Miguel Ángel Blanco Martín |
Periodista de Información Cultural y Medioambiental en el Diario Ideal. |
«En verdad, la sociedad ha hecho más que aceptar pasivamente las innovaciones: ha proporcionado un mercado que engulle ávidamente lo nuevo, porque lo cree superior en valor a todas las viejas formas. Así, nuestra cultura tiene una misión sin precedentes: es una búsqueda oficial e incesante de una nueva sensibilidad»
(Daniel BELL, Las contradicciones culturales del capitalismo).
«Una teoría del periodismo debe explicar cómo el medio decide lo que va a decir y por qué; una teoría del periodismo debe ofrecer un modelo abstracto que permita comprender por qué una noticia desplaza a otra y por qué comentamos una noticia en vez de otra».
«Explicar cómo funciona el periodismo es explicar cómo se forma el presente en una sociedad».
«El periodismo puede entenderse como un método de interpretación de la realidad social».
«No pretende el periodista interpretar lo que sucede en la intimidad de las conciencias ni en las profundidades del inconsciente. Es la realidad humana social en la medida en que produce hechos lo que aspira a interpretar.
La interpretación periodística permite descifrar y comprender por medio del lenguaje la realidad de las cosas que han sucedido en el mundo y se completa con el esfuerzo, también interpretativo, de hacerse cargo de la significación y alcance que los hechos captados y escogidos para su difusión puedan tener. De ahí se deriva la invitación implícita a que la gente les dé respuesta. El comentario de los hechos producidos llega incluso a tratar de descifrar e interpretar el futuro, especialmente el futuro deseable, para indicar cómo podría alcanzarse».
«Los medios de comunicación son en definitiva la arena donde luchan los productores de hechos para influir en el público, mientras que los que controlan el medio sólo relativamente se interesan en esa pugna. La propiedad de los medios aspira básicamente a obtener beneficios económicos y los que operan en ellos profesionalmente a dar noticias interesantes (y acompañarlas de comentarios inteligentes). Los más interesados en influir en los medios no son ni los que los poseen ni los que trabajan en ellos».
«Gracias a los medios, las relaciones entre los hombres se multiplican y generalizan y la dinámica social se activa: la imagen periodística de la realidad es la referencia popular del cambio social».
(Lorenzo GOMIS, en Teoria del Periodismo. Cómo se forma el presente).
La cuestión es cambiar el discurso, los criterios, las opiniones sobre el paso del tiempo y la forma de contar historias, las maneras de informar, de saber qué pasa y, sobre todo, por qué. La plena rentabilidad es la norma y la prioridad. Hay un periodismo más burocratizado, desconcertante, marcado por las reglas de un mercado que exige al final buenos resultados. Establecer en ese modelo, dominado por el síndrome de la información de sucesos o del periodismo de ecos de sociedad, los criterios de un nuevo análisis desde los criterios de la irrupción del mundo ecologista es una osadía en este sistema establecido.
Esta ponencia pretende establecer argumentos, razones, puntos de debate y discusión sobre el panorama actual que envuelve a los medios de comunicación y su equilibrio social, base necesaria a la hora de unir los conceptos de Ecología y Medios de Comunicación Social. El hecho de que el Encuentro Medioambiental esté centrado en los problemas de Almería, condiciona y delimita el área de una temática que está dominada por factores y hechos que se extienden más allá de los límites geográficos almerienses. En el panorama de las comunicaciones sociales, también la superficie de las ideas y de los protagonistas se escapa de los límites territoriales. Las ideas, pues, se concentrarán en torno a lo que pasa en Almería, por qué pasa y qué futuro es el que ha sido programado en función de los criterios que se están imponiendo.
No estamos en el mejor de los mundos posibles, sino en el mundo que desde criterios dominantes se ha impuesto por la fuerza de la hegemonía de unos frente a otros. Y el periodismo no es ajeno a esta realidad, cuando está sometido a profundos cambios desde la innovación tecnológica con especial incidencia en sus análisis informativos.
La presencia del periodismo ambiental no es tan protagonista como pudiera pensarse. Está rodeado de luces y sombras, más las oscuridades que las luces. La información, antes y ahora, avanza hasta cierto límite. Ir más allá será una osadía y un riesgo para el periodista que se atreva a profundizar sobre la actualidad en la superficie que día a día proyectan sobre la opinión pública los titulares de la prensa, las voces radiofónicas y las imágenes de las televisiones locales en un desconcertante proceso de atomización en unos casos, frente a la gran concentración puesta en marcha. Periodistas y espectadores, rehenes de la situación, reparten sus conciencias entre el victimismo y la complicidad. Cuestión de supervivencia. En Almería, las cosas no son distintas ni distantes.
La intención que existe en este informe es la de esbozar cómo han evolucionado los medios de comunicación en Almería, la realidad emergente de un periodismo de información ambiental y sus circunstancias. Una segunda parte se centrará en un panorama general de la ecología de los medios de comunicación, con especial referencia a los trabajos que en este campo ha realizado, entre otros, el profesor Ángel Benito, de la Facultad de Ciencias de la Información en la Universidad Complutense. Seguirá después un recorrido y análisis sobre el periodismo en Almería en relación a la problemática medioambiental durante la transición y el momento actual, para alcanzar una perspectiva del futuro programado y las direcciones que están emergiendo en la comunicación social.
El profesor Andrew Robson en su Pensamiento político verde manifiesta: «El ecologismo proporciona una crítica de los modelos actuales de producción y consumo». Con ello se advierte cómo se ha colocado el punto de mira del análisis crítico sobre el sistema. Cuando la información se cierne sobre esta realidad, la controversia y el desconcierto es innegable. Las tensiones de la dinámica histórica son permanentes. El papel del periodismo y de la comunicación se incrusta en otras áreas más globales. Ya no estamos ante el encuentro con una realidad informativa cotidiana de pequeñas historias que interesan a nivel de la calle. Todo el mundo se ve obligado a cambiar. Cómo y en qué condiciones y hacia dónde, es otra historia. La puntualización de Andrew Robson es que «el principio general que subyace tras las estrategias de estilo de vida y de comunidad es que los cambios de conciencia y los cambios de conducta se refuerzan mutuamente. El cambio de estilo de vida atañe a cambios de patrones de conducta individual en la vida diaria», un tema que sí está muy presente en la realidad del periodismo almeriense y sus grandes retos.
ECOLOGÍA FRENTE A LA COMUNICACIÓN DE MASAS
Entender hacia dónde avanzan los medios de comunicación de masas hoy día, los grandes cambios que se viven en la actualidad y lo que queda por venir en la efervescencia del fin de siglo, es imprescindible para entender por qué la información periodística es lo que es, en la actualidad, cuáles son los temas que se colocan como en un escaparate ante el público, y qué condicionantes determinan las líneas informativas en la actualidad.
El punto de partida es el gran cambio tecnológico, tan acelerado, que ha provocado un desequilibrio y profundos desajustes sociales. Establecer la armonía y el equilibrio es situar en el mismo nivel la relación entre Ecología y Sociedad de la Información. El estudio de esta realidad ha sido realizado por el profesor Ángel Benito. Su libro Ecologia de la Comunicación de Masas es importante para entender las transformaciones y su sentido en un nivel planetario y local. El autor extiende el estudio de la incidencia creciente de la comunicación de masas en las sociedades desarrolladas, al estudio del «uso y abuso de los medios de comunicación y su reparto injusto, a su manipulación por parte del poder económico y el poder político, a su sintonía o falta de sintonía con los problemas y necesidades individuales y sociales que en nuestra época tienen que ver con recortes de la justicia en el uso de las libertades o con la participación desequilibrada en el bienestar general», y para ello recoge el concepto que acuñara Abraham Moles en su trabajo La comunicación y los mass media. Se busca y se trabaja en la Sociedad por un equilibrio de la comunicación de masas. Aquí se parte del hecho de que las nuevas tecnologías han cambiado las mismas funciones de los medios de comunicación y se han roto los antiguos ámbitos de difusión informativa. En esa relación entre Sociedad de Masas e Información, se da una concurrencia dominante de medios de información periodística, que están determinados, según el profesor Núñez Ladeveze, «por su capacidad para producir una serie de mensajes que afectan al conjunto social y de condicionar a través de esa acción los esquemas de dependencia recíproca de los miembros que la componen». La realidad en la que se inscribe esta problemática es la de un desequilibrio permanente motivado por el crecimiento demográfico, el consumo, la producción de energía, la contaminación, etc. Existe un problema inicial, como el hecho de medir las consecuencias en la nueva era tecnológica, para conocer las consecuencias de las transformaciones. En primer lugar, no hay análisis globales sobre el desarrollo social motivado por las nuevas tecnologías de la información. No se realizan nuevas aplicaciones tecnológicas para observar la incidencia social. No se analizan los problemas sociales actuales de cara a una tecnología para la resolución. No hay estudios sobre la idoneidad «de los instrumentos que se han de utilizar para controlar y dirigir políticamente el desarrollo de las tecnologías de información» (El impacto social de las nuevas tecnologías de la información, varios autores, Tecnos).
La tesis de Ángel Benito es que «la tecnología siempre sigue a la tecnología, de forma que los problemas generados se resuelven con nuevas tecnologías, la introducción sucesiva de tecnologías cada vez más perfeccionadas entraña una situación de desequilibrio permanente en el campo de la comunicación de masas». Es un proceso irreversible que configura las nuevas tensiones entre desarrollo y subdesarrollo, ricos y pobres y las nuevas formas de dominio.
Esta situación conduce a una salida necesaria, significa que reestructurar las nuevas tecnologías a la situación del país es tratar de imponer criterios ecológicos en la nueva sociedad, equilibrar las técnicas y su uso en un ambiente distinto, donde confluyen organización, población, tecnología y medio ambiente. No hay que olvidar que seguimos siendo tributarios de la sociedad industrial que generó una serie de conflictos que todavía hoy emergen en países nuevos y del Tercer Mundo. Pero el enigma se mantiene sobre los conflictos y desequilibrios que provocará la sociedad informatizada.
Los estudios sobre La informatización de la Sociedad de Simon Nora y Alain Minc presentan un esquema de los análisis críticos: «Los pesimistas señalan los riesgos: aumento del paro, rigidices sociales, trivialización de las actividades. Para ellos la informática consagraría el carácter impersonal y repetitivo de los trabajos y la descalificación de los empleos. Consolidaría la pesadez y la jerarquía de las organizaciones, reforzaría toda la omnipotencia de los preparados, automatizando a los demás. Sólamente subsistirían los informatistas y los informatizados, los utilizadores y los utilizados. La máquina ya no sería solamente un ordenador, un instrumento de cálculo, de memoria y de comunicación, sino un dador de órdenes, misterioso y anónimo. La sociedad se volvería opaca en si misma y para los individuos que la componen, pero peligrosamente transparente en detrimento de la libertad de los ciudadanos, sólo para los que tuvieran acceso a la técnica demiúrgica y sus maestros». La conclusión de Ángel Benito es que «la gran diferencia de la revolución tecnológica actual reside en su rapidez e irreversibilidad».
Pérez Luño habla de horizonte inquetante cuando alude a que «en las relaciones de trabajo en las que la tecnología refuerza el autoritarismo tecnocrático en la empresa, contribuyendo a fomentar la concentración de poder en managers en detrimento de las fórmulas de participación y cogestión. Esta jerarquización de las relaciones laborales se posibilitará al hacerse menos transparente a causa del carácter inaccesible para los no introducidos en el círculo mágico de la tecnología, la propia significación de los nuevos procesos productivos», al que se suma otro desequilibrio, «otorgar el poder de decisión a los que disponen del poder informático, cuyo uso indiscriminado puede producir hasta una auténtica atrofia intelectual».
Por su parte Alfredo Salvador en su estudio Nuevas tecnologías y viejas culturas, una estrecha relación en tensión que se está viviendo actualmente, destaca que «el peligro reside en forjar una cultura no de conocimiento de la ciencia sino de documentación de archivo, donde la ciencia está depositada».
Sin embargo, hay tesis que se fundamentan en el optimismo por las nuevas tecnologías por el carácter de liberación que supone la relación sucesiva: Informática igual a Información igual a Cultura igual a Emancipación igual a Democracia, atendiendo a criterios analizados por Simon Nora y Alain Minc. El optimismo laboral vendría marcado por un mercado de trabajo con la consolidación de menos trabajo para una mayor eficacia y puestos de trabajo diferentes a los que impone la vida industrial. Es aquí donde surgen las nuevas incógnitas. El tema está en afrontar la realidad conociéndola. La imprenta definitivamente ha quedado sustituida por las nuevas tecnologías «que universalizan la curiosidad y el conocimiento, permiten la concentración del poder de informar en los que tienen el poder informático», que alumbran una nueva sociedad.
Las referencias al Informe de la Unesco Comunicación e Información en nuestro tiempo aparecido en 1980, es la base para un optimismo: «Las nuevas tecnologías demuestran que, con un poco de imaginación, el material de comunicación no está necesariamente limitado a sus aplicaciones iniciales» y «ofrecen un potencial considerable para una diversificación de los mensajes y una mayor demcratización de la comunicación». Se reconoce la existencia de conflictos propios de toda transición, y se destaca que al final el abaratamiento impondrá la informática al mismo nivel que lo fue la electricidad. Positivismo e imperialismo vuelven a intuirse en el horizonte.
El pesimismo sin embargo contrapone que el discurso real ironiza con el futuro. La informática servirá para erradicar el analfabetismo tradicional, los enfermos podrán ser tratados vía satélite, «la cultura va a inundar todos los hogares», según el estudio de Herbert Schiller Nuevas tecnologías de la Información y viejos objetivos: «Las promesas que se están haciendo al mundo pobre son aún más extravagantes, que saltando siglos de diferencias culturales van a poder entrar directamente en el milenio tecnotrónico». La alternativa es que hay que «preparar al hombre para toda aventura incierta», según el estudio de Ignacio Iturrino La sociedad de la información.
El mundo de la información se encuentra con nuevas incógnitas, con una visión de la realidad cultural totalmente transformada, incluso en la concepción de la misma. Se produce una nueva relación con el Saber: «Los niños estarán desarmados pero bañados en un mar de información». Según Ángel Benito nace un nuevo reto de las culturas nacionales, con el enfrentamiento intercultural entre las ideas y símbolos exteriores y lo tradicional desde la internacionalización de los sistemas de comunicación que vislumbra una nueva dimensión de confrontación política.
Las investigaciones de Antonio Pasquali trasladan al ámbito local las incógnitas con las siguientes propuestas: Analizar las comunicaciones para averiguar su dependencia cultural tanto en el orden de los contenidos como del uso de tecnología y de su posible financiación por multinacionales de la comunicación. En segundo lugar, hay que averiguar de quién son los medios y su uso, tanto en los públicos como en los privados. Hay que analizar las políticas nacionales de comunicación promovidas desde los gobiernos para conocer su grado de mediatización sobre la independencia informativa. Se pretende conocer si el derroche cultural de los grandes centros urbanos se desparrama hacia la periferia. Hay que identificar a los grupos que participan en la producción y distribución de los mass media y a los grupos excluidos. Hay que investigar los tipos de aculturación que afectan también a las culturas locales. Y finalmente, se propone analizar las culturas locales de resistencia para la democratización de la comunicación.
Antonio Pasquali concluye que «en la sociedad de la información se facilita un diálogo más abierto, una mayor participación, un aumento de las responsabilidades individuales, una mayor resistencia de los débiles... La sociedad de la información permite ampliar la capacidad de conocimiento, de comunicación y de crítica de aquellos ciudadanos y aquellos grupos sociales capaces de asumir responsabilidades».
Pero hay un futuro programado que desconcierta, lo que se está denominando el nuevo imperialismo económico y cultural, la despersonalización derivada de la democracia electrónica directa, en lo que se advierte que la teledemocracia convertiría el cuarto de estar en una cabina electoral permanente junto a la preocupación de los gobiernos por controlar la comunicación exterior, «lo que transmite la tecnologia es una forma de poder».
Para algunos autores «el crecimiento ilimitado de información es el verdadero problema». El panorama vislumbrado está repleto de enigmas, qué hacer con tanta información, una información que se mantiene desde el poder de la anticipación, «siempre ha sido así: en la historia de la comunicación la prensa y luego los demás medios informativos han fortalecido los poderes de decisión con la anticipación de noticias y la misma evolución de las técnicas de información han servido al poder y se han servido de él».
El efecto primero es un proceso muy presente en la actualidad de nuestro país, «la primera resultante del acoplamiento de las nuevas tecnologías a los medios convencionales de comunicación es la de su concentración por imperativos del mercado». Resurgen grandes monopolios de comunicación.
Hay un dilema en ciernes: Cambiar al mundo-cambiar al hombre. Enrique Tierno Galván hizo una reflexión al respecto: «La nueva tecnología de la comunicación no cambiará el mundo por la sencilla razón de que no puede cambiar al hombre».
El proceso seguido por el periodismo, desde la gran industria a las nuevas tecnologías, ha aumentado la presentación fragmentaria de la realidad, espacios más reducidos y grandes espacios de la realidad ignorados. El historiador del periodismo, Jesús Timoteo Álvarez ha llegado también a una conclusión pesimista: «la concentración es, desde hace un siglo, el primero y más evidente efecto de la consolidación de un mercado en el que la libertad de oferta lleva, inevitablemente a la desaparición de los más débiles» (Modelos históricos de política informativa). Y en este sentido se han superado ya todas las fronteras.
Por otro lado, si el desarrollo industrial fue separando al hombre de su entorno natural a lo largo de la historia, situando a la naturaleza como algo ajeno y extraño a todo proceso de transformación territorial y cultural, «el advenimiento de la era tecnológica ha supuesto un progresivo extrañamiento del hombre respecto de su entorno natural», según Pérez Luño. Por su parte Willi Hartmann se pronuncia contra la homogeneización que está invadiendo la realidad y reivindica la búsqueda de identidad.
Todos estos análisis conducen obviamente hacia el mundo actual de la información periodística y sus cambios. Escribe Ángel Benito que «la selección de noticias se presenta como uno de los caballos de batalla en la lucha por la objetividad y por responder a las demandas de los públicos». El acento se pone en la figura del llamado seleccionador de contenidos o guardabarreras desde el argot internacional, que decide sobre los contenidos, qué historias se publican e impone el criterio que conducirá a los reporteros sobre lo que no deben escribir. Los nuevos sistemas tenológicos y de impresión han modificado la alimentación de periódicos. Las grandes empresas están absorbiendo a las pequeñas. Los nuevos servicios tecnológicos invaden todos los rincones cotidianos del ciudadano. Los medios se desplazan unos a otros en el territorio ocupado. El resultado es una nueva burocratización de la información.
El estudio de esta burocratización recurre a constantes en la historia del Periodismo. Entre ellas, una que permanece dentro de sus variaciones: la especialización a nivel internacional por la insuficiencia. Ángel Benito expone varios efectos informativos: se produce un declive de la comprensión en un proceso de bifurcación entre la información y la instrucción, «por ejemplo, la televisión sólo consigue familiarizar a la audiencia con un gran número de cosas y acontecimientos pero no ilumina ni contribuye al logro de la comprensión». En realidad la televisión se está imponiendo como fórmula de entretenimiento. En segundo lugar, en una sociedad democratizada los ciudadanos demandan mensajes que, a la vez, informen o instruyan. Es el tiempo de nacimiento del llamado periodismo electrónico, el periodismo pasa a ser un sistema de información electrónica, y el periodista un técnico de la información. Se buscan nuevos públicos, diferenciados unos de otros. La información se ha zonificado con las secciones especiales, «ahora entendemos por qué el periódico se está convirtiendo en revista sobre todo con la confección a medida. El reto es personalizar el periódico frente al desafío alienante de la Televisión.
Este análisis conduce a las tesis del profesor Martínez Albertos (El derecho humano a la información ante el reto electrónico): «la innovación electrónica aplicada al periodismo impreso está produciendo un acercamiento entre las diferentes modalidades del periodismo contemporáneo en lo que hasta ahora tenían más dispar entre sí: el distinto tempo en la producción de los mensajes periodísticos, de acuerdo con las características técnicas del medio utilizado; un tempo psicológico en el comportamiento de los profesionales que también produciría cierta disparidad en el uso del lenguaje común, propio de toda comunicación periodística».
Las repercusiones son notorias. El futuro del periodista es oscuro. No sólo se modifica la figura tradicional, sino que la evolución del modelo es de ruptura y deja en el mayor de los dilemas si de verdad habrá la figura de un periodista nuevo: «El periodista (en cuanto productor literario de relatos y de comentarios) va a estar progresivamente desplazado por el creador de base de datos (proveedores de información, publicitarios electrónicos). Y no es sólo que el periodista se encuentre sustituido en su trabajo sino que progresivamente se encuentra condicionado por un lenguaje el de la comunicación de datos que no es precisamente un buen lenguaje periodistico. El ideal del lenguaje de la comunicación de datos es que cada concepto se exprese claramente con una sola palabra... El lenguaje periodístico, por el contrario, tiene todavía muchos rasgos propios de una comunicación imperfecta. Mi predicción es que en los próximos años seguiremos presenciando la continuación de este pulso entre dos concepciones lingüísticas diferentes y enfrentadas: el lenguaje deshumanizado propio de la comunicación automática de datos y un lenguaje periodistico voluntariamente imperfecto al dejarse contaminar por excesos literarios».
Otro aspecto en torno a la burocratización de la información es la demanda de técnicos para informar e instruir a las masas para garantizar el consumo de información. Para Ángel Benito «si el control partidista de la televisión resulta ineficaz, y si la conflictividad en la prensa no encuentra fórmulas acabadas de equilibrio... no cabe duda que la burocratización dirigista se cierne aún sobre la propia comunicación».
Frente a los desmanes y peligros de control de la sociedad burocratizada, se impone la idealización de una sociedad democratizada, con el aumento de las posibilidades de la comunicación horizontal frente a la verticalidad de la burocratizada, «la planificación de la política informativa tiene que verse impulsada por la creatividad de todos».
FUSIÓN ENTRE ECOLOGÍA E INFORMACIÓN.
Una de las cuestiones que se ha ido incrustando en la realidad social y en el mundo de la información, es el efecto ecologista. Difícilmente hoy día se puede situar el máximo rigor en cualquier análisis o interpretación de la actualidad sin el componente ecológico y medioambiental. Y eso precisamente es el factor determinante de nuevas tensiones y por consiguiente de reacciones para ajustar nuevos controles a la libertad de información. «El análisis ecologista de la realidad se ha ido convirtiendo en un catalizador, en un revelador de problemas tanto científicos como socioculturales y económicos». La ecología se ha convertido en el principal factor de innovación sociocultural. De lo que se trata también es de aportar los criterios de equilibrio ecológico para impulsar la armonía de la comunicación de masas.
Una visión global se encuentra ante una realidad histórica en la que el hombre contamina, envenena los ríos, destruye los bosques, extingue elementos naturales, lo que provoca una sucesión de muertes. Las preguntas de Ángel Benito ante esta realidad son: «¿Qué decir cuando los medios de comunicación no dicen la verdad o la ocultan o sirven a intereses antisociales? ¿Todos los medios de comunicación pueden afirmar que responden a las necesidades de los públicos para que éstos estén informados y sean más libres? ¿El poder, cualquier forma de poder, tiene las manos limpias cuando las pone en los medios de comunicación, publicos o privados?».
Trasladar los símiles de la naturaleza y las reivindicaciones ecologistas a la sociedad de la información, es legítimo y necesario. En el mismo nivel problemático se encuentran la extinción de las ballenas o la manipulación de la opinión pública. Sobre los dos ejemplos, se pueden situar los interrogantes que demandan desde qué legitimidad se extingue y se manipula. Las ballenas como la información no pertenecen a nadie, no constituyen propiedades privadas y son recursos y elementos comunes. En el caso concreto de la opinión pública lo que se está produciendo es que «no se trata de aniquilar a los públicos sino de reducirlos a la pasividad o moverlos a la acción que se pretende desde los medios de comunicación que no respetan el libre juego democrático de las opiniones». El público ha sido convertido exclusivamente en lector. El resultado es la generación de fuertes tensiones internas en la formación de la actualidad. La transformación y cambios ha invadido las tres direcciones de la dialéctica de la información que el profesor Ángel Benito expone en su estudio La comunicación social: periodismo de actualidad, periodismo de opinión y propaganda ideológica.
Ante este panorama surge la responsabilidad profesional y las disfunciones que se están produciendo en los principios básicos de la ética informativa. Ángel Benito describe cuatro situaciones: 1º) Al nivel del hecho: «cuando hechos socialmente significativos son despreciados, no recogidos, ya sea por actitud preconcebida, por falta de medios técnicos o por ineptitud profesional. O cuando los periodistas no tienen acceso a los hechos por interferencia política o ideológica. 2º) Al nivel de la elaboración del mensaje: cuando la redacción de una noticia, una información gráfica o la ilustración sonora de un programa audiovisual «presenta al objeto imperfectamente, incompleto o alterados sus elementos fundamentales». Si por actitud preconcebida los hechos no son presentados con pretensión de objetividad. 3º) Al nivel de la transmisión: cuando la codificación se hace incompleta o defectuosa. 4º) Al nivel de la difusión: cuando los medios difunden unos mensajes y no otros, según sus particulares referencias de todo tipo. El conocimiento de esta realidad prueba de que se ha roto el equilibrio de la comunicación.
En España, según Enrique Bustamante (Fundesco, 1988), se asiste al fortalecimiento de las grandes empresas y crecimiento de los pequeños periódicos (éstos actuando más en la información de lo inmediato), con la información local. Se constata por otro lado, la tensión personal del periodista en su evolución. Una tensión que también se sitúa entre la precisión que requiere la función periodística y el servilismo ante los gustos del público. Ángel Benito cita la tesis doctoral de José Luis Dauder sobre Periodismo y pseudocomunicación politica (1983): «Los ideales de una información y comunicación precisas y auténticas están lejos de ser verificadas y asumidas en la practica».
Entrar en las consideraciones de futuro es obligado. El horizonte ecológico de los medios de comunicación se encuentra ya con la inicial superación de la tradicional clasificación (Prensa, Radio, Televisión, Publicidad, Propaganda y Relaciones Públicas), con los nuevos usos que invaden la sociedad desde el campo de la Publicidad y de las Relaciones Públicas. Conceptos como Mercadotecnia y Comunicología alumbran nuevos usos de dominio social. En este sentido el futuro de la comunicación informativa va a depender de dos variables a tenor de los diversos autores y análisis sintetizados por el profesor Ángel Benito: mayor o menor coincidencia de las actividades comunicativas de finalidades interesadas y las consecuencias emanadas de las nuevas tecnologías; lo que obliga a evitar que «la comunicación llegue a ser un instrumento de dominación». Ángel Benito advierte en este sentido que «si no se ponen las bases para un equilibrio generalizado del mundo de la comunicación, para una estructuración ecológica de los medios en su distribución, en su propiedad, en sus contenidos y en su control verdaderamente social, la comunicación llegará a ser un instrumento de dominación».
El futuro-presente promueve la concentración de los puntos de distribución informativa, en la informatización integral con mecanismos para garantizar la presencia de las fuerzas reales. Ángel Benito propone «equilibrar la concentración informática con una amplia distribución de los medios secundarios de comunicación, la prensa, la radio y televisión local, comarcal o provincial para que cada colectividad tenga un mejor conocimiento de si misma». Pero éste es un proceso que exige un esfuerzo de mayor profesionalización, sectorización de los públicos con la aparición de una prensa, radio y televisión especializadas, lo que servirá para humanizar la comunicación colectiva, lo que «exigirá una más alta capacitación de todos los profesionales de la información», precisamente todo lo contrario de lo que está ocurriendo en el panorama de los medios de comunicación en nuestro país, una situación que es ampliamente obvia de la degradación del ámbito profesional periodístico en la realidad almeriense. Los aspectos más sofisticados y los intereses advierten, según los análisis expuestos, del peligro de la actividad comunicativa interesada, más conocida por tráfico de influencias. La necesidad de la autonomía de los medios de comunicación es evidente.
No se puede dejar de lado el papel de la información institucional que inunda los contenidos informativos de todos los medios. Puntualiza Ángel Benito: «la información institucional requiere también el establecimiento de un estatuto de autonomía de sus profesionales».
Otro de los riesgos es la invasión de las Relaciones Públicas en el campo de la información de actualidad, pues responde a una finalidad interesada, ajena al derecho de la información y opinión.
INFORMACIÓN, PUBLICIDAD Y MULTINACIONALES
La globalización de los temas que nos afectan se traduce en la visión planetaria que la problemática ambiental ha implantado con nuevos códigos éticos que, en realidad, lo que hacen es recuperar el interior de la inteligencia y su posición de equilibrio en un entorno. La capacidad de mejoría es ínfima. La historia suele regresar, aunque no se sabe con qué reglas y tiempos. Siguiendo por ejemplo, las tesis de Clive Pointing en su Historia Verde del Mundo nos encontramos ante aseveraciones elementales a tener presente: «Los problemas medioambientales no son algo nuevo. Sin embargo con la expansión de Europa hasta dominar gran parte del globo, con el rápido crecimiento de la población mundial, el aumento de zona cultivada a expensas de los ecosistemas naturales y la aparición de sociedades sumamente industrializadas, la envergadura de los problemas medioambientales se ha visto incrementada y tiene una naturaleza más compleja. El mundo se enfrenta en la actualidad a una serie de crisis relacionadas entre sí causadas por acciones pasadas: deforestacióin, erosión del suelo, desertización, salinización, aumento de las pérdidas de fauna y flora, distribución muy desigual de los alimentos, la riqueza y las comodidades humanas básicas, mayores niveles de contaminación (y nocivos cócteles y reacciones en cadena nuevos). Otro reto al que se enfrentan las sociedades modernas es la vertiginosa velocidad del cambio». Como se ve ninguno de esos problemas puede ser ignorado en Almería. Es más, la mayoría están incrustados y han delimitado la identidad de este territorio provincial. Son temas que nos afectan y que tienen que ser objeto de tratamiento informativo. La conclusión final de Clive Pointing no es muy poco halagüeña y sirve de advertencia: «Evidentemente es demasiado pronto para juzgar si se puede mantener ecológicamente a las sociedades industrializadas modernas, con sus altísimos índices de consumo de energía y de recursos y sus altos niveles de contaminación, y a la población en rápido aumento del resto del mundo. Las acciones humanas pasadas han dejado a las sociedades contemporáneas un conjunto de problemas casi insuperablemente difíciles de resolver».
En realidad, el mundo de la información ha entrado en el campo de los negocios. No se discute este criterio y explica gran parte de las razones del cambio social. La síntesis está recogida por Noam Chomski y Stewart S. Hermann (Los guardianes de la libertad), cuando exponen el factor del filtro, «para hacer negocios se necesita el beneplácito de la publicidad». Es importante esta afirmación, por lo que significa de decisivo en los movimientos actuales sobre los grupos empresariales de comunicación de masas. Es una cuestión que está muy presente en todo el proceso de estructuración del medio y en la realidad cotidiana de la información periodística, «la publicidad ha jugado de hecho un importante papel en el aumento de la concentración». El futuro se está apuntando desde los medios prósperos de comunicación hacia el concepto de calidad de audiencia desde el poder de los anunciantes.
El panorama internacional informativo se encuentra en puertas de un gran conflicto en la relación entre Información y Publicidad, con un choque de intereses. A título de ejemplo de una realidad amenazante: la irrupción de los alimentos manipulados genéticamente va a invadir Europa en este fin de siglo. Los intereses de las multinacionales han colocado ya su estrategia para el debate en un pulso entre Estados Unidos y la Unión Europea. Ya advierten las organizaciones ecologistas de los preparativos para silenciar la campañas. Más tarde o más temprano esta realidad llegará al consumidor almeriense y a los medios de comunicación de Almería.
Los intereses de la industria se están imponiendo al ámbito europeo. Un editorial de la revista Vida Sana (octubre, 1997) advierte de la situación: «Los grandes intereses económicos utilizan las ciencias, las políticas y las religiones. Todo forma una amalgama de poder, un centro que domina, condicionando a las personas a través de un poder físico, mental y emocional. La fuerza bruta es utilizada abiertamente cuando no hay más remedio. A diario, la propaganda decide, por mecanismos de especialistas en márketing, la opinión de las masas». Lo que se cierne sobre la sociedad de la información es notorio, al efecto de estos cambios y manipulaciones. En esta misma publicación, se lanza la voz de alarma sobre los intentos de controlar en este terreno, en el articulo Las multinacionales preparan un lavado de cerebro para los recalcitrantes europeos: «La presión sobre los medios de comunicación es enorme. Los periodistas son agobiados, no sólo, ni pricipalmente, por las penurias de tiempo y de información competitiva que menciona el texto, sino por las crecientes censura y dirigismo que los grandes intereses económicos ejercen sobre lo que se publica o no se publica, y cómo. A través de la publicidad, de la que tanto dependen los medios, o de participación en la propiedad, o de otras muchas formas, se logra esa información, cada día más uniforme y unilateral con que se suele desinformar en cuestiones como ésta. Y esto es gravsísimo, pues sin información veraz y útil, no se puede elegir libremente. No somos más que un rebaño. Por eso hemos de exigir de los informadores la responsabilidad que entraña su labor y multiplicar los medios independientes, realizados y difundidos desde nuestras preocupaciones y propuestas cotidianas. Y a nosotros mismos, ser consecuentes con lo que sabemos y con nuestro deber esencial de luchar porque nuestros descendientes puedan vivir en el planeta».
PERIODISMO DE INFORMACION AMBIENTAL
El periodismo de información ambiental tuvo su prehistoria, sus protagonistas y la aparición en coincidencia, fundamentalmente, con el proceso de la transición en España. Aunque no estuviera determinado exclusivamente por la historia vivida hacia la democracia, sí aportó su análisis sobre la realidad. Hoy día el periodismo de información ambiental se ha diversificado, impregna muchas áreas informativas, pero sigue encontrando resistencia incluso dentro de su propio escenario, periodistas frente periodistas, lo que convierte a esta especialización como una respuesta personal más que proyecto de empresa. Es una consideración en la que coinciden muchos de los protagonistas de este periodismo. Así se puso de manifiesto en el primer Congreso de Periodismo Ambiental, celebrado en Madrid los días 14 y 15 de noviembre de 1995. Durante esas jornadas, periodistas procedentes de toda España y vinculados a todo el espectro de medios de comunicación, debatieron sobre las miserias y milagros del periodismo ante el gran debate y controversia del final del milenio.
El presidente de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA), Joaquín Fernández, presentó con motivo del Congreso su libro Periodismo Ambiental en España (MOPTMA, 1995). Aparte del recorrido que hace sobre periodistas y medios, expone su punto de vista sobre la emergencia de este panorama profesional: «El periodismo ambiental es una opción profesional, no ideológica, como pueda serlo el periodismo político y económico». Pone el acento en el impacto acusado en la transformación de las estructuras de los medios de comunicación, sobre todo de la prensa escrita, «la importancia del periodismo ambiental en los medios de comunicación tiene mucho que ver con la relevancia de sus protagonistas. Si los orígenes históricos de esta nueva especialidad están vinculados en gran medida al ecologismo militante, que todavía hoy se mueve por los arrabales del sistema, la imagen se ha proyectado inevitable y mecánicamente a los periodistas y a los propios contenidos informativos». Con el periodismo ambiental, ya nada es igual en el periodismo. pero el panorama no por eso se ha convertido en más esperanzador para quienes configuran el futuro informativo y periodístico escrito como interpretación de la realidad. El sentido de soledad del periodista ambiental es notorio. Seguramente, Joaquín Fernández se quedó cortó cuando escribió: «El periodismo ambiental ha cobrado carta de naturaleza cuando desde los medios de comunicación mayoritarios se apostó por él, o quizás sea más preciso hablar de apuestas personales, pues en el desarrollo de esta especialidad han contado más los esfuerzos de individuos que de las empresas periodísticas».
El Congreso Nacional de Periodismo de Información Ambiental de 1995 fue la primera oportunidad en nuestro país para situar la dimensión de esta realidad periodística. Supuso una primera cita con los protagonistas de esta realidad, en la que no sólo participaron periodistas sino también diversas áreas e instituciones vinculadas al mundo del Medio Ambiente. El problema de las fuentes informativas, la evolución del periodismo ambiental, los conceptos de periodismo de la naturaleza y periodismo conservacionista plantearon los diversos aspectos de una imagen plural y diversificada.
Uno de los estudios destacados en el Congreso fue la ponencia La información ambiental en la prensa diaria, del periodista Manuel Zorrilla, en aquel año Jefe de Prensa de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente. Aunque el estudio se apoya fundamentalmente en el panorama nacional, y tiene algunas lagunas en lo que se refiere a los ámbitos provinciales, sus referencias son ilustrativas y con una visión en principio no muy halagüeña: «en principio hay que admitir que la respuesta que los medios informativos están dando al periodismo ambiental es tímida y tardía. Tímida porque a duras penas ponen los medios técnicos y humanos para su implantación y desarrollo. Y tardía porque la respuesta a la demanda informativa de los temas ambientales se hace de rogar». Manuel Zorrilla sitúa los problemas de la información ambiental en dos componentes: Ubicación, «las secciones de Local y de Sociedad engullen las noticias ambientalesy obligan a los periodistas especializados a ocuparse de otros ámbitos ajenos en detrimento de aquellas», Y plantea ccomo futuro que «uno de los grandes objetivos que debe plantearse el periodismo ambiental en estos momentos es el de conseguir una sección fija en los periódicos de mayor tirada y, como mínimo, una subsección marcada con el correspondiente epígrafe en el resto. También merecerá la pena pugnar por un incremento semanal de las páginas especiales. Sería algo así como la reivindicación de un espacio vital para que la información ambiental deje de ser el pepito grillo que nadie sabe bien dónde hay que colocarlo»; Fuentes, «la información ambiental mana hoy de innumerables fuentes... administraciones ambientales, organizaciones ecologistas, instituciones, partidos políticos, sindicatos, etc.» Todos hablan de medio ambiente. El gran problema de las fuentes está en las empresas, donde todavía no se ha producido la apertura informativa para los temas ambientales. Se muestran muy remisas a dar información ambiental, por eso la labor periodística tendrá que ser mucho más incisiva con ellas»; y se destaca la periodicidad, «la noticia ambiental se ha convertido en algo cotidiano para la prensa y los lectores»; Especialización, otro gran problema, «la inmensa mayoría de los periodistas especializados en Medio Ambiente se ha hecho a base de experiencia y vocación... Llegaron a esta especialidad gracias a un esfuezo personal y, casi siempre, frente la desidia de sus patrones... Su objetivo es nada más, y nada menos, que informar... también es hora de reconocer y apoyar la batalla diaria que cada uno de estos periodistas libra dentro de la Redacción para colocar el resultado de su trabajo en los lugares informativamente mejores. Porque la verdad es que para el medio de la Redacción los temas ambientales siguen siendo menores si no van enganchados a una percha llamativa»; Lenguaje: «los valores de la noticia son, si cabe, más necesarios para el periodismo ambiental que se nutre mayoritariamente de temas y no de personajes. Puesto que la objetividad no existe, el rigor y la imparcialidad deben ser las mejores armas con las que este periodismo enfrente el futuro y aleje la tentación sensacionalista». Extensión de la sensibilidad ambiental: «la relevancia de una información ambiental hace que el tema se expanda hacia otros lugares del medio de comunicación, y con ello aporta sensibilidad ambiental a otras secciones».
Manuel Zorrilla concluye su estudio con un resumen de conclusiones:
«Existe una demanda de información ambiental que la prensa diaria no está satisfaciendo».
«Los periódicos de ámbito nacional publican más noticias ambientales que los de difusión regional y provincial».
Las noticias ambientales son mayoritariamente de carácter informativo y no se han contagiado todavía del periodismo basura».
«No existe ni una sola sección ambiental en los diarios españoles. La información ambiental se publica en casi todas las secciones, aunque más en Local y Sociedad».
«Las fuentes de información ambiental tienen capacidad sobrada para servir noticias destinadas a una sección diaria, pero hay que pedir más transparencia a las empresas».
«En el 84% de los periódicos existe, al menos, un periodista especializado en información ambiental».
«Prácticamente todos los profesionales son universitarios. Pero hay un vacío en la formación de profesionales especializados».
«La explicación de los temas ambientales y el uso del lenguaje común son las mejores armas del trabajo profesional».
«La sensibilidad ambiental se extiende a todo el periódico».
Pero hay una crítica que llega desde el exterior y que vincula también al debate el conocimiento riguroso y crítico sobre el mundo de la información ambiental. El análisis crítico, las propuestas de reflexión, fueron expuestas por el profesor Nicolás Martínez Sosa, catedrático de Ética y Ecología en la Universidad de Salamanca. Participó en el Congreso de Periodismo de Información Ambiental, en la mesa redona sobre Impacto de la Información Ambiental en la Opinión pública. Martínez Sosa partió de cuatro supuestos: contribución de la información ambiental a la conformación de la opinión pública; influencia y educación para el cambio de actitudes del público; información ambiental como divulgación de los temas; confusión del ciudadano en la conformación de la opinión. Para Martínez Sosa las cuatro propuestas están presentes desde su percepción. Los interrogantes se mantienen a la hora de la percepcion ciudadana. Cree Martínez Sosa que «no se ha producido tal impacto» ante el interrogante de si el ciudadano percibe el hecho de que la mayor parte de los problemas que amenanzan el futuro tienen que ver con el Medio Ambiente. No existe tampoco impacto sobre la importancia de dar respuestas a los problemas desde el «principio de precaución por la complejidad de los problemas». Sin embargo, considera que el impacto más frecuente es el siguiente: «El impacto de la información ambiental, al concentrarse ésta en problemas fáciles e inmediatos y materializarse en gran cantidad de informaciones, se traduce en que el receptor (inundado de información), difumina y retrasa su decisión y/o toma una decisión simplista». Esta consideración está más cercana a la realidad informativa, muchas veces eclipsada por un espejismo de grandilocuencia.
El profesor Martínez Sosa, desde su condición ética, plantea la necesidad de la estructuración de la información, con tres propuestas concretas: primera, «la información ambiental debe perseguir la presentación de los problemas como enganchados mutuamente y multiconstituidos, en tanto que, en la mayoría de los casos, reflejan intereses vitales contrapuestos. Ello contribuye a revisar y, en su caso, a cambiar la percepción». Segunda, «la información ambiental debe conllevar la inclusión y mostración de escenarios alternativos, lo cual facilita la consideración y selección de opciones». Tercera, «en consecuencia, la información debería estructurarse de modo que resulte una información orientada a satisfacer las necesidades del proceso de toma de decisiones y de participación».
La declaración formal del Congreso de Periodismo Ambiental de 1995 compaginó las referencias profesionales con alusiones a la actualidad, en un acuerdo de compromiso y denuncia, contra las pruebas nucleares en el Pacífico y en China, y contras las ejecuciones en Nigeria con mención al escritor Ken Saro Wiwa, ejecutado. Pero hubo cinco puntos concretos sobre la realidad informativa ambiental:
1º) «Los periodistas de información ambiental estamos comprometidos en la defensa del Medio Ambiente. Por eso apostamos por el diálogo, la información veraz y contrastada. Expresamos nuestro más sincero deseo de participar en la búsqueda de soluciones a los problemas ecológicos, acercando posturas entre todos los agentes sociales implicados: Administración, empresas y organizaciones no gubernamentales».
2º) «Por este compromiso, llamamos la atención de los responables de los medios de comunicación para que apoyen de forma más decidida el periodismo ambiental y que reconozcan esta especialidad informativa».
3º) «Solicitamos una mayor colaboración a las fuentes de información, en especial a los científicos, al mundo de la empresa y al ámbito jurídico y universitario, porque es nuestro interés común la defensa de calidad de vida».
4º) «Apostamos por reforzar los lazos que nos unen con los periodistas ambientales del mundo y en particular con los profesionales del entorno mediterráneo y latinoamericano, para conseguir un nuevo orden internacional más equilibrado en la circulación de la información».
5º) «Criticamos el retraso de la trasposición de la directiva europea sobre Libertad de Acceso a la Información Medioambiental por parte de la Administración española».
PERIODISMO, MEDIO AMBIENTE Y ALMERIA.
Los cambios en Almería han sido vertiginosos en todos los órdenes de la información. Los últimos veinte años han supuesto la puesta en marcha de mecanismos que han cambiado la provincia, con todo el panorama de tensiones,desequilibrios. En ese contexto, el mundo de la información no ha sido ajeno y ha contribuido a su vez a que la opinión pública se vea envuelta con una mayor diversidad de ideas y de necesidad de nuevos puntos de vista. Por eso, la problemática presente es más compleja y su análisis también. El periodismo no es un gesto aislado de contar noticias a diario, de lanzarlas por las ondas radiofónicas o establecer las imágenes precisas para que el ciudadano sepa cómo son los hechos que suceden. La estructura del medio urbano aprisiona todos los elementos de su contenido. El ciudadano, los medios, la propia realidad, aparecen influenciados en ese medio destinado a que el consumo de ideas, de objetos, de situaciones sea permanente e imparable. La vertiginosidad de nuestros días es el símbolo de la modernidad y también su propia maldición.
Palomares tuvo que esperar veinte años para que la información ambiental entrara más a fondo en la dimensión que tuvo el primer accidente nuclear de la era. La Bomba de Palomares en 1966 fue otra cosa, un misterio, un secreto, donde la dimensión del régimen y el mapa internacional impuso las reglas.Sirva este ejemplo de punto de partida para conocer algunos aspectos relevante de lo que ha sido el encuentro del periodismo y la ecología en la provincia almeriense.
Los primeros encuentros ecologistas de Almería tuvieron un gran eco periodístico. En 1988, con motivo de un homenaje a Antonio Cano Gea, uno de los pioneros del movimiento conservacionista en España, vinculado a los primeros pasos de la Sociedad Española de Ornitología y uno de los artífices del Centro de la Fauna Sahariana en Almería, el Boletín del Instituto de Estudios Almerienses publicó un número monográfico. En su contenido surgió una primera oportunidad para el reto histórico informativo. Detrás quedaba ya una especie de prehistoria, porque el primer reto fue conseguir que salieran las primeras noticias y que se modificara el objetivo informativo para dar la prioridad al por qué. Las inundaciones de 1973, el proyecto de la presa de Benínar y su incidencia, el desalojo del pueblo, cubrió un gran abanico informativo, que todavía permanece. Más silencioso y controvertido fue el proceso de denuncias que desde el entonces recién nacido Grupo Ecologista Mediterráneo surgió contra los primeros estudios en el Sureste peninsular en la localización de terrenos para plantas nucleares. La dinámica desarrollo/ecología empieza a estar presente. Tiene un primer intento casi desapercibido con el proyecto de Fábrica de cementos en Gádor. Pero donde adquiere un mayor debate es cuando la transición de los 70 a los 80 coloca en primer plano a Carboneras como escenario para el proyecto de gran central térmica y para una gran fábrica de cementos. O en Villaricos, con la planta de Deretil. En el escenario informativo ya están los primeros grupos ecologistas de la provincia. Las comunicaciones de la información local empiezan a evolucionar, aunque más bien fruto de las inquietudes personales de algunos periodistas. «La fuerte evolución de las comunicaciones y un grado acelerado de la conciencia informatizada, junto a los elementos renovados de lo audiovisual, ha resquebrajado muchos compartimentos aislados en las estructuras sociales. De ahí que cada día la prensa escrita vaya avanzando a modelos uniformes, y el encuentro de lo universal y local de lo público y privado, apenas tenga más diferencia que la denominación de los protagonistas», era un panorama de optimismos que se irían desmoronando con el tiempo y la constatación de las verdaderas intenciones del nuevo orden informativo en ciernes.
Se empieza a construir un periodismo estable de opinión ambiental, por las circunstancias. En Ideal, durante tres años (1985-1988) se mantiene con periodicidad semanal la sección Una Tierra Almeriense para Vivir, una iniciativa personal que sólo tiene presencia en la edición de Almería de este diario regional.
El semanario Poniente también sitúa el punto de vista ecologista en sus páginas, en un tímido diálogo con la agricultura intensiva. Radio Nacional con La lagartija también tuvo su tiempo, al igual que La Crónica, aunque de vida efímera. La Voz de Almería ha dado espacio a las informaciones ambientales pero en el contexto de la información diaria.
El panorama de las revistas ha aportado en algunos momentos una dimensión de informaciones al respecto, sobre todo desde el espíritu conservacionista. En el ámbito de la información general y de la Cultura, hay contribuciones concretas en Almería Semanal y Revista Andarax durante el tiempo que duraron. También hay que mencionar El Caimán, publicación de la Diputación durante algunos años en los ochenta. En otros ámbitos locales, Murgis, en El Ejido, un año de vida, 1984, en siete números mantuvo el espacio informativo de la relación entre agricultura y ecología. Publicaciones vinculadas a organizaciones, de vida efímera, fueron Milano en Alhama, años setenta, en el Teleclub; El ecólogo albojense, Naturaleza, del grupo ecologista Encinas, apenas un número.
El panorama en 1988 expuesto en el Boletín del IEA queda así recogido: «Ecología y sus circunstancias en el contexto periodístico almeriense supone otra fase más de acercamiento y conocimiento de la realidad asumiendo múltiples riesgos de todo tipo, cuando los intereses, fundamentalmente económicos o de poder, entran en el paisaje de los riesgos. Por eso la ecología entra de lleno en el mismo paquete del periodismo crítico, al igual que en su momento lo fue el encuentro con los temas laborales o sindicales, con el factor de avance social de los movimientos populares, la presencia de los partidos políticos. La implantación en el ámbito almeriense de la información ecológica y de temas de medio ambiente es en resumen un reto para la profesión periodística que hasta ahora prácticamente sólo ha sido aceptado a niveles individuales y minoritarios. Las informaciones sobre ecología y medio ambiente todavía levantan susceptibilidades, exigen un rigor que no siempre el periodismo (la empresa periodística) está en condiciones de ofrecer. Incluso la propia dinámica del movimiento ecologista no siempre es acertada en sus planteamientos. Junto a ello el riesgo y el choque de intereses constituye el segundo factor comprometido que las provincias singulares como la almeriense mantienen unas reglas de conducta y vinculación que imponen un alto precio a la osadía de la crítica. Y no todos los periodistas o empresas, en el mundo de la información, están dispuestos a aceptarlo».
Ahora, en 1997, en el horizonte de 1998, el panorama ha cambiado totalmente. Es verdad que ya no hay secciones fijas periódicas en los medios de Almería, pero las referencias informativas ambientales están impregnando todas las áreas pero las incertidumbres se mantienen. Ya no aparece el debate apasionado en noticias, hechos o áreas concretas. El redactor de economía, el de política, el de deportes, el de sociedad, corresponsales de pueblos y comarcas, desde el sentido del rigor de la información local, tienen que enfrentarse al tema ambiental sin más remedio. Otra cosa es el resultado y la respuesta. El concepto Medio Ambiente es ya cotidiano en los medios de comunicación de Almería, aunque también sometido al desconcierto y a la manipulación desde un férreo control, tanto desde las fuentes como de los intereses que entran en colisión.
Existen diferentes aspectos. Lo ambiental suscita controversias y recelos ya que pone en evidencia los desvaríos económicos, políticos y sociales, muchas de ellas imposibles de resistir ante la ética que emerge desde la visión ambiental de la realidad. Lo ambiental, y la información como plataforma, se ha convertido en elemento de conciencia ética frente al sistema.
Aunque en el panorama de las revistas se están recuperando secciones, la información local se resiste. El subtítulo Ecología y Medio Ambiente no aparece en ningún medio de comunicación almeriense.
Es verdad que se ha ampliado enormemente el volumen de noticias y de reportajes sobre naturaleza, pero los interrogantes y los riesgos se mantienen. No es una información fácil ni amable el panorama que rodea la compleja imagen del periodismo ambiental y la sociedad en la que se introduce.
El panorama de las fuentes informativas suscita la siguiente reflexión: el mayor volumen informativo viene provocado desde las organizaciones ecologistas (Grupo Ecologista Mediterráneo, Coordinadora Ecologista Pacifista Almeriense y Asociación Naturalista Mahimón) para el campo de las denuncias, mientras que la delegación de Medio Ambiente construye el origen de la información institucional sobre política y hechos ambientales, aunque también se entra en el abanico crítico desde el medio oficial aunque sea desde actitudes personales. Universidad, partidos políticos, ayuntamientos y sindicatos completan el abanico, en el que el espacio de la iniciativa periodística profesional está muy reducido. Pero este campo de influencias desde las fuentes, no es una cuestión que sólo afecte al periodismo ambiental. Es una realidad que está dominando en general todo el campo informativo local.
El gran dilema actual no está en la ampliación de espacios e informaciones, sino en la interpretación y sus incidencias: la marginalidad profesional domina. La mayoría de los periodistas almerienses en general han consolidado en el argot cotidiano de sus conversaciones el subconsciente comercial de su servidumbre, «esta noticia vende..., esta noticia no vende», que nos advierte cuál es el espíritu mercantil de las empresas que se ha apoderado también del profesional, para gestar la metamorfosis del periodista-funcionario, un periodismo del día, información por encargo, forjado a base de comunicados, ruedas de prensa e información institucional.
CONSUMIDORES DE INFORMACION.
No andaba descaminada la revista Comunicar (Revista de Educación en Medios de Comunicación de Andalucía) cuando en 1996 propuso a un grupo de periodistas y educadores la participación en un estudio de detalles sobre el tema Hacia un consumo inteligente de la comunicación.
La aportación personal desde Almería fue el trabajo Consumidores de signos, símbolos y mensajes, un contenido de actualidad. No hay ciudadanos, ni espectadores, ni lectores ni votantes ni durmientes. Predomina el género de consumidores de signos, símbolos y mensajes. La información es un discurso subliminal abierto, y en cada espacio territorial adquiere rasgos singulares.
Advierto de entrada que soy un ciudadano anónimo. Un signo invisible en el cuarto de estar me despide cada noche. Otro signo en el amanecer me despierta. Desde el primer momento el orden urbano vigila. Un cartel pequeño me advierte que no pueden utilizar el ascensor más de tres personas. En el portal se ordena Cierre al salir. Con rótulos azules me informan en el supermercado de las ofertas del día, una imagen ilustrada me sugiere que no entre con el perro en caso de tenerlo. En realidad tengo gato, como mucha gente. Un animal callejero salvado de la amenaza del garaje subterráneo. No está para dejarlo condenado a la inseguridad de los supermercados. Hay que depositar el bolso en un lugar elegido para ello. Así lo dice otro letrero.
En el trabajo del profesor Francisco Javier Davara, El espacio urbano como un sistema de signos, se entra en la dimensión del lenguaje, desde la constatación de lo que supone la ciudad histórica. Detrás están la referencias a Saussure y Leví-Strauss, especialmente este último, «al proponer una sistematización de las actividades humanas, en un modelo universal de pensamiento, donde se encuentran los grandes modelos de intercambio e información: el intercambio de palabras o lenguajes, el de mujeres o modos de parentesco y el de bienes o intercambio económico». En este proceso de evolución de las deducciones ideológicas, el sitio a donde se quiere llegar en este estudio es a la condición de que «el hombre es su comunicación y su información». No se trata ahora de profundizar en el análisis del profesor Davara, pero sí dejar constancia de conceptos y planteamientos que son básicos para entender el choque y sorpresa del ciudadano en un entorno del que apenas se es consciente. «Al acotar el espacio urbano el hombre crea un ambiente artificial y específico, producto cultural diferenciado, adecuado para convivir con los otros hombres, logrando unos centros de vida ciudadana, basados en la participación de todos en las actividades comunes. La creación de la ciudad ofrece una representación de la sociedad que la hizo posible, definida por unos espacios urbanos determinados, modelos de la visión e idea del mundo compartida por sus creadores». El despliegue que realiza sobre el espacio urbano le lleva a situarlo como concepto de mensaje, estructurado en significante y significado. Las calles, las plazas constituyen las formas físicas de los mensajes urbanos, en este sentido. Y el significado surgiría de las formas de vida social donde la complejidad da forma a la realidad cultural y social.
Hay un proceso de cambios comunicacionales en el que se estructura lo público y lo privado, y donde se asume una particularidad específica: la prohibición marcada por multitud de signos.
Vida cotidiana.
Nunca he entendido muy bien los signos-órdenes de circulación. La única resistencia personal que queda a un grupo sin conexión personal de ciudadanos es hacer frente desde la debilidad a la uniformidad y no sacar el permiso de conducir, haciendo caso omiso de la cantidad de ofertas de seducción de las auto-escuelas que se ofrecen en toda clase de anuncios. Ahí están las órdenes-signos tan próximas y cotidianas. Rayas blancas en el suelo dibujan un paso libre para peatones. Un dibujo amarillo es el aparcamiento reservado para minusválidos. Pasa una furgoneta con altavoces anunciando que el domingo el Almería C.F. necesita el apoyo de toda la afición, tiene otro partido trascendental, y los almerienses nos jugamos el honor y la honra patria. Una valla publicitaria, siempre me parecieron fruto de la evolución de los dinosaurios, desde la lejanía gigante lanza sus sonrisas de seducción. Un escaparate, el primero que me encuentro en el camino, me acosa con sus ofertas de pisos, chalets, dúplex, tríplex, que se alquilan, se canjean o se permutan. Hay precios para todos los gustos.
Cuando tengo un momento de respiro, en realidad no he avanzado más de cien metros de mi salida a la calle, una osadía que ya se ha convertido en rutina. Y me asombro de mi heroicidad. Todavía me queda un largo camino por delante, a la ida, recorridos diversos, imprevisibles en el acontecer de la jornada laboral, de periodista a sueldo, y el regreso.
En unos minutos, por la mañana, con una taza de café con leche de las marcas que nos mantienen como rehenes a multitud de bebedores de café con leche para el desayuno y mientras contemplo el vuelo urbano de los vencejos, ya estamos en primavera, me siento vigilado por la etiqueta del frasco del café, de colores enigmáticos. Escucho las noticias de una emisora en el pequeño transistor. En realidad, se pasa de una emisora local a otra, por minutos, para conocer las primeras noticias locales, regionales y nacionales. De habitación en habitación, para más facilidades, tengo un pequeño transistor en cada cuarto.
Me llaman la atención las pintadas, los graffiti, hay quien presume de esa manera de estar enamorado y anuncia a los paseantes anónimos que le gusta Loli, hay versos, frases directas y mensajes misteriosos. Los hechos injustos se reflejan también en los muros enmohecidos por la contaminación urbana, convertidos en escaparates para las listas de agravios anónimos.
Signos de acoso en un espacio urbano. La ciudad es un escaparate invisible y toda la población, los objetos del consumo y los consumidores, estamos dentro.
Consumidores y ciudadanos
Escribe Graham Murdock que «una de las principales fuentes de tensión de la experiencia moderna es la competencia existente entre las identidades de consumidor y ciudadano. El desarrollo del Estado-Nación moderno puede interpretarse en parte como la historia de los intentos por conseguir la participación de las masas en el proceso político. Estos esfuerzos han estado dominados por dos figuras retóricas opuestas. De una parte estaba la multitud emotiva, seducida por las imágenes más dramáticas, que actuaba de forma concertada y se valía como instrumentos de negociación de la manifestación y la algarada. De otra parte, el ciudadano, racional, receptivo a argumentos consecutivos, que hace prudentes elecciones personales y expresa sobriamente sus preferencias en la soledad de la cabina electoral. No es de extrañar que el discurso oficial se haya dedicado a favorecer las responsabilidades del ciudadano y a denigrar los atractivos de la multitud. La figura del consumidor, sin embargo, plantea considerables problemas en orden al éxito de la empresa, y ello por dos razones. En primer lugar, el sistema del consumo ofrece soluciones privadas a dificultades públicas. Asegura la posibilidad de lograr tranquilidad espiritual y bienestar con la compra de la mercancía adecuada y, al hacerlo, contradice las apelaciones al bien público en que se apoya la retórica de la ciudadanía. En segundo lugar, tal como los primeros estudiosos del tema vieron en seguida, se podría pensar que los mercados del consumo constituyen una especie de multitudes psicológicas, en el sentido de que los caprichos de la moda y la introducción de novedades extravagantes requieren también una inmersión en el baño caliente de la acción colectiva». Aunque luego el efecto de recepción de la idea sobre la multitud mantenga a ésta ajena a estas disquisiciones, los vaivenes y las reacciones existen a título individual. Es uno de los acontecimientos milagrosos sobre lo social. Se está por lo general a las expectativas de ver qué pasa. El discurso y reflexión actual gira, sin embargo, en torno a descifrar lo que es la modernidad, sobre todo cuando apuntamos ya al final de siglo. «La visible tensión entre ciudadano ideal y el prototipo de consumidor moderno se inscribe dentro de las luchas institucionales que enfrentan los sistemas de representación movilizados en el ámbito de la política legítima (la organizada en torno a la competencia partidista y a la acción de los grupos de presión) con los sistemas que están desarrollándose en el marco del sistema de consumo de masas emergente y las industrias de la cultura comercial». Ya empezamos a entendernos del trasfondo de una situación que apunta a la razón de Estado como explicación de la modelación que se hace sobre los ciudadanos. Todos los instrumentos de signos y símbolos informativos se canalizan para esta ejecución colectiva. El resultado es la tensión planificada. «Tales tensiones quedan especialmente a la vista en la historia de la radiotelevisión cuando nos fijamos en la lucha por adaptarse al afán controlador del Estado y a las exigencias de la democracia de masas dentro de un campo de cultura popular dominado por el entretenimiento comercializado». Graham Murdock recurre en este caso a Bauman para definir el problema de representación, «no es sino una intensificación de las contradicciones que habían estado desarrollándose, desde los primeros años del siglo, cuando el Estado, el sistema de partidos, el sistema de consumo de masas y los modernos medios populares empezaron a adoptar sus actuales configuraciones. La actual crisis de representación es precisamente una crisis en la relación entre los discursos de los partidos más importantes (especialmente en la izquierda) y las instituciones disponibles en las comunicaciones públicas. Tales discursos están perdiendo el apoyo de la atención pública y han de enfrentarse al desafío de discursos opuestos basados en el racismo, el nacionalismo, en el fundamentalismo y en los nuevos movimientos sociales». Aquí entra en escena el proceso de privatizaciones, las modificaciones que inciden en el ámbito de la cultura, hay pues nuevas relaciones entre la radiotelevisión pública con la cultura popular comercial y con el sistema de consumo, según Murdock. Captar el favor de la audiencia es un objetivo final a conseguir a toda costa. «Una respuesta posible consiste en redefinir los derechos de ciudadanía como si coincidiesen con los de los consumidores. Como consecuencia de ello, las instituciones públicas empiezan a hablar del electorado al que sirven como de clientes. Para entender estos cambios hemos de verlos como nuevas extensiones del proceso de conversión en mercancías que subyace en lo profundo de la economía política de la modernidad». Este planteamiento esquemático apunta, por consiguiente al centro del dilema, sobre un panorama abierto a multitud de conjeturas y de interrogantes sobre lo que nos rodea.
Escaparate de Almería.
Cifras para el momento almeriense. Cerca de 60 publicaciones recoge el depósito de Cultura. Tres diarios (La Voz de Almería, La Crónica e Ideal), y una revista informativa mensual recién llegada Foco Sur, entre el ámbito local y el regional, configuran el asentamiento de la presencia de empresas periodísticas en el territorio, pero indudablemente el efecto de proyección sobre la opinión pública está más diversificada en cuanto a la prensa escrita. En los kioscos hoy día es fácil encontrar todo el escaparate de la prensa andaluza, nacional e internacional. El mundo de los diarios, al que se le ha adjudicado el estrellato de la hegemonía de los mass-media, sin embargo se ve arrinconado con el cúmulo de revistas de todas las orientaciones que alimentan el espíritu inconfesable de la morbosidad social que domina el espacio de lectores. Hablar en esta circunstancias sobre la evolución legítima y lógica hacia el periodismo de interpretación para profundizar en el conocimiento de la realidad, es un sarcasmo y resulta cada vez más difícil y arriesgado.
El panorama se diversifica en el contexto de la radio. Una veintena de emisoras-frecuencias han atomizado un escenario de ondas al que también se ha introducido un abanico amplio de emisoras municipales, con la relación entre lo regular o lo ilegal administrativmente, y ha creado una confusión que queda prácticamente camuflada e ignorada en los tiempos del paraíso liberal por antonomasia. La lucha por el mercado y el espacio es un tío-vivo.
Sin embargo lo que ha modificado físicamente la aglomeración informativa es la irrupción de las televisiones locales. Por municipios, por barrios, por espacios territoriales, en un ejercicio de poder y comercio. Es la gran incógnita del momento en el territorio provincial. Uno de los efectos ha sido la entrada en escena de improvisados aficionados de la información, reconvertidos para una profesión que desde el punto de vista comercial mira cada vez con más recelos los análisis del periodismo independiente. Los resultados de indefensión se correponden lógicamente por el sistema implantado. Será el ámbito de la representación social y política local la que controle la información autoproclamándose protagonistas del medio. Los periodistas se convierten en meros agentes contemplativos.
Señuelos del mensaje.
Hoy día ningún periódico o revista se queda al margen de sus ofertas y señuelos en el maremágnum comercial. Desde el periódico que ha llegado a regalar botellas de vino en Murcia, hasta postales, hay una lista inmensa de ofertas y ofertas adornando el espectáculo de las noticias. Racionalizar este panorama con la selección de los regalos es el intento en el que trabajan los medios para acertar con la tecla del negocio.
En el campo almeriense, en los tres últimos años desde el 92 los tres diarios han presentado ofertas, cada cual según sus posibilidades. La Crónica ha distribuido una colección de láminas de pintores almerienses y escudos de las cofradías de Semana Santa. La Voz de Almería ha colocado en el mercado El libro de Almería, láminas de Semana Santa, postales, y ha distribuido también actuaciones de instituciones como el Gabinete Pedagógico de Bellas Artes o del Instituto de Estudios Almerienses. Así el lector de este diario almeriense ha recibido junto al ejemplar del día las láminas de dibujos a plumillas de los principales monumentos almerienses realizados por el pintor Melchor Peropadre, o el recortable del edificio de la Estación de Autobuses, Vídeos y discos compactos completan su escaparate.
Ha sido Ideal, desde su estructura multiregional de empresa, Corporación de Medios, el periódico que ha apostado más por esta fórmula. Su dinámica de expansión comercial y territorial le obliga a una mayor presencia. En tres años, por consiguiente, el lector almeriense de Ideal ha podido coleccionar los fascículos sobre el Descubrimiento, Andalucía, tierra y gentes, los cromos del Álbum de los Dinaosaurios, recetas de cocina, fichas de Almería, páginas de una bella tierra, fichas de los Espacios Naturales Almerienses. También se ha distribuido la Enciclopedia Temática Guinnes o las fascículos de Semana Santa. Las monedas han sido la original aportación. Monedas de plata coleccionables, sobre el ayer y hoy de la provincia, o de las Cofradías. El Libro de la Salud, fascículos y textos de bolsillo, o vídeos de cine o discos compactos también han estado en esta oferta. La anécdota de este mercado en torno a la información, donde también editoriales o bancos manejan sus propias ofertas para la captación de recursos y consumidores, en la competencia. (En 1997, Ideal y La Voz de Almería han llegado a coincidir con la oferta de una cubertería, a punto de desencadenar una mini-guerra comercial de insinuaciones en busca de un desenlace victorioso y feliz).
PERIODISMO PARA EL SIGLO XXI
El presidente de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental, Joaquín Fernández, en su trabajo Ecología y Medios de Comunicación (Revista de Occidente, Medio Ambiente, un futuuro de incertidumbres, julio-agosto 1997) amplía su visión crítica en relación al planteamiento que hizo hace dos años. Desde 1995 a 1997, dos años de diferencia, el pesimismo ha ampliado la ocupación del espacio de los entusiasmos iniciales en el periodismo de información ambiental, y escribe: «El periodismo ambiental, como la información en general, sólo es posible en un régimen de libertades, pero también precisa para su pleno desarrollo de otras circunstancias sociales, políticas y económicas que no acaban de plasmarse en las sociedades más desarrolladas». Joaquín Fernández pone el acento, y acierta de pleno, en la visión que expone en El imperio del suceso, y afirma: «El catastrofismo, el amarillismo y el sensacionalismo están, sin embargo, más arrraigados que nunca en todos los medios y en todos los géneros periodísticos. Han dejado de ser excepción para convertirse en norma. Constituyen casi una pandemia. Las técnicas propias del periodismo de sucesos invaden hoy todas las informaciones». Anteriormente, el periodismo de Ecos de Sociedad y el modelo de las grandes revistas del cotilleo social habían implantado ya, en la prensa escrita fundamentalmente, su campo de influencias. Por consiguiente no es de extrañar que los periodistas de información ambiental sean cada vez más conscientes de que se han ido frustrando las expectativas, aunque este sentimiento no sea exclusivo del periodismo ambiental, y esté presente en los intentos frustrados del rigor informativo que pretende profundizar en el conocimiento de la realidad y que intenta desarrollar un periodismo interpretativo de la realidad. El pesimismo de Joaquín Fernández es significativo. El retroceso es notorio, y alude a la nueva legislación laboral y el empleo precario como factores que influyen en las escasas posibilidades de una especialización periodística, «que en todos los medios va dejando paso al profesional todo terreno, mucho más rentable». Ante esta situación, «el periodismo ambiental sigue siendo en definitiva, una especialidad sin arraigos consolidados, con escaso respaldo en las empresas periodísticas y, como se ve, sin apoyos espectaculares por parte del público».
El futuro apunta a un periodismo más interpretativo. Concha Fagoaga escribió en 1982: «Lo cierto es que la evolución del periodismo informativo en la dirección de adoptar técnicas interpretativas no ha hecho más que empezar bajo el liderazgo de la prensa escrita. La radio y la televisión van a la zaga. Pero en general el conjunto de los media ha progresado en este objetivo: un periodismo que busca explicar tan bien como informar» (Periodismo interpretativo).
El periodismo almeriense cuenta con un nuevo orden y una hegemonía del modelo de empresa periodística de hoy, estrechamente incrustado en el marco publicitario y propagandístico. Salvo en determinados espacios y trabajos personales en todos los medios, es superficial, incompleto y tramposo. Rodeado de presiones, con la asignatura pendiente del rigor y la plena libertad, va de unos problemas a otros. Busca soluciones y no las encuentra, porque, en esta compleja realidad repleta de problemas y marginalidad periodística, hoy por hoy difícilmente hay soluciones a corto plazo.
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