ENCUENTRO MEDIOAMBIENTAL ALMERIENSE: EN BUSCA DE SOLUCIONES

PATRIMONIO HISTÓRICO ARTÍSTICO BARRA DE EXPLORACIÓN

DOCUMENTOS DE TRABAJO Y COMUNICACIONES

EL PATRIMONIO CULTURAL LOCALIZADO EN LOS ESPACIOS NATURALES PROTEGIDOS

Mª Inmaculada López Ramón

Liceniada en Geografía e Historia

 

RESUMEN

La problemática del patrimonio en los espacios naturales protegidos, presenta las mismas características que el resto del patrimonio ubicado en las zonas rurales, con el añadido de que la exixtencia de unos presupuestos anuales dedicados para la mejora de estos espacios podrían paliar tales problemas. Hay que tener en cuenta que el Patrimonio Cultural forma parte del territorio en el que se encuentra, y que es un elemento generador de desarollo económico y social, imprescindible en políticas de diversificación del turismo, el turismo rural y cultural. Al mismo tiempo es en estas zonas donde se producen diversas obras que pueden poner en peligro su conservación, por lo que será también en estas zonas donde se deban recurrir a actividades de urgencia. Por todo esto es necesario que en los presupuestos de estos espacios protegidos se contemplen actuaciones centradas en el Patrimonio Cultural.

 

 

A la hora de poner título a este documento de trabajo he dudado en qué adjetivo debía acompañar a "patrimonio". El de "histórico-artístico" me parecía que era insistir en la excesiva parcelación y especialización que sólo genera debates dialécticos entre los profesionales que trabajan en cuestiones patrimoniales, y provoca una pérdida de eficacia en lo que en definitiva es el principal propósito, la protección de nuestros bienes patrimoniales. He escogido el concepto Patrimonio Cultural, porque creo que lo importante es recuperar el carácter general y de globalidad que debe tener la idea de patrimonio, para que exista una política proteccionista eficaz.

Entiendo como Patrimonio Cultural, a partir de ahora PC, todos los bienes de la cultura, en cualquiera de sus manifestaciones, que revelan un interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnológico, bibliográfico, científico o técnico. Con esta definición deberían olvidarse todas las disputas disciplinares, que no responden más que a diferencias metodológicas, y las diferentes valoraciones o escalas de valor que encontramos en el momento de planificar la protección de un bien cultural, y que son debidas al Mayor o menor peso de unas determinadas disciplinas patrimoniales.

De esta forma los criterios tradicionales sobre los que se fundamentó la protección del PC han sido los proporcionados por la Historia del Arte, aplicando unos criterios estéticos a bienes caracterizados por su monumentalidad y excepcionalidad. Desde las primeras medidas proteccionistas hasta las actuales poco ha cambiado, el protagonismo ha pasado a los arqueólogos, que han conseguido la creación del cargo de "arqueólogo provincial", pero han mantenido los requisitos de monumantalidad y excepcionalidad. En los últimos años los antropólogos pretenden hacerse también un hueco en el amplio abanico de los bienes patrimoniales, defendiendo la cultura popular, la arquitectura del pueblo y las artesanías o industrias locales que no se ajustan a los criterios de selección del patrimonio protegible, según las normas establecidas, pero muy necesitados de dicha protección. Pero, por ahora se esta volviendo a la misma dinámica, protegiendo y estudiando las grandes haciendas rurales, o determinadas industrias, olvidando la puesta en valor de las pequeñas viviendas rurales, el testimonio material, pero no único, de la forma de vida tradicional, también reflejada a través de todo un saber popular que ha pasado de generación en generación y que en la actualidad no existe ningún colectivo social que recoja ese relevo.

De esta forma no debemos caer en el empleo mecánico de apelativos como "señas de identidad", "cultura popular", "tradicional"…debemos ver todo el complejo sistema cultural que se manifiesta de distintas formas. De una manera reduccionista, pero eficaz, se ha distinguido entre material e inmaterial, en esta última categoría se agrupa lo simbólico, lo ideológico, que en definitiva es lo que da origen a los bienes materiales, que han sido los protagonistas de las políticas patrimoniales, recordando que si no damos valor a esos bienes ideológicos o simbólícos difícilmente tendrá éxito la protección del PC, sobre todo el más proximo en el tiempo, el etnográfico. Pero debemos ser realistas, como dice Philip R. Ward ("La conservación: el porvenir del pasado",en el Boletín del Inst.Andaluz de patrimonio Histórico, 17, pp. 59-61.), "todo lo que realmente conocemos sobre nosotros mismos y sobre nuestro mundo proviene del pasado. Y todo lo que conocemos verdaderamente del pasado es aquella parte que ha sobrevivido bajo la forma de objetos materiales. Sólo una pequeña fracción de nuestra historia está consignada en la literatura, y sólo la literatura esta sujeta a los errores de interpretación humanos. Sólo los especímenes materiales de la historia natural y humana son indiscutibles, ya que son la materia prima de la historia, los hechos son innegables. La conservación es el medio a través del cuál los preservamos". Esta idea no invalida para nada la necesidad de recuperar lo simbólico e ideológico de nuestra cultura tradicional, entendiendo por ella la que está más cerca de nosotros, la que se encuentra en la memoria colectiva, la que todavía es recuperable, para que no continuemos en la dinámica de desaparición y manipulación posterior .

En este momento de mi discurso se hace necesario hacer unas matizaciones repecto a los conceptos "protección" y "conservación", que no son sólo amparar algo, o pretender hacerlo, dentro de una imagen de inmovilidad, sino también conocer y determinar los diferentes niveles de significado de los que participa dentro de nuestro entramado cultural aquello que pretendemos proteger, contribuyendo a su reproducción y valoralización. La preservación del PC garantiza la conservación de las señas de identidad y desarrollo económico. Hay que dejar de verlo como un lastre para la modernidad de nuestras localidades, para la mejora de la calidad de vida de las poblaciones más ruralizadas. El Patrrimonio es verdaderamente patrimonio cuando es asumido como tal por quienes lo usan y disfrutan, es decir, es imprescindible el reconocimiento social del patrimonio, de esta manera el patrimonio será el conjunto de elementos, de diversa índole en el que un colectivo social se reconoce. Este patrimonio , por ley, debe ser transmitido a las generaciones venideras, mejorado y acrecentado.

Otro aspecto importante que debemos tener en cuenta es la integración del PC en el espacio, junto con el resto de elementos que lo conforman, señalando la dimensión territorial del patrimonio. De esta forma surgirá una relación indisociable entre PC Y P.Natural, que condicionará la personalidad del territorio. Reflejo de esta indisociabilidad es el termino "paisajes culturales", que cubre una gran variedad de manifestaciones interactivas entre el hombre y el medio. Así el Patrimonio crea fuertes vínculos de identidad entre el hombre y su medio, la referencia común de pertenencia a un mismo terriotrio histórico. Las "Bases para una Carta sobre Patrimonio y Desarrollo en Andalucía" han potenciado el aspecto territorial del PC, en tanto que lo presenta como un factor inductor del desarrollo, es un recurso de progreso económico y social, pero para que cumpla esta función es fundamental su identificación y valoración. El conocimento adecuado del PC se logra a través de la elaboración de un inventario de bienes, en el que debe producirse una interpretación global o interrelacionada de los mismos. Así el "inventario" será un elemento básico en la ordenación y planificación territorial.

A partir de 1987 se llevan a cabo las declaraciones de Parques Naturales mediante decretos que proponen la protección de los ecosistemas que se encuentran en un ámbito territorial delimitado, ordenando sus recursos de manera que se consiga un equilibrio entre el progreso económico y social de sus pueblos y la conservación del P. Ntural y Cultural. Por todo ello, están obligados a mejorar y condicionar las infraestructuras necesarias, asícomo a orientar a las poblaciones a las que afectan, en temas de desarrollo, siendo necesaria la contemplación en sus presupuestos de inersiones a proyectos de interés local, aunque no afecten directamente el área protegida.

Los Espacios Naturales Protegidos se encuentran en áreas rurales que padecen serios desequilibrios económicos y sociales. El medio rural por lo general se caracteriza por una red de asentamientos en la que destacan las ciudades medias y pequeñas con una larga y rica tradición agraria, comercial y, en algunos casos, industrial, en las que el PC es un elemento de primer orden. Esto ámbitos son, teóricamente, los alterados, con importantes problemas sociodemográficos y un fuerte déficit en infraestructuras, zonas a menudo demasiado dependientes de las actividades agrarias.

El interés por solucionar estos problemas está propiciando un crecimiento acelerado, por un lado las políticas de reactivación económica, basadas en la diversificación de los recursos económicos, y por otro la creación de infraestructuras necesarias como carreteras, embalses, … están atacando directamente el PC de estas zonas, diluyendo unos modos de vida específicos y propios, a través de la implantación de unos modelos culturales homogeneizadores. Así lo referente a asentamientos, formas de explotación de los recursos, tradiciones orales, modos de vida que caen en el olvido y terminan perdiéndose.

Los espacios naturales protegidos además de ser partícipes de todo lo dicho, ven cómo se modifica su espacio a través de una serie de actuaciones que ponen en serio peligro los restos materiales de nuestro pasado. Como se recoge en el Decreto 73/1993 de 25 de mayo (BOJA, nº 57 de 29 de mayo), se plantean unas medidas de reforestación con las que se podrá arbolar cualquier zona por muy marginal que sea, lo que provocará el aumento de los yacimiento conocidos, si se actúa correctamente, o en caso contrario de yacimientos destrozados. Según la Disposición final de la Orden de 27 de Julio (BOJA, nº 83, de 31 de Julio) se dice que sólo en el caso de que se trate de espacios naturales protegidos se requiere trámite de información previa por la consejería de Medio Ambiente.

Otras actividades que se desarrollarán en estos ámbitos rurales que afectan directamente a los bienes patrimoniales son: construcción de autopistas, autovías, vías rápidas y carreteras, líneas de ferrocarril, aeropuertos, caminos rurales y forestales, explotaciones mineras a cielo abierto, instalaciones de gestión de residuos y modificaciones, trasvases de cuencas, grandes presas, instalaciones de oleoductos y gaseoductos, instalaciones para el aprovechamiento de energía eólica y un largo etc., que abarcaría incluso obras relativas a Planes Generales de Ordenación Urbana, puertos comerciales y diques o espigones, por ejemplo.

Todas estas obras que se pueden dar, y que de hecho se dan de una manera especial en los espacios naturales protegidos, van a generar en el momento en que se encuentren con un bien patrimonial, principalmente yacimientos arqueológicos, actuaciones de urgencia que eviten la pérdida de nuestro patrimonio. Teniendo en cuenta que además de la mera salvaguarda del bien también existen otras medidas como consolidaciones, restauraciones, restituciones o cierre, vallado y cobertura de los restos hallados en estas urgencias.

La excusa más frecuente para no llevar a cabo estas actividades, ha sido y es la escasez de medios económicos, pero el problema real es la mala repartición y gestión de los medios de los que se disponen. El problema real es que las distintas competencias administrativas ofrecen un panorama bastante desorganizado, principalmente por los propios organigramas administrativos y la impermeabilidad de las distintas disciplinas centradas en lo patrimonial. Por otro lado, es importante la desproporción en los recursos asignados a una u otra área del PC. Pero lo más destacado es la dificultad en la aplicación jurídica de los principios manifestados en la Ley del patrimonio Histórico de Andalucía (1991).

Entendiendo el PC como un recurso más de desarrollo económico y social, se han hecho diversas actividades en el territorio andaluz, de las cuales las más repetidas han sido la creación de museos, principalmente arqueológicos o etnográficos, que por la escasez de medios y porla falta de previsión han tenido que cerrar sus puertas por no poder matenerse. Lo que no ha solucionado el problema de la precariedad o insuficiencia de espacios de formación, producción y difusión cultural de calidad a nivel local. Lo más correcto hubiese sido llevar a cabo unos proyectos de investigación y difusión del PC que proporcionarían las condiciones necesarias para la protección y conservación delos bienes patrimoniales. En estos proyectos la búsqueda de soluciones y de medidas que incentiven el interés de los propios propietarios en la conservación de esos bienes será primordial, no olvidemos que en la mayoría de los casos, la agresión que sufre el PC viene precísamente de los que se consideran sus dueños y propietarios, que ven cómo les son impuestas una serie de normativas y prohibiciones que no ofrecen alternativas de continuidad. Tenemos milies de ejemplos de destrucción de patrimonio en solares antes de que pudiesen catalogarse y estudiarse, por miedo a que les parasen las obras de manera indefinida. Por lo que no es raro que se considere al PC como una carga y obstáculo para sus propietarios, y este problema se solucionaría siempre que las "declaraciones de protección" se acompañasen de medidas prácticas de mantenimiento o recuperación de la continuidad de las tradiciones, pero para ello es imprescindible la información y la puesta en valor de los bienes patrimoniales, así se aseguraría la colaboración de sus propietarios. de igual modo en ámbitos rurales sería necesaria la ayuda de los agricultores, no sólo para la documentación de yacimientos arqueológicos desconicidos, sino también, y después de estar bien informados, son los más apropiados para protegerlos de los ataques de los furtivos, que en muchos casos se aprovechan de su ignorancia para expoliarlos.

Por otro lado, estos proyectos como instrumentos de gestión patrimonial deben partir de la interpretación global del territorio, decidiendo qué se conserva y qué no se conserva, las prioridades de restauración, qué actividades se priorizan, qué patrimonio debe gestionar o adquirir la administración, qués costumbres, tradiciones... se quieren recuperar o salvaguradr, qué monumentos se hacen accesibles y de qué manera, y sobre todo, cómo se garantiza la rentabilidad de las inversiones en el patrimonio.

El resultado de estos análisis territoriales-patrimoniales concluirán con un sistema de presentación de una compleja oferta cultural, por grupos temáticos preferiblemente, a través de unos impresos de comunicación, oficinas de información y acogida, dispositivos de señalización y de interpretación in situ , ofrciendo diferentes posibilidades de visita a los usuarios. El objetivo final es permitir al visitante adentrarse en el territorio y disfrutarlo escogiendo los "fragmentos" de Patrimonio que antes existían con un desorden total y que, al mismo tiempo, pueda contrastar aquello que descure con lo que ya conoce. Todo este sistema divulgativo debe organizarse en base a un conjunto de referencia, a un epicentro de interpretación central que distrubuye a los visitantes hacia el resto de objetos patrimoniales.

La finalidad de este sistema de interpretación del territorio es conseguir una atracción turística capar de estimular un turismo sostenible. No hay que olvidar que todas estas actividades deben llevarse a cabo en un territorio determinado, afectando e unas determinadas poblaciones que no pueden ser excluidas de estos procesos. De esta forma aunque la oferta patrimonial sea para atraer turistas y potenciar el desarrollo económico de la zona, ésto no será posible si antes no se educa a la población sobre el valor de sus bienes patrimoniales. Al mismo tiempo el hecho de convertirse estas zonas en lo que se ha denominado "yacimientos de empleo", es imprescindible informar a la población de las posibilidades de empleo futuras.

Pero todas estas actividades no son posibles sin el apoyo de los municipios, ya sea individualmente o agrupados en comarcas o mancomunidades. Estas agrupaciones locales deben tener la figura de un "gestor patrimonial", que principalmente debe coordinar las posibles ayudas de las administraciones de Cultura, Agrucultura, Turismo y Medio Ambiente. Sus otras funciones serán la elaboración de inventarios de bienes (monumentales, archivísticos, arqueológicos, etnológicos...), labores de control y seguimiento diario de actuacviones, planes difusión cultural o educativa (exposiciones no permanentes, talleres didácticos, charlas...), apertuara de centros de exposición permanente, edición de publicaciones sobre temas locales,promoción turística de los recursos patrimoniales, elaboración de proyectos centrados en la proteccion y mejora del patrimonio, y, sobre todo, de coordinar un equipo de investigación que se hará cargo del estudio y la divulgación delos conocimientos adquiridos en todos los ámbitos necesarios. Sólo con el trabajo continuado y reconocido será posible la protección y conocimiento del patrimonio, gestionándose de una manera eficaz, recogiendo las máximas subvenciones posibles de los distintos organismos.

 

BIBILOGRAFÍA:

Para los que se quieran introducir en estos temas les sugiero que empiecen repasando los 21 Boletines del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.

Los títulos que señalo seguidamente también son de gran utilidad para tener ya una infomación más pormenorizada, sobre leyes y tendencias actuales.

Parques Naturales Andaluces. Conservación y Cultura. Junta de andalucía, Sevilla, 1993.

QUEROL, M.A. y MARTÍNEZ, B.: La gestión del patrimonio arqueológico en España. Alianza Edit., madrid, 1996.

Jornadas sobre Centros de Gestión y Difusión de Bienes Culturales en Extremadura (1995, Trujillo). Badajoz, ABADMEX, 1996.

CALONGE VELÁZQUEZ, A.: Administración e investigación. Madrid, 1996.

Jornadas de Protección del Patrimonio Histórico Español. Madrdi, 1993.

Plan General de Bienes Culturales. Junta de Andalucía, 1993.

VV.AA.: Bases para una Carta sobre Patrimonio y Desarrollo en Andalucía. Junta de andalucía, Sevilla, 1996.