ENCUENTRO MEDIOAMBIENTAL ALMERIENSE: EN BUSCA DE SOLUCIONES

BIODIVERSIDAD BARRA DE EXPLORACIÓN

DOCUMENTOS DE TRABAJO Y COMUNICACIONES

LA TORTUGA MORA

(TESTUDO GRAECA) 

Francisco de Asís Torres Montesino

Miembro de la Asociación "Tortuga Mora"

 

 

LA TORTUGA MORA Ó TORTUGA GRIEGA

 

 

INTRODUCCIÓN: CARACTERÍSTICAS COMUNES EN TODAS LAS TORTUGAS.-

 Las tortugas son reptiles pertenecientes a la familia de los quelonios.

Se distinguen fácilmente por tener un duro caparazón óseo. Dicho caparazón, cubre la mayor parte del cuerpo del animal y les permite retraerse total o parcialmente dentro de él.

La parte superior o espaldar o escudo, está compuesta de placas córneas a modo de coraza, con forma más o menos cóncava, contorno redondeado, que puede ser oval o cordiforme, y es más dura.

La parte inferior o ventral o peto, es ligeramente convexa, ovalada, más o menos plana, y más blanda. Ambas partes se encuentran unidas por una masa cartilaginosa que puede mantenerse blanda o puede osificarse.

Entre el escudo y el peto existen 2 grandes aberturas. Por la anterior asoman la cabeza y 2 extremidades torácicas a los lados. Por la posterior asoman 2 extremidades abdominales y la cola en medio.

Las tortugas son ovíparas y muy longevas.

Destaca la cabeza por ser más robusta que la del resto de los reptiles.

Tienen 2 ojos que son pequeños y redondos, similares a los de los pájaros. Poseen 2 párpados, pupilas redondeadas y el iris es oscuro y, a veces, brillante.

Carecen de dientes y tienen un pico córneo y mandíbulas fuertes y afiladas.

Las fosas nasales son 2 pequeños agujeros en el extremo del hocico.

El oído, a veces está recubierto por la epidermis.

La lengua es ancha, globular, blanda, verrugosa, del mismo color que la humana y no puede sacarse fuera de la boca.

El cuello está bien determinado y lo mueven con facilidad.

Las extremidades acaban con 5 dedos si están dispuestas para andar, o acaban en forma de remo si están dispuestas para nadar.

La cola puede ser más o menos larga y, a veces, termina en punta córnea. En las especies acuáticas es más larga que en las terrestres.

Entre el peto y el final de la cola poseen una cloaca, que puede ser redondeada o longitudinal, y que contiene el órgano reproductor.

 

Los colores de las tortugas son numerosos, predominando los oscuros. Para camuflarse, copian los tonos que abundan en el entorno en el que habitan.

Tienen bien desarrollados los 5 sentidos. Se creé que ven mejor a lo lejos, que de cerca. El oído y el olfato están bien agudizados.

El tacto es más sensible en las partes más blandas como las extremidades, la cabeza y la cola. La parte ventral del caparazón tiene poca sensibilidad y la espaldar prácticamente ninguna.

La inteligencia que demuestran con su comportamiento, es mayor de lo que cabría esperar del pequeño tamaño de su cerebro.

Su robusto sistema muscular les confiere mucha fuerza.

Los tamaños y pesos de las tortugas son variables, según las especies. Las tortugas marinas son las más grandes, como la tortuga laúd, que puede llegar a los 2 metros de longitud y más de ½ tonelada de peso.

Los hábitats donde se desenvuelven son muy diversos. Viven en mares cálidos y templados, en ríos, en pantanos, en bosques húmedos, en semidesiertos, en desiertos, en llanuras, en montañas de relieves suaves, en zonas litorales y prelitorales, en suelos rocosos y arenosos, etc.

Llama la atención la gran vitalidad de las tortugas. Soportan ayunos prolongados, largas seguías, intensos calores, graves mutilaciones y aguantan mucho tiempo sin respirar. Lo que más les afecta es el frío. Algunas especies inviernan.

Como ejemplo de su fuerza vital, valga el relato del famoso naturalista italiano del siglo XVII, Francisco Redi, que extrajo el cerebro a un ejemplar que posteriormente vivió hasta 6 meses.

De los animales que actualmente hay en nuestro planeta, los quelonios fueron de los primeros pobladores, siendo capaces de sobrevivir hasta nuestros días, sin necesidad de evolucionar.

Fotografías del río Aguas, en el Levante de la provincia de Almería, uno de los enclaves de mayor densidad de población de la Tortuga Mora.

 

DIAGNOSIS Y DESCRIPCIÓN.-

Su nombre científico es TESTUDO GRAECA y su clasificación como ser vivo, de mayor a menor escala, es:

 

SER VIVO

!

 

REINO ANIMAL

!

 

METAZOO

!

 

COORDADO

!

 

VERTEBRADO

!

 

REPTIL

!

 

QUELONIO

!

 

TORTUGA MORA ó GRIEGA

 

La tortuga mora o griega es terrestre y herbívora por lo que se engloba dentro del género Testudo.

Es un quelonio del orden Tecóforo, que se caracteriza por tener las vértebras unidas a las costillas, formando expansiones óseas que constituyen un verdadero escudo, recubierto por placas córneas.

Por la retractibilidad de su cuello pertenece al suborden Criptodiro, porque cuando esconde la cabeza en el caparazón lo pliega en un plano vertical. Una vez que está alojado, el cuello adopta la forma de S.

Vista panorámica de Sierra Alhamilla, en la Provincia de Almería.

 

Tiene la placa supracaudal sencilla (sin dividir).

Su cola es corta y sencilla (sin escama córnea en la punta). Posee espolones en la parte posterior de los muslos. Su caparazón es muy abombado y con el canto liso.

Tiene en su cabeza unas escamas supranasales patentes, frontal ancha y prefrontal completa. En los miembros anteriores posee escamas imbricadas de gran tamaño y 5 uñas. En los miembros posteriores tiene escamas dispuestas en 4 ó 5 series longitudinales y 4 uñas.

En su caparazón se distinguen 1 placa nucal alargada y estrecha, 5 placas vertebrales, 4 costales y 11 marginales. Posee 1 escama axilar y 2 inguinales.

El color es amarillo pálido, tirando a verde, con placas bordeadas de negro y, a veces, con una mancha central negra que suele disminuir con la edad.

Posee una masa cartilaginosa que une la parte espaldar con la ventral.

Carece de voz y es incapaz de producir sonidos con la boca.

Su carne no solía comerse, aunque si se usaba para el caldo. Sus huevos, en cambio, eran muy utilizados en la cocina. 

Aspecto dorsal del caparazón, con detalle (en negro) de la placa supracaudal sin dividir.

 

MARCO LEGAL.-

En España figura como especie protegida por la ley, desde la aprobación del decreto del 21 de Septiembre de 1973. Actualmente se considera que está en peligro de extinción. 

Típico hábitat en la Provincia de Almería.

 

MEDIDAS Y PESOS.-

Tamaño del caparazón Peso del animal

 

longitud ..entre 14 y 16 cm.

MACHO ADULTO anchura ...entre 10 y 12 cm. de 550 a 800 gr.

altura ....entre 7 y 8 cm.

 

longitud ..entre 17 y 20 cm.

HEMBRA ADULTA anchura ...entre 11 y 13 cm. de 900 a 1200 gr.

altura ....entre 8 y 9 cm.

 

Estos datos corresponden a la subespecie que habita en el Sur de España, Islas Baleares y Norte de Marruecos. En los ejemplares que viven en otros lugares próximos al Mar Mediterráneo como Córcega, Cerdeña, Sicilia, Sur de Italia, Croacia, Grecia, Chipre, Líbano, Siria, Suroeste de Turquía, etc., el caparazón es de similar altura, pero más largo (de 30 a 35 cm. en las hembras adultas) y más ancho, y son más pesados.

 

DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA Y ECOLOGÍA.-

En España vive en zonas costeras, de escasa precipitación, de las provincias de Almería y Murcia, donde abundan el matorral, el esparto y el palmito. En la isla de Mallorca habita en zonas de pinares. En la provincia de Huelva, en zonas arenosas con matorrales y gramíneas, como el Coto de Doñana. También existe un pequeño reducto en los cerros fronterizos de Melilla con Marruecos.

Donde se da mayor densidad de población es en la Sierra de Cabrera, Sierra de Bédar, Río de Aguas, zona noreste de Sierra Alhamilla y zona norte de la Sierra del Cabo de Gata, en el Levante de la provincia de Almería.

 

 

Desarrolla su actividad en-tre el nivel del mar y los 1.000 mts. de altitud y en un radio de acción infe-rior a 1 Km., no desplazán-dose normal-mente a más de 800 mts., por lo que su área de campeo, se estima entre 50 y 100 hec-táreas.

 

 

En rojo los núcleos de población existentes en España.

 

La cuarta parte de su vida transcurre invernando. Los meses de Noviembre, Diciembre y Enero los pasa aletargada, aunque no es extraño que interrumpa su sueño durante las horas centrales de algunos días en los que el sol caliente.

Existen dos periodos en los que desarrolla su máxima actividad: el primero en Marzo y Abril (después de invernar) y el segundo en Septiembre y Octubre (antes de invernar), coincidiendo con las dos épocas de celo y los apareamientos.

El albaidar es un paisaje típico donde habita la tortuga mora y en donde encuentra refugio con facilidad.

 

A partir de Mayo su actividad va decreciendo progresivamente (excepto en las hembras, que preparan las puestas) hasta finales de Julio. Durante las siguientes 4 ó 5 semanas permanecen cobijadas en la sombra la mayor parte del día y su alimentación es muy escasa, casi nula. Comienzan a ser activas nuevamente, a finales de Agosto, coincidiendo con el nacimiento de una nueva generación de tortugas.

Al andar, llevan el cuello erguido y el armazón levantado del suelo unos 2 cm.

 

Tiene un régimen alimenticio eminentemente fitófago que, ocasionalmente puede completar con pequeños insectos e incluso con caracoles. La base de su alimentación lo constituyen las verduras, hortalizas, plantas herbáceas y algunas frutas. Comen lechugas, tomates, pimientos, habas, zanahorias, coles, nabos, espinacas, escarolas, pepinos, berenjenas, chirimoyos, sandías, melones, plátanos, chumbos, frutos del algarrobo, hojas del palmito, hojas de juncos, hojas y flores de lentiscos, hojas de labiadas, hojas del asfodelo, tallos de matorrales, hojas de gramíneas, plantas crasas, etc.

Verduras y hortalizas forman la base de su alimentación.

 

 

Entre los peligros que acechan a la tortuga mora, destaca la amenaza que proviene de los incendios forestales, que, aparte de causar mortalidad en la población, destruyen los hábitats que le son más propicios. Otro peligro es el que proviene de sus depredadores naturales como el águila real, el águila perdicera, el cuervo, el jabalí, el tejón, la comadreja, la rata y numerosos animales susceptibles de destruir las puestas de huevos.

Es un animal diurno. Normalmente no es madrugador. Su actividad no empieza hasta 1 ó 2 horas después del amanecer y finaliza 1 ó 2 horas antes de que se ponga el sol.

El comportamiento de estas tortugas es similar al del resto de los reptiles, si bien destacan la lentitud de sus movimientos y lo prolongado de sus vidas.

Su longevidad es variable, dependiendo mucho de la cantidad y calidad de la alimentación que hayan tenido, así como de las condiciones medioambientales: temperatura, humedad, horas de sol, periodicidad y duración de los letargos invernales, etc. Suele vivir entre 60 y 100 años, pudiendo superar el siglo facilmente. 

Ejemplo de adaptación a la vida en cautividad, en un terrado.

 

Es un animal de costumbres, que demuestra inteligencia. Conoce muy bien lo que puede dañarle, los alimentos que le son más propios y puede acostumbrarse a tomar la comida de la mano de quien le cuida. Conoce, asimismo, a la persona amiga, con la que se confía, y a la enemiga, de la que recela, refugiándose dentro del caparazón, apenas la detecta.

Se adapta fácilmente a vivir en cautividad (si las condiciones son aptas) junto al hombre, por lo que se le conoce también como tortuga de jardín o de terraza.

Normalmente la hembra se domestica antes y el macho es más esquivo.

La tortuga mora es uno de los quelonios que mayor vitalidad posee. Sufre bien ayunos muy prolongados y graves mutilaciones. Aunque es terrestre, se conocen casos de ejemplares que han sobrevivido sumergidos bajo el agua, en zonas inundadas, durante semanas. 

Es curioso su modo de andar porque mantiene el cuello erguido y el armazón levantado del suelo unos 2 cm. El orden en que mueve sus extremidades, al desplazarse, es siempre igual: la delantera izquierda y la trasera derecha casi simultáneas, luego avanza la pata delantera derecha y la trasera izquierda casi a la vez, y después, vuelta a empezar. De este modo mantiene un buen equilibrio.

La cola suele tenerla retraída entre el escudo y el peto, asomándola solo cuando evacua desechos orgánicos, durante las cópulas y, la hembra, en las puestas de huevos.

Existen diferencias claras entre los dos sexos. Las hembras son de mayor tamaño y peso que los machos. Los machos poseen la parte inferior o ventral del caparazón más convexa, lo que le facilita el acoplamiento con la parte trasera del escudo de las hembras y el contacto de los órganos copulatorios que tienen situados en la cola.

En las placas córneas que recubren la parte superior del caparazón, se distinguen unos anillos concéntricos que aumentan su número con los años, en una proporción de 1 anillo por año, aproximadamente.

Este hecho permite calcular la edad de un ejemplar, contando el número de anillos que posee en cada placa. Si bien en la práctica resulta difícil, esta operación, debido a la proximidad entre los anillos y lo poco claro que aparecen dibujados.

Durante el cortejo que precede a la cópula, el macho persigue a la hembra, acosándola y golpeándola con el caparazón.

 

 

 

BIOLOGÍA Y REPRODUCCIÓN.-

La vida sexual de la tortuga mora es una de las más largas de todo el reino animal. Los machos alcanzan la madurez sexual a los 7 u 8 años y las hembras a los 9 ó 10, pudiendo ser activas hasta pocos años antes de morir que, teniendo en cuenta su longevidad, es mucho tiempo.

El macho tiene espermatogénesis de tipo postnupcial, con actividad de Mayo a Octubre y con una detención prolongada durante el periodo invernal.

En la hembra el ciclo ovárico es anual. La vitelogénesis comienza al principio del verano, después de las puestas, desarrollándose los folículos ováricos hasta el otoño. A continuación hay un periodo de latencia invernal y finalmente maduran en la primavera siguiente.

Tiene dos épocas de celo. La primera va desde mediados de Febrero hasta finales de Abril, y la segunda, desde principios de Septiembre hasta finales de Octubre.

La cópula de estos quelonios va precedida de un cortejo elaborado. El macho busca a la hembra y cuando la encuentra la persigue, acercándose y golpeándola con su caparazón en la parte trasera y los laterales del caparazón de ésta. Si la hembra continúa andando, el macho seguirá acosándola con empujones e incluso con mordiscos en las patas traseras. Si la hembra se para, indicará que está receptiva, por lo que el macho se encarama poniendo las patas delanteras sobre el escudo de ella, haciendo coincidir los respectivos órganos sexuales, situados en las colas, y copulando a continuación.

 

El acoplamiento supone el momento final de la época de celo.

 

Durante la cópula, el macho aparece con la boca completamente abierta y la hembra efectúa movimientos suaves de derecha a izquierda y viceversa. El macho estira su cuello hacia adelante, se supone que para mantener el equilibrio y no caer hacia atrás, aunque se desconoce el motivo exacto.

En este periodo es fácil encontrar machos en posición invertida, con el peto hacia arriba, como consecuencia de haber perdido el equilibrio durante algún acoplamiento.

A los pocos días de finalizar la primera época de celo, tiene lugar la puesta de huevos que consta, normalmente, de dos fases.

 

 

Puesta de huevos en la arena.

 

 

 

Una comienza a mediados de Mayo y abarca entre 10 y 15 días. Después descansa la hembra y repone fuerzas, aumentando su alimentación, durante un intervalo de unos 15 días. Luego comienza la otra fase de la puesta, que abarca entre 10 y 15 días.

En cada fase la hembra deposita (en una zona arenosa previamente seleccionada) entre 2 y 6 huevos, no excediendo la decena, el total de la puesta.

Algunas veces, la hembra realiza la puesta en una sola fase, entre finales de Mayo y mediados de Junio, depositando ½ docena de huevos en un solo agujero, que luego rellena.

Para los primeros días de Julio ya han terminado las puestas de huevos.

Los huevos son ovalados y de color blanco y están recubiertos por una cáscara no muy dura. En el interior poseen una membrana, el amnios, que delimita una cavidad llena de líquido en cuyo seno se encuentra el embrión, al cual, protege de la desecación. Su tamaño y peso es similar al de los huevos de la paloma. Miden 29,8-40,2 x 22,6-33,7 mm.

 

Una vez puestos los huevos, son recubiertos de arena, quedando enterrados entre 7 y 10 cm. bajo tierra.

 

 

 

La construcción del nido consiste en excavar un hoyo con forma de embudo, en la arena, de entre 12 y 18 cm. de diámetro y profundidad máxima entre 10 y 14 cm.

En el fondo de la excavación deposita los huevos y posteriormente recubre el nido con arena, haciendo muy difícil su localización. Los huevos quedan enterrados entre 7 y 10 cm. bajo tierra.

La hembra tarda de 1 a 3 horas entre hacer el hoyo, poner los huevos y volver a taparlo. El nido suele situarlo hacia el Este y al abrigo de alguna planta o roca.

Durante un periodo entre 70 y 90 días el calor solar unido al terrestre, se encargan de incubar los huevos, produciéndose la eclosión entre los últimos días de Agosto y primeros de Septiembre.

 

Vista panorámica de la Sierra de Cabrera, en la Provincia de Almería.

 

Suelen nacer entre 1 y 6 crías que están bien formadas y son copia exacta, a pequeña escala, de sus padres.

 

La rambla es otro hábitat natural de la Tortuga Mora.

 

Al venir al mundo, el caparazón de las tortuguitas mide entre 3 y 4 cm. de largo y entre 2 y 3 cm. de ancho y tienen el caparazón blando, no alcanzando su dureza típica hasta varios años después. Su ritmo de crecimiento es considerable, en esta etapa.

Desde el mismo momento en que salen del cascarón, se muestran independientes de sus padres, valiéndose por si mismas para todo, aunque son muy vulnerables.

 

Los Lentiscos forman parte de su alimentación en el medio natural.

 

 

VARIACIÓN DE LA ESPECIE.-

Existe otra especie de tortuga terrestre en España, la tortuga mediterránea (Testudo Hermanni) menos abundante y bastante parecida a la tortuga mora. En Turquía se conocen casos de hibridación entre ambas, creándose así otra especie, mezcla de estas dos.

Tortuga Mora ó Griega

 

 

OBJETIVOS QUE SE PRETENDEN LOGRAR EN EL ENCUENTRO MEDIOAMBIENTAL ALMERIENSE.-

La Tortuga Mora es uno de los animales más representativos de la Naturaleza Almeriense.

Tomando como lema el título del Encuentro Medioambiental Almeriense La Asociación "Tortuga Mora" ha buscado 2 soluciones a la problemática actual de este animal.

Se estima que la densidad de población, de este animal, en nuestra provincia es la más alta de España y además con la particularidad de ser autóctona, no reintroducida.

Por este motivo y por estar en peligro de extinción, proponemos 2 soluciones para atajar la problemática que existe hoy en día:

PRIMERO: Asegurar la continuidad de la especie, creando una Reserva Integral de la Tortuga Mora en la provincia de Almería.

SEGUNDO: Hacer coincidir la realidad actual con la legislación vigente, autorizando a los poseedores de Tortugas Moras, que se estimen convenientes, a tenerlas dentro del marco de la Ley.

 

1º) Esta Reserva tendría carácter público y oficial y su fin primordial sería asegurar la continuidad de la especie. Debería reunir unas condiciones que propicien la reproducción. Sería conveniente que estuviera completamente vallada. Posteriormente se harían reintroducciones en su medio natural. Creación, gestión y mantenimiento de la Reserva. Planificación, gestión y seguimiento de las repoblaciones.

Además serviría para exponerlas a las personas que deseen verlas y conocerlas, fomentando de este modo que sean respetadas y queridas. Si consiguiéramos esto, el futuro de la Tortuga Mora quedaría asegurado. Planificación y control de las visitas.

2º) En la provincia de Almería hay numerosos particulares que tienen Tortugas Moras. Actualmente, la Ley prohibe la posesión y el tráfico de este animal. Lo que pretendemos es adecuar la realidad a la Ley ó viceversa, que la Ley dé una tregua, a los que así lo deseen, para poder legalizar su situación. Esto es difícil conseguirlo a corto plazo, pero es más factible hacerlo a medio ó largo plazo. Proponemos 5 etapas.

a) En una primera fase pretendemos crear unos equipos de trabajo (a cuyos miembros se les exigiría unos conocimientos mínimos sobre la Tortuga Mora) para inspeccionar "in situ" a los poseedores de tortugas que voluntariamente lo pidiesen.

b) Paralizar temporalmente las sanciones, multas ó cualquier tipo de represión a los ciudadanos que actualmente poseen ejemplares de Tortuga Mora. De este modo quitaríamos el recelo ó miedo que sienten muchas personas, a decir que tienen tortugas.

c) Incentivar (encontrar alguna fórmula, por consenso) a los tenedores de tortugas para que se identifiquen. De esta manera podríamos hacer un censo aproximado de los ejemplares que viven en cautividad. Poner una fecha límite para la recogida de datos: nombres, direcciones, número de ejemplares que poseen, etc., y crear una lista. Motivar e implicar moralmente en la conservación de la Tortuga Mora.

d) Visita de los grupos de trabajo a los inscritos en la lista creada. Inspeccionar las instalaciones donde tienen a las tortugas. Si éstas son aptas, tomar nota para posteriormente autorizarlos definitivamente. Si las condiciones no se consideraran aptas, informarles sobre las reformas que deberían acometer para su acondicionamiento y dar un plazo para su ejecución.

Una vez finalizado este plazo, se repetiría la inspección y si ésta fuera positiva, se autorizarían definitivamente como poseedores legalizados de Tortuga Mora. Si la 2ª inspección fuera negativa, porque no han podido, no han sabido o no han querido acondicionar el lugar donde tienen las tortugas, se les invitaría a entregar los ejemplares a la Reserva, de forma voluntaria. En caso de no acceder, el equipo de trabajo se limitaría a informales de su situación ilegal.

La forma de autorizar a los ciudadanos podría ser mediante un carnet, certificado ó similar, que tendría carácter oficial.

e) Una vez finalizadas las inspecciones de los grupos de trabajo y entregadas las autorizaciones oficiales, a los poseedores de tortugas que se hayan estimado convenientes, se reactivaría la legislación vigente sobre protección y conservación de la Tortuga Mora.