,12 |
89,92 |
76,21 |
80,57 |
74,67 |
78,05 |
* Millones de pesetas. |
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DEFLACTOR VAB=7.057 |
MEDIA ESPAÑOLA DEL PIB POR HABITANTE |
RENTA FAMILIAR NETA POR HABITANTE |
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1975= 1.160.086 |
1975= 896.931 |
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1995= 1.792.024 |
1995= 1.312.504 |
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Fuente: Renta Nacional de España. BBV |
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Elaboración Servicio de Estudios Económicos de la Cámara Oficial de Comercio de Almería |
CUADRO 2.
ESTRUCTURA SECTORIAL DEL V.A.B. c/f EN ALMERIA Y ESPAÑA
Fuente: Renta Nacional de España. BBV
Por su parte, el sector agro-pesquero reduce de manera considerable su participación en el PIB provincial, aunque ésta es inferior a la producida en España. No obstante, el primario mantiene un elevadísimo porcentaje en la producción y en el empleo almeriense alcanzando en 1995 el 18,8% y el 23,7% respectivamente, valores que multiplican por cuatro en producción y por tres en empleo a los obtenido para el conjunto de España. La elevada participación que mantiene el sector primario en la provincia se debe al gran desarrollo de la producción hortícola, realizada en su mayoría en cultivos protegidos. La importancia de este tipo de agricultura muy intensiva en trabajo y capital junto con la evolución de los servicios comerciales, que en su mayoría están vinculados a ella, es lo que explica los avances en producción y renta superiores a la media nacional, así como la recuperación de la población desde mediados de los setenta - que es cuando se inicia esta actividad - . El aumento del comercio, señalado con anterioridad, se debe tanto a la propia comercialización de la producción hortícola, como a la venta de los numerosos inputs y suministros demandados en el proceso de producción y de comercialización.
En definitiva, podemos afirmar que son la agricultura intensiva y, en menor medida, el turismo, los motores de arrastre de la economía provincial. Es necesario, pues, detenerse en el estudio del sector agrario para poder delimitar su influencia en el conjunto de la sociedad almeriense.
2. La agricultura en la economía provincial.
La producción agrícola representa en la provincia de Almería el 88% del total del sector agro-pesquero, estando representado el resto por la producción ganadera con el 2l 9,7% y la pesquera, que apenas alcanza el 2,3% del total. Este importante volumen de participación de la agricultura ha generado en 1996 la nada despreciable cifra de 191.183 millones de pesetas.
Desglosando la producción agrícola por tipos de productos, se puede observar como los cultivos hortícolas, con un 24,3% de la superficie cultivada en la provincia, generan un 88,2% de la producción total y, lo que es más importante, el 91,8% del valor de esa producción. Otras producciones, que ocupan casi el doble de superficie cultivada por las hortalizas, como es el caso de los frutales (básicamente almendra en secano), apenas alcanzan el 2% de los ingresos; otros como los cereales, con una ocupación de tierras del 13,2%, sólo alcanzan el 0,3% del valor de la producción.
Esta rápida panorámica sobre la composición del sector primario de la provincia, añadida a la realizada en al apartado anterior sobre la aportación de la agricultura al PIB provincial, es suficiente para comprender la significación de los cultivos hortícolas y, en definitiva, la gran dependencia que tiene la economía de la provincia de los invernaderos.
Si el peso del sector agrario en la economía de la provincia se hubiese basado en cultivos tradicionales de secano se podría haber afirmado, sin temor a equivocación, que Almería era una zona económicamente deprimida y atrasada, donde no hubieran podido realizarse los incrementos de renta habidos en los últimos veinte años. Es precisamente el carácter intensivo en la utilización de factores de producción, tanto de trabajo como de capital, de sus cultivos bajo plástico lo que explica dicho desarrollo.
Un aspecto destacadísimo de este tipo de agricultura es la gran dinamicidad del modelo en la incorporación de tecnología. Efectivamente, desde que se inicia la generalización de la producción de hortalizas a mediados de los años sesenta, no han dejado de evolucionar las estructuras de producción y las técnicas de cultivo. Ha existido y existe una permanente incorporación de innovaciones que han permitido mejorar la productividad y la calidad de los productos. De forma muy telegráfica y, para ilustrar lo antedicho baste citar las siguientes: la incorporación de arena, las cubiertas de plástico, los sistemas de riego por goteo, las semillas híbridas, los cultivos sin suelo, los riegos por ordenador, las nuevas estructuras de los invernaderos para controlar las condiciones ambientales del interior, etc. Tecnologías, todas ellas, que han ido incorporándose de forma ininterrumpida, permitiendo una mejora de la producción y de los calendarios de comercialización que han asegurado la rentabilidad de los cultivos y la competitividad en los mercados.
Con independencia, y paralelamente a la evolución de los cultivos, se ha producido un desarrollo similar en el proceso de comercialización que ha facilitado la salida de los mismos y que, a su vez, ha contribuido de forma notable a aumentar el valor añadido del conjunto de la provincia. De existir una dependencia total de estructuras comerciales ajenas a la provincia en los años setenta, se ha pasado a comercializar directamente desde Almería la casi totalidad de los productos que acuden a los distintos mercados de consumo, tanto españoles como del resto del mundo. Para ello, se han desarrollado dos modos de comercialización, que se complementan entre ellos: inicialmente, la venta en origen mediante el sistema de subastas y, posteriormente, la venta directa a los mercados consumidores.
3. El Comercio Exterior.
Si tuviéramos que señalar un momento o una circunstancia que haya propiciado el despegue de la economía de la provincia, no nos cabe la menor duda de que éste se produce cuando parte de los agricultores deciden abandonar las normas de comportamiento del campesino tradicional que espera paciente e, incluso, indolentemente a que vengan a comprarle su cosecha y deciden ir a venderla ellos mismos a los mercados consumidores.
Esta decisión, de parte de los agricultores, de acudir a los mercados consumidores en vez de seguir vendiendo en los de origen, supuso un cambio cualitativo en los comportamientos de la agricultura almeriense que, a la postre, iba a repercutir favorablemente en toda la estructura económica de la provincia. La incorporación de la agricultura a la comercialización de sus propios productos supuso, como principales aportaciones, las siguientes:
1. Facilitó información directa de los mercados sobre:
- Los tipos de productos más demandados y variedades preferidas por los consumidores, lo que permitió adecuar año tras año las producciones a los cambios de la demanda.
- Las formas de presentación de los productos y las preferencias en lo relativo a tamaños y grados de madurez.
- Las épocas del año donde se obtienen mejores cotizaciones.
- Como actúan los países competidores y en que fechas exportan más.
- etc.
2. Al estar generalizada, en los mercados de exportación, la venta de los productos normalizados, es decir clasificados por tamaños y categorías, se discrimina positivamente a aquellos agricultores que obtienen en sus cultivos mayores porcentajes de primeras categorías, lo cual no ocurre en el mercado de origen, salvo algunas excepciones. También permite, si la empresa de exportación tiene el tamaño suficiente, distribuir los envíos a los mercados según los tamaños y/o grado de madurez que obtengan mejores cotizaciones en cada uno de ellos.
3. El conocimiento por parte de los agricultores de los mercados de exportación, principalmente del Europeo, supuso la ruptura de su mentalidad tradicional del campesino. Efectivamente, la salida al exterior les permitió ver la forma de trabajo y el nivel de organización de los agricultores en otras zonas, particularmente de Holanda. Ello les llevó a utilizar criterios y comportamientos innovadores y vanguardistas respecto a la agricultura tradicional. Rápidamente, la agricultura intensiva almeriense va adaptando nuevas variedades y técnicas de cultivo que le permiten mejorar sus rendimientos. También, aprenden del exterior la importancia de contar con un soporte técnico, y empiezan a contratar a peritos e ingenieros que van elevando el nivel general de la producción. No cabe la menor duda que esta aproximación al mundo exterior ha sido el factor fundamental en la consolidación de lo que un día fue el milagro de la agricultura almeriense. Y lo ha sido, porque ha permitido generar y acumular un capital humano y tecnológico superior a lo habitual en el mundo agrario.
4. La incorporación a la comercialización supuso, igualmente, reducir la dependencia de la producción almeriense respecto de comerciantes de otras regiones, la cual ha ido disminuyendo, como se ha comentado anteriormente, hasta llegar a ser prácticamente nula en la actualidad. No se dice con ello que no existan operadores de otras procedencias que compren en Almería, sino que hoy ya existen estructuras comerciales autóctonas suficientes para dar salida a la totalidad de la producción.
5. Por último, para el conjunto de la economía almeriense, asumir la comercialización implicó un importante incremento del Valor Añadido Bruto de la provincia al incorporarle a la producción agraria el valor generado por la manipulación, los sistemas de frío, el envasado, el transporte, la compra de materiales, las inversiones en instalaciones, etc., etc. Todo ello hace que la renta de un kilo de producto vendido en el exterior multiplique su valor por tres o por cuatro, sobre su precio de origen.
En el Cuadro 3 se observa la rápida y constante incorporación de la producción hortícola a la exportación. Como es lógico, la comercialización empezó por el mercado interior español, siendo ya muy avanzada la década de los setenta cuando se inician las ventas en los mercados exteriores, los cuales van absorbiendo los incrementos de producción que anualmente no cesan de producirse. Destaca la vigorosa aceleración que se produce a finales de los ochenta como consecuencia de la incorporación de España a la Unión Europea. En los últimos años también ha influido de manera notable en los incrementos de las exportaciones la apertura de los antiguos mercados del Este europeo. En la actualidad más del 50% de la producción hortícola de Almería se comercializa fuera de España.
CUADRO 3.
EXPORTACION SOBRE PRODUCCION. TM
Fuente: Direccion Gral. de Aduanas
Observando la distribución de las exportaciones por países se comprueba la correlación existente entre el número de habitantes y el volumen de mercancías recibidas. Este dato avala el gran esfuerzo de distribución realizado eliminando intermediarios y aproximando la mercancía al consumidor final. Así comprobamos como Alemania es el primer importador de hortalizas de Almería, seguido de Francia con unos porcentajes del total importado del 31,8% y el 21,8% respectivamente. Lógicamente existen algunas discordancias como es el caso de Italia cuyo porcentaje de envíos, el 5,1%, no se corresponde con la importancia de su población, dato que está explicado por ser éste un país productor de frutas y hortalizas que abastece su mercado interior con producción propia. Otro caso particular es el de Holanda, que con un reducido número de habitantes recibe un considerable volumen de exportación, el 13,6%; esto es debido al destacado papel que siempre ha cumplido este país en la distribución y que en gran medida sirve de complemento a la labor realizada desde Almería.
Si bien la actual estructura de distribución de las mercancías es satisfactoria, esto no ha sido siempre así. Tal como ha ocurrido con la producción que ha vivido un proceso continuado y que aún perdura, de adaptación tecnológica y de capitalización de las explotaciones; en la comercialización ha ocurrido un proceso similar. Las primeras experiencias fueron realizadas por grupos informales de agricultores que se agrupaban para enviar mercancía a los mercados mayoristas de Madrid o Barcelona. Posteriormente, y tras la constitución de Mercoalmería, fueron surgiendo los primeros grupos y cooperativas que avanzaron un poquito más, realizando las primeras exportaciones a Perpignan. Pasar la frontera existente en aquella época, no sólo supuso acudir a un muevo mercado, sino que abrió las puertas a una nueva cultura, a una nueva forma de tratar la mercancía y a una nueva forma de gestión. Perpignan supuso clasificar el genero por categorías, grado de madurez y calibres; supuso envasar los productos en cajas de cartón o madera; contratar transportes internacionales; obtener registros y licencias de exportación; registrar marcas comerciales; someter la mercancía a controles sanitarios y aduaneros; acudir a los mercados de divisas. En definitiva, y como decíamos anteriormente, cruzar los pocos kilómetros que separan La Junquera de Le Bolou, representó un cambio de cultura para la agricultura almeriense que multiplicó, al menos por tres, el valor de la producción al tiempo que la vinculaba definitivamente con las demandas de los consumidores.
Esa cultura que se formó y que aún continúa formándose día a día, hizo que de enviar a Perpignan la mayoría de las exportaciones, tal como ocurría en los años setenta; se pasará primero a compartir con Holanda la distribución en Europa para, posteriormente, ir llegando directamente a la mayoría de los países consumidores.
CUADRO 4.
RATIOS DE COMERCIO EXTERIOR EN ANDALUCIA Y ESPAÑA. 1996
(*) El dato correspondiente al PIB es un avance del BBV
Fuente: INE. Direccion Gral. de Adunas. Renta Nacional de España, BBV
La importancia las exportaciones en la economía provincial se ratifica observando los indicadores de comercio exterior elaborados para las provincias andaluzas y para el conjunto de España. De ellos podemos comentar los siguientes rasgos:
- Almería es tras Huelva la provincia de Andalucía con mayor PIB/habitante debido, sin duda a la evolución de su agricultura intensiva y a poseer la menor tasa de paro de la región.
- La balanza comercial tuvo en 1996 un índice de cobertura del 3,74, cifra que se viene repitiendo en los últimos años y que es muy superior a la del resto de provincias Andaluzas y, por su puesto, a la del conjunto de España.
- El grado de internacionalización de la economía, medido por la relación exportaciones/PIB, es del 21,53% muy superior a la media de Andalucía que sólo alcanza el 12,63% e incluso mayor que el de España que es del 18,41%.
- También, la provincia de Almería mantiene una elevada cifra en la ratio exportaciones por habitante, con valores muy superiores a la media de Andalucía y sólo superados por Huelva y Cádiz, debido a los polos industriales existentes en estas provincias y, particularmente, a las refinerías de crudo.
Con lo expuesto queda patente la gran influencia de la agricultura intensiva en el desarrollo de la economía almeriense, en este sentido el Servicio de Estudios de la Cámara de Comercio de Almería estimó en 1993 que sumando a la producción del sector agrario la del conjunto de actividades inducidas por este, la aportación al PIB provincial se situaba en torno al 40% del total.
4. Impacto Medio Ambiental del modelo económico.
Aunque el objeto de esta ponencia es señalar el papel de la agricultura intensiva en el conjunto de la economía de la provincia de Almería tal como se ha realizado en los epígrafes anteriores, no queremos finalizar la exposición sin referirnos a algunos impactos medioambientales producidos por el desarrollo del modelo y que sin duda serán tratados con mayor rigor en otros apartados de este Encuentro Medioambiental Almeriense. Entre ellos destacamos los siguientes:
- En primer lugar se ha producido un desequilibrio poblacional, derivado de una excesiva concentración de la población en la franja costera y un paulatino abandono de los pueblos del interior de la provincia. Con la excepción de la comarca del mármol toda la actividad económica de la provincia, agricultura intensiva y turismo, se realizan el la costa lo cual ha producido que sólo el 20% de los habitantes de la provincia tengan su residencia en pueblos del interior. Esta desertización humana es particularmente grave en Almería donde las condiciones climáticas ya propician un grave problema de erosión y desertización del territorio el cual se ve agravado por el abandono de la población.
- Por otra parte está el importante déficit hídrico que sufre la provincia, debido a la escasez de lluvias para soportar las demandas de agua necesarias para mantener el modelo económico. Esto ha llevado a la conocida sobre explotación de los acuíferos, tema de permanente actualidad y que ha dado lugar a la realización de un Plan Global de Actuaciones Hidráulicas Prioritarias de la Provincia de Almería, elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente y la Confederación Hidrográfica del Sur. No cabe la menor duda que, en la postrimerías del siglo XX, no hay especiales dificultades técnicas ni económicas para resolver las necesidades de agua de la provincia, siendo fundamentalmente de voluntad o prioridad política la naturaleza del problema.
- Otro problema no menos importante que los anteriores es la falta de ordenación del medio rural. Una agricultura tan evolucionada como la de Almería, que se asemeja más al concepto de taller artesano que al de explotación agraria, requiere de una mínima infraestructura para su desarrollo que incluya: ordenación de los caminos, canalización de las redes de suministro de agua, contadores del agua consumida, recogida y cobro de los restos de cosecha y de plásticos, canalización de las ramblas, racionalización del tendido eléctrico, etc. En definitiva, si los invernaderos los consideramos como talleres para el desarrollo de su actividad requieren de las condiciones de higiene y dotaciones infraestructurales similares a los polígonos industriales.
- Por último y relacionado con lo anterior esta la necesidad de avanzar en todo lo relacionado con los métodos de cultivo, fertilización, tratamientos contra plagas, etc. tanto en su incidencia sobre el fruto como respecto a los propios agricultores.
Como resumen, indicar que durante los últimos treinta años la agricultura intensiva ha propiciado un modelo de desarrollo que ha sacado a la provincia de Almería de su retraso secular, teniendo en la actualidad un futuro esperanzador siempre que se mantenga la capacidad de innovación y de adaptación mostrada hasta ahora y que se aborden adecuadamente los desequilibrios que lógicamente van apareciendo en el propio proceso de desarrollo.