ENCUENTRO MEDIOAMBIENTAL ALMERIENSE: EN BUSCA DE SOLUCIONES

PATRIMONIO HISTÓRICO ARTÍSTICO BARRA DE EXPLORACIÓN

DOCUMENTOS DE TRABAJO Y COMUNICACIONES

LA CONSERVACION DEL PATRIMONIO HISTÓRICO EN RELACION CON EL MEDIO AMBIENTE

Ramón de Torres López

Arquitecto

 

1. INTRODUCCION

Desde la perspectiva finisecular en que nos encontramos conviene recordar que el actual debate planteado sobre los bienes culturales y su papel en la sociedad del capitalismo postindustrial se inicia en España hacia la segunda mitad de la década de los setenta, con la polémica sobre los centros históricos de las ciudades, entendidos como la materialización de la memoria colectiva.

Desde mediados de siglo quedó planteada la crisis del Movimiento Moderno, motivada fundamentalmente por el agotamiento de sus aspectos figurativos, así como por el rechazo a sus modelos de ciudad.

Hasta los años setenta se abre un periodo en el que se suceden las críticas, revisiones y superaciones de sus principios y valores: el funcionalismo o la relación biunívoca entre forma y función, la estética de la máquina y la consideración de la arquitectura como motor de transformación de la sociedad.

En este contexto, se produce un variado conjunto de vías de salida a la crisis planteada. Esta diversidad de teorías pone de manifiesto la necesidad de una aproximación al medio donde se interviene, en base a un nuevo modo de enfrentarse a los problemas urbanos, y se produce una recuperación ideológica de las identidades, de la tradición y de la memoria.

A la concepción de la ciudad homogénea y abstracta se opone la concepción de la ciudad concreta y diferenciada en partes, al plano regulador se opone hoy el proyecto, la intervención concreta y específica, la reflexión sobre un contexto preciso. La relación entre proyecto y ciudad se asienta en la investigación urbana como instrumento analítico del proyecto. Conceptos como lugar, tipo, morfología, monumento... son los significados a los que se confía la descripción de la ciudad.

Hoy la ciudad se entiende como la materialización de la memoria, como depósito de vida que compartimos con quienes nos precedieron y cuya realidad construida constituye un patrimonio colectivo que hay que recuperar y mantener.

Es necesario, pues, olvidarse del ideal único de ciudad y esforzarse en comprender el espíritu y la construcción de cada una de ellas, aproximándose a la memoria y lugar concretos.

En los años ochenta las ciudades abordaron los grandes planes urbanísticos y también se produjeron las primeras desilusiones respecto a los centros históricos cuando fueron relegados en la gestión urbanística cotidiana. Almería constituye un claro exponente de esta situación.

Salvo honrosas excepciones, pocas ciudades han tenido como objetivo la recuperación integral de su patrimonio histórico. Lo más frecuente han sido intervenciones específicas desde la iniciativa pública y nunca se ha abordado de forma coherente la recuperación del soporte físico conjuntamente con los problemas de la población residente, más necesitada que nunca de políticas urbanas integradas.

El patrimonio hoy se debe insertar en un contexto general que supere al propio objeto, dentro de una política de tutela que contemple todas las relaciones que configuran el bien cultural. "El patrimonio debe ser ampliado, mejorado y utilizado para la obtención de una rentabilidad social, económica y cultural". El patrimonio no nos viene dado, no es un dato, es una actividad, hay que construirlo desde el presente. El objeto en sí no tiene ningún valor si no es objeto de un contexto, pertenece a un universo muy diversificado o lleno de multiplicidades.

 

2. ESTADO DE LA CUESTION: CONOCIMIENTO, CONSERVACION Y DIFUSION

La consideración del patrimonio en el contexto donde se ubica constituye un problema fundamental. Esta relación debe servir para un mayor conocimiento tanto del bien de interés cultural como del propio contexto para conseguir una interpretación global del patrimonio. La actividad patrimonial que constituye la conservación del patrimonio permite conceptualizar el pasado: El pasado es un construido del presente.

El pasado se configura como una construcción realizada a partir de una selección de las huellas y trazas presentes que se consideran significativas en el proceso de búsqueda de su propia identidad a través del conocimiento.

Se requiere una actividad de análisis e interpretación construida como conjunto desde una perspectiva social, jurídica, política, como instrumento de poder, cultural, espiritual, formal, estética, espacial, material, de las técnicas constructivas, gráfica, fotográfica, medioambiental, etc.

El conocimiento -la investigación y documentación- y la interpretación no deben constituir solamente una labor previa para la conservación del patrimonio, no debe ser un mero trámite de obligado cumplimiento, sino que debe practicarse, antes, durante y después de la intervención de conservación, de forma tal que resulte un horizonte abierto y que pueda ser una actividad continuada por otros.

El futuro forma parte de la conservación, como consecuencia posible de nuestra acción presente. En tal perspectiva hay que posibilitar la transmisión al futuro de nuestro conocimiento para que otros, en otras actuaciones, desde su propio conocimiento e interpretación, puedan resolver cuestiones o problemas planteados por soluciones consideradas como idóneas en el momento de nuestra intervención o que ellas mismas se hayan revelado como inadecuadas o lesivas.

Dado que uno de los objetivos de la intervención de conservación es asegurar la supervivencia de la materia de lo ya construido, la investigación sobre ella tiene su origen en el conocimiento del equilibrio entre materia y sus condiciones ambientales.

A la variación de estas condiciones responde la materia modificando sus características iniciales, alterándose, debilitándose y perdiendo su resistencia ante los esfuerzos que le exige su medio ambiente.

La intervención de conservación sobre la propia materia constituirá una actuación sobre su arquitectura, sobre los vacíos que la configuran, sobre su estructura espacial y, en definitiva, sobre las vías de tránsito o de movimiento y comunicación.

Desde una posición extrema, la acción de conservación también supondría simbólicamente un acto de creación: "Porque el movimiento hacia el centro de la materia -en palabras de José Angel Valente- es también un movimiento hacia el centro de la interioridad. En el punto de llegada (o en el de partida para el antiguo saber) la materia es la materia-espíritu, la piedra neumática de los alquimistas o la piedra en la que "duerme la imagen", según un conocido texto de Nietzche que Jung ha comentado. Sentir, en definitiva, la respiración o neuma de la materia".

El conocimiento y acción sobre el patrimonio constituyen una actividad de tal complejidad que exige la integración de distintas disciplinas, saberes y oficios. La actuación de conservación es el instrumento para la interpretación conjunta interdisciplinar que ponga en relación las partes sin sobrevalorar reflexiones particulares para construir un conjunto.

La conciencia de que cada bien de interés cultural debe ser abordado de forma individual, específica, abierta, sin planteamientos apriorísticos para conseguir un conocimiento participado debiera se una actitud ante el patrimonio.

Esta actitud supone una modificación sustancial en la práctica habitual de la actuación de conservación, se configura como un itinerario sin determinaciones previas que acoge una multiplicidad de condicionantes, derivados del auténtico conocimiento de la realidad cultural del patrimonio.

El proyecto de conservación debe constituir la representación de un pensamiento elaborado mediante la actividad de comunicación con el patrimonio.

La permanente interrogación y escucha al discurso constructivo y arquitectónico de los espacios, la percepción de la realidad interior sobre la que opera el proceso creador, constituye el proyecto de conservación.

Esta comunicación que persigue el auténtico conocimiento de la realidad material y espiritual del patrimonio, permite entender la intervención sobre el patrimonio como un producto flexible, provisional, inacabado, permanentemente abierto.

A su vez, la orientación interdisciplinar de la actividad patrimonial exige una valoración científico-técnica conjunta y la instrumentación de un lenguaje científico común para conseguir, por un lado, la exactitud significadora, y por otro, el diálogo no sólo con el equipo específico correspondiente sino con otros grupos de trabajo que desarrollan su actividad en lugares y tiempos diferentes.

La representación del patrimonio para uso y disfrute general nos conduce a la comunicación patrimonio-usuario.

La aplicación de técnicas pedagógicas y los sistemas de información en la divulgación del patrimonio deberán integrarse específicamente en la intervención de conservación del patrimonio.

  

3. CONCLUSIONES

En el apartado anterior se han tratado de exponer las claves de lo que a nuestro entender debe constituir el patrimonio histórico como un elemento integrado en el contexto cultural.

En tal perspectiva es de resaltar que la actividad patrimonial que actualmente se desarrolla tanto en Almería como en España presenta graves problemas a todos los niveles, tanto por carencia de actuaciones sobre un conjunto de bienes culturales que es urgente conservar, utilizar y transmitir, como porque la mayoría de las intervenciones que se promueven se plantean desde una perspectiva alejada de las consideraciones que se han propuesto en los apartados anteriores.

La metodología y práctica de un gran número de intervenciones sobre el patrimonio mantienen todavía la segregación entre los diversos profesionales que desempeñan la labor de conservación, que siguen desplegando su actividad aplicando criterios individuales. Existe falta de debate, acuerdo y divulgación de la experiencia patrimonial.

Se sigue manteniendo aún la consideración del bien de interés cultural como un elemento individual, autónomo, aislado, sin relación con el contexto cultural y medioambiental, lo que supone un grave error a la hora de definir la escala de intervención.

El planeamiento urbanístico de ámbito municipal que se promueve continúa considerando el patrimonio en clave de conflicto y no como recurso fundamental en el proceso de desarrollo, individual o colectivo, y tal reconocimiento es básico para valorarlo y utilizarlo correctamente.

Por otro lado, la ausencia de investigaciones específicas sobre la realidad material de los bienes culturales, especialmente en lo que a arquitectura se refiere, ocasiona que las diferentes multinacionales del sector pongan en el mercado distintos productos dirigidos a la conservación y protección de los materiales, cuya aplicación indiscriminada llega a ocasionar más perjuicios que beneficios por no tener en cuenta el contexto medioambiental particular.

Otro factor que caracteriza la situación actual es la presencia de una serie de empresas, legalmente cualificadas para intervenir sobre el patrimonio, que en realidad muestran su máxima preocupación por la certificación del mayor volumen de obra posible.

Estos problemas que se detectan en el ámbito local son trasladables al conjunto del patrimonio histórico almeriense e incluso al ámbito andaluz y español.

Frente a esto, se constata una mayor demanda de la sociedad para el uso y disfrute del patrimonio.

Por todo ello, se podrían establecer las siguientes propuestas de intervención como conclusión:

 

1 - El patrimonio histórico almeriense en su integración con el natural es uno de los recursos básicos, que manifiesta una tendencia al alza en su demanda, que debe ser aprovechado en todas la iniciativas de desarrollo económico y social y planificación territorial.

2 - En su difusión -uso y disfrute por la sociedad- es necesario incorporar las nuevas tecnologías y sistemas de comunicación.

3 - Es necesario redefinir los sistemas de gestión para coordinar la iniciativa pública y la privada.

4 - Es imprescindible profundizar en la obtención de distintas fuentes de financiación para atender la actividad patrimonial.

5 - Las intervenciones específicas de conservación del patrimonio deberían contemplar, al menos, los siguientes conceptos:

5.1. La actuación de conservación debe ser abierta y flexible.

5.2. El patrimonio no es un dato, es una actividad.

5.3. Es necesaria la aproximación a las diferentes escalas de intervención -lo arquitectónico, lo urbanístico y lo territorial-.

5.4. La documentación, el conocimiento y la interpretación permiten la conceptualización del pasado como construido del presente y la conversión del bien de interés cultural en documento, como interpretación fruto del conocimiento.

5.5. La actuación de conservación es el instrumento para la interpretación conjunta que posibilita la integración de disciplinas, saberes y oficios.

5.6. La conservación de los materiales que constituyen el bien de interés cultural exige la investigación científica en la búsqueda del equilibrio entre materia y las condiciones medioambientales.

5.7. La actuación de conservación debe constituir la representación de un pensamiento elaborado mediante la comunicación con el patrimonio que exige la interrogación y escucha del bien de interés cultural, la comunicación interdisciplinar y la comunicación patrimonio-usuario, con el fin de constituir la auténtica difusión del patrimonio histórico para uso y disfrute de la sociedad.