ENCUENTRO MEDIOAMBIENTAL ALMERIENSE: EN BUSCA DE SOLUCIONES

MINERIA BARRA DE EXPLORACIÓN

PONENCIA MARCO

INCIDENCIA MEDIOAMBIENTAL DE EXPLOTACIONES MINERAS: TIERRAS, PIEDRAS Y OTROS RECURSOS

Rafael Ruiz-Salinas Berreteaga

Ingeniero de Montes. Diplomado en Ingeniería Ambiental (Universidad Politécnica de Madrid)

 

En el presente documento, trataremos de analizar la incidencia medioambiental en sus causas, análisis, consecuencias y propuestas minimizadoras de impactos de la minería almeriense de los siguientes recursos geológicos:

-Arenas y arcillas cuyo destino principal son los cultivos forzados (invernaderos).

-Gravas y piedras para machaqueo empleadas en la construcción, fundamentalmente en Obras Públicas.

-Bentonitas (arcillas montmorilloníticas especiales) de gran amplitud de aplicaciones, del Cabo de Gata.

-Pizarras (esquistos micaceos) de la Sierra de Baza, empleadas en zócalos y pavimentación rústicos.

-Oligisto micaceo (mineral de hierro) empleado en pigmentación, de Sierra Nevada.

-Ocre amarillo (óxidos de hierro) de Cuevas del Almanzora, igualmente de uso en pigmentos.

-Baritas (sulfato de bario) en minería subterránea y múltiples usos.

-Granates de Nijar, con producción prácticamente paralizada para fabricación de lijas y abrasivos.

-Salinas de Cabo de Gata, únicas en producción a nivel provincial.

-Margas como material complementario en la producción de cementos (calizas masivas ), cuyo análisis se puede asimilar al de arcillas.

 

ANTECEDENTES.

La historia del hombre ha estado íntimamente ligada al desarrollo de la minería, así se mide su evolución por tiempos mineros: Edad de Piedra, Edad de Cobre, Edad del Bronce, Edad del Hierro. Las explotaciones ancestrales buscaban la máxima utilidad o beneficio sin respeto alguno al medio ambiente, con prácticas de minería de rapiña y efectos ambientales devastadores (sirva como ejemplo la deforestación de la cercana Sierra de la Contraviesa para las fundiciones de hierro de Adra).

En este sentido hay que admitir que la actividad minera es altamente agresiva con la naturaleza, siendo además una actividad transitoria y no definitiva, circunstancia que exige una restitución, restauración o rehabilitación del suelo a otros usos, siempre con búsquedas imaginativas y soluciones monográficas de cada problema, siendo la Administración la responsable de velar por ese bien común que es el medio ambiente, así como coordinar este con un racional y sostenido desarrollo económico, enfrentándose al natural deseo del explotador de obtener el máximo beneficio al menor costo. En este doble sentido, nuestra Carta Magna recoge ambos aspectos en sus artículos 45 y 128.

Con la vigente Ley de Minas, 22/1.973 de 21 de julio, aparece por vez primera la problemática ambiental ligada a la minería, así su artículo 5.3 anuncia el establecimiento por Decreto las condiciones a establecer por la Administración para una adecuada protección del medio ambiente, que serán imperativas en el aprovechamiento de recursos, así como posible causa de caducidad de los derechos mineros donde se producen, y sujeción a su régimen disciplinario y sancionador.

Este ambicioso proyecto de la Ley de Minas se plasma en la promulgación de general aplicación del Real Decreto 2.994/1.982, de 15 de octubre, promovido por el entonces Mº de Industría en relación con la Ley de Minas, desgraciadamente con una demora superior a los 9 años, período en el que las prácticas de restauración medioambiental resultaron prácticamente nulas por falta de normativa específica aplicable. Por otra parte, a su entrada en vigor los empresarios, técnicos y personal de la Administración carecían mayoritariamente de la formación técnica precisa para afrontar el reto con garantías, limitando la aplicación del mismo a pequeños anexos en los proyectos de explotación, sin contenido ni requisitos mínimos establecidos por el R.D., de suerte que aparecen afirmaciones un tanto desafortunadas en los citados estudios . Cabe destacar que el preámbulo dispositivo del R.D. contempla que la filosofía de conservación del medio ambiente no debe ser excesivamente maximalista, de tal forma que haga inviable económica o técnicamente el desarrollo de la actividad minera.

Consideramos incuestionable que la explotación y aprovechamiento de los recursos minerales debe realizarse en el marco de una política global de desarrollo industrial, y al mismo tiempo de conservación del medio ambiente en una visión integradora y no solo parcial del problema. Para este fin se legisló la Orden de 20 de noviembre de 1.984, que desarrolla el mencionado R.D. 2.994/82, facultando a la Administración el poder exigir las garantías necesarias y suficientes para la realización del Plan de Restauración previamente aprobado, que deberán ser revisadas conforme a la evolución del I.P.C. así como de la restauración integrada que haya podido practicarse. Nuevamente aparece la "resaca" en la aplicación de este precepto, su asimilación y puesta en práctica resulta lenta en exceso, en la práctica no empiezan a solicitarse garantías de forma sistemática hasta finales del año 1.992, es decir ocho años después de la entrada en vigor de la Orden y la cuantificación monetaria inicial de costes de restauración resulta claramente infravalorada . Por otra parte, la solicitud de garantías a todas las explotaciones en vigor representa en si misma la ruptura de años de tratamiento administrativo distinto, coincidente con problemas económicos y de comercialización de las Empresas en un mercado cada vez mas competitivo.

Ambas disposiciones contemplan la posibilidad de incoar expedientes sancionadores a los titulares de las concesiones o autorizaciones mineras, por incumplimiento de las prescripciones, e incluso en determinados casos el llegar a ser motivo de caducidad de los derechos mineros donde se produzcan las infracciones.

El marco legal en que debe actuarse se completa con el Real Decreto Legislativo 1.131/1.988, de 15 de octubre, de Evaluación de Impacto Ambiental de carácter estatal, así como de la Ley 7/1.994, de 18 de mayo, de Protección Ambiental de la Comunidad Andaluza, y disposiciones que la desarrollan; con independencia de aquellas otras disposiciones de carácter proteccionista y específico. Estos establecen una mayor precisión cualitativa y cuantitativa de los efectos o impactos, la participación pública, así como la posibilidad de negativa administrativa por efectos medioambientales no tolerables.

En los últimos años la situación empieza a mostrar una notable mejoría: empresarios, técnicos y funcionarios se conciencian en la necesidad de la preservación de los valores medioambientales que demanda la sociedad actual, frente a antiguos intereses exclusivamente especulativos y monetaristas. La formación técnica experimenta un espectacular desarrollo al amparo de cursos, diplomaturas, masters etc., que salvo reticencias ancladas en la historia, proporcionan un marco mucho mas favorable al objetivo de un crecimiento sostenido, respetuoso y conservacionista del medioambiente, asumiendo costes añadidos y acorde con un lógico y loable interés de obtención de beneficios, generación de riqueza y creación de empleo. Actualmente los Proyectos de Restauración o Estudios de Impacto Ambiental, en su caso, resultan mucho mas extensos en su contenido que los propios Proyectos de Explotación Minera, al tiempo se asume como coste añadido a la explotación los derivados de los trabajos de restauración, con valoraciones que por término medio y dependiendo de las características específicas de cada caso alcanzan cifras de 1 a 2 millones de pesetas por hectárea de terreno afectado. En cualquier caso, aún queda mucho por hacer y demasiadas las costumbres y pésimas gestiones que solventar, centradas de forma mayoritaria en la pequeña y mediana Empresa, que se muestra mucho mas reacia a las nuevas tendencias.

 

PROBLEMÁTICA ACTUAL DE LAS DISTINTAS EXPLOTACIONES.

Comentaremos brevemente aquellas que por incidencia resultan mas anecdóticas y de menor incidencia medioambiental, para analizar finalmente y de forma mas profunda las de mayor conflictividad.

- SALINAS DE CABO DE GATA.- Nos encontramos con un humedal salobre de origen natural, fuertemente antropizado con fines industriales desde tiempos pretéritos (fenicios, árabes etc.), que constituye un modelo de ejemplo de compatibilización de intereses industriales (producción de sal) y ecológicos dependientes de aquellos (comunidades florísticas y orníticas de importancia internacional), cuya gestión y mantenimiento adquieren excepcional relevancia paisajística y ecológica. El modelo de gestión debe ser su preservación a toda costa, evitando su abandono y desecación de charcones como, por desgracia, ha sucedido en otras explotaciones similares, circunstancia que parece asegurada por el convenio de colaboración suscrito entre la propiedad - Unión Salinera de España - y organismo gestor del paraje - Agencia de Medio Ambiente -.

 

- OLIGISTO MICACEO.- Se trata de un mineral de hierro de altísima calidad para su empleo en la fabricación de pinturas metalizadas para la industria del automóvil y fabricación de lacas de imprimación, cuyo destino fundamental es la exportación, con escasa producción actual pero creciente demanda debido a su alta calidad y posibilidad de empleo como sustitutivo de metales pesados como plomo y mercurio altamente contaminantes. Su principal problemática medioambiental reside en la localización del yacimiento, encontrándose este en las faldas del Cerro del Almirez en la solana del Parque Natural de Sierra Nevada y, previsiblemente, futuro Parque Nacional a corto plazo. Aspecto al que debemos añadir su probable efecto a largo plazo consecuencia de la demanda actual y evaluación de reservas, así como la consolidación del derecho minero y período de vigencia del mismo. La restauración final de la explotación no debe originar mayores problemas permitiendo una solución sencilla y práctica, como es la repoblación de la especie dominante (Pinus sylvestris v. nevadensis) que constituye la mayormente seleccionada por los forestales para los trabajos de repoblación en la zona, cuyo carácter de autoreproducción constituye una garantía de futuro constatable en la actualidad por su asentamiento natural en antiguas escombreras, labor que sería deseable se completara con un establecimiento complementario del matorral autóctono y serial de tipo piornal fundamentalmente.

 

- OCRE AMARILLO.- Se trata de un mineral de hierro empleado como pigmento en la fabricación de pinturas, antiguamente explotado en galería y actualmente a cielo abierto consecuencia de la mayor capacidad y rentabilidad de la maquinaria moderna. Se localiza en las estribaciones de la Sierra de Almagro, en particular a pie de ladera de la denominada Sierra de Montesinos (paraje de San Clemente) del término de Cuevas del Almanzora, en zona muy retirada y de difícil acceso de escaso impacto. La demanda es muy baja y, consecuentemente, la producción que se cifra en unos 75 m3/año, estimándose en 10 años el período que resta para el agotamiento del recurso al actual ritmo. La producción de escombreras es mínima, existiendo solamente una antigua de la época de explotación en galería, con muy escaso uso actual en que prevalece la práctica de minería de transferencia. La restauración final debe enfocarse a una restitución topográfica y posterior establecimiento del matorral-erial presente en la zona, así como posible uso agrícola de zonas llanas, actuación que se considera técnicamente viable y económicamente asumible. La vegetación se corresponde con especies dominantes como aulagas, tomillos, esparto etc., presentando el paisaje un aspecto subdesértico combinado con eriales de secano. Por la zona se han plantado con éxito ejemplares de algarrobo que pueden servir de referencia, considerándose como especie cinegéticamente muy interesante el bayón (Osyris cuadripartita) como reclamo de la perdiz.

 

- BARITA.- Explotada por la mercantil "MINERSA" cercana a la pedanía de las Herrerías del término de Cuevas del Almanzora . La zona presenta un estado ruinoso consecuencia de antiguas explotaciones de plomo, plata y hierro, yacimientos actualmente agotados a los que se asocia el sulfato de bario. Pozos, edificios en ruinas y antiguos impactos mineros constituyen el paisaje marco de la zona. La explotación se ha venido practicando a cielo abierto y en hueco "heredado" de antaño, el buzamientos del nivel mineralizado obliga a su explotación por minería subterránea, por el sistema de cámaras y pilares en método de retirada, lo que permite el almacenamiento de estériles en el interior de la mina y con ello la no creación de escombreras, así como evitar posibles problemas de subsidencia o hundimientos. El hueco de la explotación a cielo abierto servirá como entrada de la bocamina y asentamiento de las instalaciones auxiliares, contemplando el Plan de Restauración su relleno y posterior revegetación al agotamiento del yacimiento, mediante diversas especies de herbáceas y matorral de tomillo, espliego, esparto, albardín y azufaifo como mas representativas. La mayor problematica ambiental radica en la posible aparición de bolsadas cautivas de aguas arseniosas, que deberán ser tratadas adecuada y previamente a su vertido, el mismo Plan asegura la no afección de la zona de protección arqueológica catalogada del Cerro de la Virtud. La barita es un mineral de gran peso específico con multitud de aplicaciones: lodos para sondeos petrolíferos, industria química para obtención de derivados, industria naviera, empleo en la fabricación de superconductores y reactores nucleares etc., siendo además la balanza comercial española muy deficitaria (160 millones de pesetas/año) en este producto. El yacimiento de Las Herrerías puede considerarse único del país por su gran calidad , alta densidad y volumen de reservas, lo que motivó la modificación de las NNSS de Cuevas del Almanzora en la zona baja del río para legalizar su explotación.

 

-GRANATES.- Se localizan en la margen izquierda de la N-340 pasada la población de Nijar en dirección Murcia, en las estribaciones de una caldera volcánica próxima a la villa citada. La explotación no ha respondido a las expectativas iniciales encontrándose actualmente paralizada. El recurso consiste en mineral de granates muy rodados para molienda y empleo en fabricación de lijas y abrasivos, el impacto provocado ha sido bajo por la escasa actividad practicada, limitándose prácticamente a la planta de tratamiento anexa que, lógicamente, será desmontada de confirmarse el abandono de labores.

 

- PIZARRAS.- Realmente no son tales, sino lajas de esquistos micaceos o micaesquistos de las estribaciones de la Sierra de Baza, fundamentalmente en los términos de Abla y Las Tres Villas. Su demanda es altamente creciente y muy actual, habiéndose autorizado recientemente 5 explotaciones de este tipo conforme a la Sección A de la Ley de Minas, además de un Permiso de Investigación en la zona para el mismo material, con perspectivas de su pase a Concesión Derivada de Explotación conforme a la Sección C. Se emplea fundamentalmente en zócalos, pavimentaciones y como material de construcción en obras y urbanizaciones de tipo rústico en suministro empaletizado. El material aflora superficialmente por lo que no precisa grandes cortes para su explotación, por ello el impacto ambiental de estas explotaciones puede considerarse moderado, además de no generar grandes escombreras y aprovechamiento mediante arranque mecánico sin empleo de explosivos. Las explotaciones se localizan en zonas de monte bajo, en algún caso colindantes con pinares de repoblación, que no han resultado afectados a la fecha; además se asientan en zonas poco concurridas y de escaso campo visual, lo que unido a la escasa alteración cromática que provocan hacen que su incidencia paisajística sea baja. La parte positiva es una industria creciente y con muy buenas perspectivas de futuro, tanto en el aspecto comercial como de empleo, por otra parte debe controlarse el sector corrigiendo riesgos de un crecimiento desmesurado que pueda hacer caer la demanda y precios. La restauración debe planificarse como restitución del medio a su vocación natural, y como tal a su carácter serrano, mediante la adecuación topográfica del terreno, relleno de huecos y eliminación de escombreras (aspectos íntimamente ligados), para el posterior establecimiento del monte bajo o repoblación con pino carrasco (Pinus halepensis).

Hasta el momento hemos comentado aquellas explotaciones, por decirlo de alguna forma, mas anecdóticas y de menor incidencia medioambiental. En consecuencia, y con carácter previo al análisis de la verdadera problemática medioambiental de la minería que nos ocupa, que consideramos el objeto esencial de la presente ponencia, debemos considerar diversos aspectos de la misma dentro del concepto genérico de tierras, así como diferenciar diversos aspectos relacionados con las mismas, unos comunes y otros singulares. Como "tierras" hemos querido englobar las arcillas (incluidas aquellas especiales montmorilloníticas, comúnmente denominadas bentonitas), arenas y gravas (áridos naturales) así como piedras compactas (calizas, dolomías y otras) con destino al machaqueo y su clasificación granulométrica por lo general (áridos de machaqueo), o bien su empleo en bloques para obras de escolleras (puertos, espigones, etc.) o elementos resistentes en desmontes y terraplenes, gaviones, encauzamientos etc.

Empezaremos por definir dos conceptos - gravera y cantera - cuyos impactos ambientales son básicamente distintos:

 

Gravera.- Se trata de explotaciones de áridos de origen natural o depósitos de arenas y gravas generalmente asociados a los sistemas fluviales actuales. Normalmente ambas aparecen mezcladas y frecuentemente asociadas a arcillas que pueden restarles valor comercial ; aunque las arenas pueden encontrarse aisladas en dunas y playas, siendo muy raro el caso contrario. El origen de estos yacimientos es sedimentario por depósitos fluviales, marinos, eólicos o glaciares y generalmente son un recurso básico para el desarrollo urbano (construcción e infraestructura viaria), tanto mas valiosos conforme se encuentran mas cerca de los centros de consumo, estimándose que transportes superiores a los 30 Km. de los mismos hacen inviable su explotación a costes actuales.

 

Cantera.- Se refiere a aquellos materiales beneficiables que se extraen de un macizo rocoso generalmente competente, con fines industriales y generalmente por método de cielo abierto en excavaciones tridimensionales con uno o varios niveles (banqueo) según la disposición estructural del yacimiento y la topografía del lugar. Se clasifican por el método de aprovechamiento diferenciándose las canteras en terrenos horizontales, de aquellas mucho mas numerosas practicadas en ladera, siendo su destino la obtención de áridos de machaqueo, como sustitutivos de los naturales, o cuando estos no cumplen determinados requisitos específicos ( balastos que requieren un ángulo de rozamiento muy elevado), recurriéndose a cualquier tipo de roca que cumpla unas condiciones mínimas en función de sus usos y normativa específica de los mismos (ensayo de Los Angeles, contenido en materia orgánica etc.). Además de una planta de clasificación granulométrica, que generalmente también requieren los áridos naturales, precisan el arranque mediante voladuras y planta de machaqueo anexas.

 

Las afecciones medioambientales son básicamente distintas, las graveras suelen provocar grandes huecos en el terreno dependiendo de la potencia del yacimiento y ocasionalmente bajo lámina de agua por alcanzarse los niveles freáticos. La gran mayoría de canteras se localizan a pie de monte de zonas serranas con campos visuales mucho mas amplios, los desgraciadamente frecuentes y habituales "mordiscos" en terminología popular, por lo que su incidencia paisajística es mucho mayor. Por contra, las graveras suelen asentarse en terrenos o enclaves que pueden poseer una alta calidad agrícola y, en ocasiones, una gran belleza natural y diversidad de hábitats de fauna y flora; además por su proximidad a núcleos urbanos son propicias al vertido incontrolado de todo tipo de productos, desechos y escombros que aprovechan el hueco provocado, circunstancia que puede agravarse en el caso de embalsamientos de agua (lagunas artificiales) por salinización y eutrofización de las mismas.

 

- ARCILLAS.- Su problemática puede asimilarse al de las graveras, siendo el caso de las bentonitas mucho mas específico y particular, por lo que lo trataremos en apartado específico. La norma DIN 4022 establece el tamaño máximo de las partículas en 0,002 mm., y su peso específico oscila entre 2,70 y 2,80 g/cm3. Se emplea de manera fundamental en cultivos intensivos agrícolas, como subbase edáfica de los mismos y carga de fertilizantes, aprovechando su plasticidad y propiedades como absorbente. Además constituye la materia prima esencial de la industria de la cerámica y alfarería.

De forma casi exclusiva se explotan en hueco; bien en condiciones secas, bajo lámina de agua, o con rebajamiento del nivel freático. El arranque se practica por medios mecánicos mediante el empleo de palas cargadoras, retroexcavadoras y, en algunos casos, dragalinas. El sistema ideal de planificación y ejecución de un proyecto de explotación coordinado con el de restauración se resume en el gráfico Num. I. El diseño de estas explotaciones debe ser por banqueo descendente, con bermas intermedias y altura de banco (parámetro mas crítico) recomendada que no supere los 10 m., aspectos que en la práctica provincial resultan excepcionales, por no decir nulos. Nos encontramos con grandes huecos ( Paraje de Molina, Rambla de Carcauz, Balsa del Sapo, Cañada de Onayar etc.) de paramentos prácticamente verticales y alturas desorbitadas, que han provocado frecuentes desprendimientos, daños a infraestructuras y explotaciones agrícolas colindantes, en claro ejemplo del mal hacer y, todavía mas grave, imposibilitando o dificultando en extremo la posterior restauración a usos potenciales de recuperación, considerándose los siguientes principales: Agropecuario, Forestal, Reserva natural y recuperación de hábitat, Recreativo, Industrial y urbanístico, Vertederos controlados. La mayor parte de ellos clandestinos y autorizados solo por el Ayuntamiento, cuando lo están.

Por ello, y para cada caso en particular, deben buscarse soluciones específicas. El agropecuario mediante instalación de invernaderos puede resultar puntualmente aceptable; el forestal prácticamente descartable; para el supuesto de la reserva natural tenemos el ejemplo del humedal creado en Las Norias de Daza que sustenta una importante comunidad ornítica, cuyo modelo debería intentarse extender a otros parajes potenciales; el recreativo debe pasar por un estudio socioeconómico del área, campos de fútbol, pistas de karst y circuitos de bicicletas, y otros similares que respondan a una posible demanda social, podrían constituir soluciones de mejorarse previa y concienzudamente las condiciones de acceso y seguridad; la construcción de edificios relacionados con la producción industrial, almacenes, plantas de procesado etc. podría plantearse precisando igualmente una mejora de las condiciones, aunque los costes pueden elevarse encareciendo los proyectos hasta el punto de que resulten inviables, además sería preciso tener en cuenta el riesgo de inundaciones; sobre la posibilidad del establecimiento de vertederos controlados la misma se ha planteado con frecuencia, los desechos orgánicos y químicos procedentes de la agricultura constituyen un riesgo potencial muy elevado para la hidrología subterránea, de la que depende con exclusividad parcial la actividad agrícola, por lo que además serían precisos estudios de gran detalle y minuciosidad previos, mas sencillo sería el estudio de vertederos de productos inertes (cascotes, escombros, materiales de escombreras, residuos de obras civiles etc.), para su posterior sellado al agotamiento del hueco y asignación de uso.

En el caso de arcillas y áridos naturales fácilmente aprovechables con medios mecánicos (pala cargadora, retroexcavadora y camión de transporte) uno de los mayores problemas consiste en la creciente ilegalidad de las explotaciones. Las arcillas constituyen un elemento básico en la agricultura intensiva bajo plásticos, cuyo espectacular crecimiento la ha convertido en el pilar de la economía provincial que presenta la mejor balanza comercial de toda Andalucía y aún continua. Paradójicamente y en la última década, hemos pasado de un muy considerable número de explotaciones autorizadas a solamente siete actuales, claramente insuficientes para atender la demanda existente. Consideramos que las causas de esta creciente ilegalidad pueden ser varias:

- Falta de personal, medios de vigilancia y policía minera, en parte paliados por los servicios de SEPRONA y Agentes de Medio Ambiente.

- Sistema sancionador anticuado y blando, que no ha sufrido modificaciones desde la promulgación de la Ley de Minas de 1.973.

- Aumento de trámites burocráticos, complejidad y tiempo en la tramitación de las autorizaciones. Resultando mucho mas barato y sencillo pagar una multa que contratar un técnico que redacte un proyecto de explotación, plan de restauración y/o estudio de impacto ambiental, redacción de planes de labores anuales, abono de tasas, controles y prescripciones administrativas, nombramiento de director facultativo etc., lo que de hecho supone un verdadero expolio de la riqueza nacional.

- Ligado al anterior nos encontramos las oportunidades mercantiles de contratos y servicios urgentes, claramente enfrentados a la escasa visión y preparación empresarial del pequeño cantero.

- Determinados casos de dejadez y falta de profesionalidad de facultativos y técnicos, estando prevista la obligatoriedad de apertura de un libro de visitas para cada explotación, donde se recojan debidamente firmadas por las partes, las recomendaciones, prescripciones, levantamiento de actas y todo aquello que pueda tener relación con la explotación y desarrollo de la cantera.

- Explotaciones encubiertas al amparo de licencias municipales y autorizaciones administrativas complementarias de otro orden o concepto. Siendo las mas características las de Entidades Locales, las medioambientales en espacios protegidos y otros, las urbanísticas y mas notoriamente las practicadas en el dominio hidráulico (ramblas y cauces) de competencia de la Confederación Hidrográfica del Sur; al amparo de las cuales se omite la autorización del organismo sustantivo en minería (Consejería de Trabajo e Industria).

- Intrusismo de otros organismos con fines recaudatorios y confiscadores.

- Explotaciones ilegales sobre otras antiguas caducadas y sin restaurar, con ánimo de evitar asumir ese compromiso.

- Explotaciones simuladas bajo aspectos de obras con otros fines, como el agrícola o urbanístico (creo que en la mente de todos se embute un tema de notable controversia y actualidad).

- Creciente temor ante la pujanza e influencia de grupos y asociaciones ecologistas que practican el principio filosófico de: "aquí no se mueve una piedra".

 

Esta problemática puede resultar común a las distintas explotaciones, si bien son mucho menos frecuentes en aquellas que requieran instalaciones anexas así como empleo de explosivos, y pueden considerarse nulas en el caso de las bentonitas. Además deben considerarse los aspectos siguientes

- Explotaciones que buscan la especulación del uso del suelo: se obtiene el permiso minero, se explota de cualquier forma, se destroza el medio y se anulan sus valores naturales, sociológicos y culturales para, posteriormente, buscar la recalificación de terrenos y plusvalías añadidas.

- Licitación y adjudicación de obras públicas con obligatoriedad de su finalización en plazos determinados. Lo que obliga a las empresas adjudicatarias a la búsqueda de la materia prima necesaria donde primero la encuentra, el inicio del aprovechamiento sin diseño ni proyecto previo, lo que se traduce por lo general en prácticas de minería de rapiña que imposibilitan la ulterior restauración del medio, encontrándonos otra causa de los mencionados "mordiscos", siendo muy escasas las empresas constructoras que dispongan de explotaciones permanentes y racionales para cubrir sus propias necesidades.

- Demanda creciente de estos productos ligadas a la agricultura y obra civil, claramente enfrentadas en sus consecuencias medioambientales, con un deseable crecimiento económico e imperiosas necesidades en infraestructuras, con determinantes repercusiones en otros sectores como el social (empleo), urbanístico (vivienda), turístico etc., que difícilmente pueden controlarse y aún menos anular. - Intrusión de la agricultura intensiva en las falderas montanas, provocando impactos de gran magnitud.

- Aspectos especuladores de grandes Concesiones de Explotación (Sección C de Minas), que ni trabajan ni dejan trabajar. La solución de este problema pasa lógicamente por el órgano sustantivo, que no debe conceder mas cuadrículas mineras que las estrictamente necesarias y siempre que el explotador ofrezca garantía y solvencia suficiente para su aprovechamiento.

 

- GRAVERAS DE ARIDOS NATURALES.- La problemática esencial es básicamente análoga que la expuesta para las arcillas, las explotaciones son igualmente en hueco por banqueo descendente, que en estos aprovechamientos es mucho mas frecuente, presentando por lo general una mayor racionalidad. Generalmente se corresponden a un origen sedimentario por depósitos aluviales, fluviales, marinos y eólicos, constituyendo el material comercial las arenas y gravas, en ocasiones también brechas de fallas, acumuladas en depresiones y cuencas receptoras; con destino a la obra civil, industrias de prefabricados de hormigón etc. y, en el caso de arenas, los cultivos forzados para la ruptura de la capilaridad de la subbase de arcillas, y su empleo en la regeneración de costas y playas. Son frecuentes las instalaciones de lavado y clasificación granulométrica anexas, lo que provoca un mayor impacto sobre el medio (paisajístico y de emisión de efluentes a la atmósfera: ruidos y polvo); en otros casos, las canteras explotan el material para su posterior transporte a la planta, bien sea del propio titular o por venta a un tercero. Este último supuesto se presta con mayor frecuencia a la ilegalidad ya comentada.

Las zonas de mayor índice de explotaciones de áridos naturales se concentran en el Poniente y Bajo Almanzora, mostrando una demanda creciente las zonas de Nijar y Tabernas.

En algunos casos, la potencia de las sedimentaciones ha provocado que las explotaciones hayan originado enormes huecos con gran capacidad y diseño que podrían, convenientemente impermeabilizados con técnicas modernas, convertirse en lugares de acopio de agua o pequeñas pantanetas, aprovechando los excesos hídricos estacionales que, por falta de infraestructura hidráulica, desgraciadamente acaban vertidos al mar como ha sucedido este año en que se han perdido decenas de hectómetros cúbicos. Considérese la existencia de numerosos huecos con capacidad de almacenamiento bruto de dos millones de m3. e incluso superior, así como su utilidad con muy bajo costo de infraestructuras añadidas a las obras hidrológicas del transvase del Negretín, Guadalfeo, presa de Rules etc., y conexión de los pantanos de Beninar y Cuevas del Almanzora. Ello permitiría de manera puntual atender el riego de la agricultura del Poniente, permitiendo el descanso y recarga de acuíferos, así como paliar la creciente salinización de los mismos. Además deben considerarse las posibles alternativas expuestas para huecos de arcillas.

 

- CANTERAS PARA ARIDOS DE MACHAQUEO.- En caso de no poder disponer de áridos naturales se recurre a cualquier tipo de roca que cumpla unas condiciones mínimas en función de sus usos. A nivel provincial las mas empleadas son calizas, dolomías, basalto y, anecdóticamente, las coladas de verita que reciben su nombre de su localidad de procedencia. Estas explotaciones son las mas numerosas y por regla general en canteras de ladera, mediante sistema de bancos, aunque hasta hace pocos años la tendencia era trabajar con pocos bancos muy altos. Se pueden distinguir dos alternativas principales: avance frontal con frente de trabajo de altura creciente, y, excavación descendente y abandono del talud final en bancos altos. La primera es la mas frecuente por su facilidad de apertura y ahorro de transporte, su mayor inconveniente es que el frente es siempre activo y progresivamente mas alto, por lo que resulta prácticamente inviable proceder a la restauración de los taludes hasta que no finalice la explotación. Para obviar este inconveniente se puede proceder a efectuar la excavación de manera descendente, desde los bancos superiores a los de menor cota, lo que requiere una definición previa del talud final y, consecuentemente, un proyecto a largo plazo. Su desventaja es la necesidad de construir todo el viario, así como una mayor distancia de transporte, en los primeros años de la cantera. En consecuencia, las primeras parecen mas indicadas para necesidades puntuales a corto plazo, mientras que el segundo método parece mas indicado en cantería a medio y largo plazo.

El método de arranque es por voladura, con el impacto añadido de ruidos, polvos y riesgos de proyecciones de material. Requieren una trituración y molienda, un cribado granulométrico, proceso de lavado y depuración de elementos indeseables, así como su almacenamiento y manipulación; procesos que requieren plantas para su tratamiento, que pueden ser fijas y actual y mas comúnmente de tipo móvil. Se emplean como áridos para carreteras, hormigones, filtros y drenes, usos industriales etc., y en masa para escolleras y similares. La alteración medioambiental es básicamente distinta a la provocada por las graveras, los huecos en ladera suelen presentar una gran intrusión visual, provocar contrastes cromáticos, rotura de la fisiografía original por rotura de la línea de cumbres originando formas artificiales y geométricas etc., además de las comunes sobre la atmósfera, hidrología, suelos, fauna, vegetación, procesos geofísicos y demás de todos conocidas. La minimización de impactos característicos queda íntimamente ligada al diseño del hueco de la explotación, la orientación de frentes y dirección de avance, apantallamientos naturales o artificiales, diseño de accesos a la explotación, modelado de los huecos finales etc. Otra particularidad reside en la generación y tratamiento de escombreras.

Nuevamente nos encontramos con una escasa sensibilidad y afanes mercantilistas predadores, siendo el caso mas corriente el "echarse las manos a la cabeza" cuando la situación no tiene arreglo ni posible restauración; como ejemplo, que creo conocido por todos, nos encontramos el hueco existente en el acceso al Puerto Deportivo de Aguadulce del que se benefició la escollera del mismo.

El agotamiento de los yacimientos de áridos naturales, así como el problema de la alteración del medio ambiente, creo que nos obliga a todos los sectores ligados a la búsqueda de soluciones alternativas, como reutilizar materiales que hasta ahora no se consideraban como residuos industriales como: escorias de diversas procedencias, proyecciones volcánicas, crudos cerámicos, cenizas, fibras de madera, puzolanas artificiales, vidrios volcánicos, estériles de minas, lavaderos y escombreras, homigones de demolición, goma asfáltica y un sin fin de productos que, convenientemente tratados, podrían emplearse como áridos especiales en sustitución de los naturales y de machaqueo, de los que la provincia contabiliza un total de 38 explotaciones activas correspondientes a la Sección A de la Ley de Minas, legales a la fecha y repartidas por toda su geografía.

 

- BENTONITAS.- Es desde el punto de vista económico la sustancia mas importante de la zona de Cabo de Gata y Serrata de Nijar, constituyendo la zona la primera y mas importante productora a nivel nacional (75 % del total). Internacionalmente este recurso es escaso, encontrándose en EE.UU, Italia, Grecia y Marruecos únicamente. Esta formada casi exclusivamente por el mineral montmorillonita que se trata de un filosilicato (arcilla esméctica) de origen volcánico, en mineralizaciones de morfología filoniana, estratiforme o masiva-irregular emplazadas en rocas piroclásticas preferentemente andesíticas. Se le asignan a estos depósitos un origen mixto hidrotermal, por alteración de la roca volcánica, aunque tampoco puede considerarse este único.

Existen varias decenas de explotaciones y numerosas concesiones mineras, unas en explotación, otras de forma intermitente y algunas que no han iniciado la misma en situación de paralización legal.

Es un importante mineral industrial utilizado como absorbente para purificar y decolorar líquidos, como material de carga en la industria del papel y de la goma, como base de cosméticos y medicinas, industria de la cerámica, de extraordinaria importancia en perforaciones y, últimamente, se estudia su empleo para sellado de contenedores de cementerios nucleares. Resulta una minería altamente rentable, al tiempo que un bien escaso en el conjunto de la Península e incluso a nivel mundial, por lo que puede afirmarse que nos encontramos con un recurso estratégico.

Su explotación no precisa explosivos, con movimiento de materiales moderado que no precisa la creación de grandes escombreras.

La actividad minera, exige unos condicionamientos especiales, que deben ser contemplados en el contexto general de la protección al medio ambiente. Por ejemplo, no suele estar sujeta a una alternativa aleatoria de elección de ubicación. Los yacimientos minerales se encuentran donde la génesis geológica los ha producido. Su composición, a veces irrepetible, no permite establecer alternativas de localización, aunque si alternativas de proyectos de explotación en cuanto al modo de realizarse en búsqueda del mínimo impacto. Por otro lado conlleva creación de empleo social directo e indirecto.

La principal problemática de este recurso es su ubicación en el interior y aledaños del Parque Natural de Cabo de Gata-Nijar. En este sentido, el preámbulo de la Ley 2/1.989, de 18 de julio, de Inventario de Espacios Naturales de Andalucía donde se establecen las medidas adicionales para su protección, aclara en su exposición de motivos, que la idea de conservación debe entenderse en sentido amplio, tiene que ir aparejada al fomento de la riqueza económica, de forma que el aprovechamiento ordenado de los recursos naturales redunde en beneficio de la Comunidad. De tal forma, que toda actuación que pretenda desconocer la interrelación entre la naturaleza y el desarrollo, resulta a la larga frustrada. De igual forma la Administración no debe consentir explotadores que solo piensen en su personal y máximo beneficio, como única norma de conducta y exigencia.

Cierto que existen explotaciones heredadas del pasado con evidentes muestras de anarquía y rapiña, dado el carácter filoniano de los yacimientos, así como las necesidades específicas (calidad, granulometría, mezclas etc.) de su destino a mercado. Pero también lo es la actual preocupación de titulares, así como su solvencia técnica y económica, por la conservación de la naturaleza y concienciación y reto de remediar errores pasados. En este sentido, la remodelación de antiguos frentes con diseños que permitan su posterior restauración, es una realidad actual cuyos frutos deberán cosecharse a medio, e incluso corto plazo a escala minera.

Resulta evidente que no se puede prescindir de la explotación de los recursos mineros, por otro lado estos deben considerarse limitados y la sociedad actual demanda la conservación de un medio ambiente acorde a las necesidades y tiempos que vivimos. La minería debe considerarse como un uso transitorio y no terminal del suelo, por lo que es necesario reacondicionar los terrenos afectados para alcanzar un equilibrio entre el desarrollo económico y la conservación de la naturaleza, y este principio pasa necesariamente por la ordenación del territorio, con la finalidad de distribuir actividades en el espacio de acuerdo con un plan preconcebido y dentro del marco de una estrategia de desarrollo económico, social, cultural y ambiental.

 

- ORDENACION MINERO-AMBIENTAL DE RECURSOS MINEROS.-

Es una idea universalmente aceptada que la garantía de que el desarrollo de las diferentes actividades humanas se produzca en equilibrio con la protección y conservación del medio ambiente pasa por la ordenación del territorio. Por ello, la actividad minera debe considerarse en el ámbito de la ordenación territorial, teniendo en cuenta sus peculiaridades ligadas a la ocurrencia y descubrimiento de los yacimientos. La finalidad es distribuir actividades en el espacio de acuerdo con un plan, según el triple principio:

- Adaptación de acogida del medio físico a la actividad.

-Optimización de las interacciones entre las actividades a localizar en la zona determinada.

-Uso múltiple del territorio, superponiendo las actividades compatibles en tiempo y espacio, aproximando las complementarias y separando las incompatibles.

 

A diferencia de otras actividades, la puesta en marcha de la minería queda condicionada por la localización y existencia de los recursos geológicos, siendo la norma y único análisis posible la viabilidad económico-ambiental del proyecto en solo una localización posible (aquella donde se ubica el yacimiento).

Sin embargo, en ciertos tipos de recursos mineros, de los que existe relativa abundancia, como ocurre con algunas clases de rocas y minerales industriales, se puede plantear el estudio y análisis de alternativas de localización de la actividad minera dentro del ámbito territorial considerado y en el marco de la ordenación territorial, es decir, de la capacidad de acogida del medio y grado de compatibilidad con el resto de sus recursos naturales. Un claro ejemplo son los áridos, sean naturales o de machaqueo, cuyo aprovechamiento no debe responder exclusivamente a criterios económicos, sino también a aquellos ambientales y de armonización con otras actividades y recursos, ejemplo básico puede ser la incompatibilidad de recursos de turismo y cantería.

Una adecuada planificación y ordenación del territorio, en lo que a la actividad minera se refiere, requiere previamente:

-Conocer a fondo y delimitar geográficamente aquellas zonas del territorio que son soporte de los diferentes recursos mineros.

-Analizar el consumo actual y la previsión de la demanda futura de estos recursos.

-Analizar las características propias y los condicionantes técnicos-económicos que presenta la explotación minera de los diferentes tipos de recursos geológicos.

Es el propio sector minero quién debe suministrar a los Organismos competentes, tanto específicos como de ordenación territorial, las infraestructuras e información básica que recoja los factores anteriormente citados. En estos aspectos tendrían importancia decisiva las aportaciones técnicas de ADARO e ITGE.

Fundamentalmente los áridos, arcillas, pizarras y, en menor medida rocas ornamentales, se presentan con relativa abundancia en áreas localizadas geográficamente y suficiente extensión como para poder plantearse la selección de su aprovechamiento dentro del marco de una ordenación territorial.

La característica propia del sector de los áridos es la proximidad de las explotaciones a los centros de consumo y obras, por lo que constituyen un foco constante de observación y comparación con su entorno paisajístico y natural. Los procedentes de machaqueo, generalmente de dimensiones reducidas pero alto grado de tecnificación, se ubican preferentemente a media ladera con frentes que pueden oscilar entre 10 y 80 m. con uno o dos bancos de trabajo, de gran impacto paisajístico. Los yacimientos de áridos naturales suelen encontrarse asociados a los sistemas fluviales (terrazas, llanuras aluviales etc.), cuya explotación conlleva la afección a los ecosistemas asociados fluviales y de ribera, en claro conflicto con intereses agrícolas y asentamientos humanos, al que debe añadirse su ocasional aprovechamiento por debajo del nivel freático, lo que origina el impacto de crear una laguna artificial, con la consecuente pérdida de suelo del territorio y la única alternativa de su uso recreativo o reserva de avifauna, e impacto añadido de posible alteración de acuíferos y calidad de aguas de los mismos. Por otra parte una explotación minera racional, ligada a un Plan de Restauración y Estudio de Impacto Ambiental, permite la recuperación de terrenos e incluso mejora de los mismos, para su posterior uso agrícola al finalizar la explotación.

Por ello se puede afirmar que gestiones racionales hacen compatibles el aprovechamiento del recurso con la salvaguarda del medio natural, siempre que la misma se encuadre dentro del marco de la ordenación territorial. Ello exige la minimización del número de explotaciones con selección de zonas alternativas y de menor incidencia en el medio, análisis y criterios de ocultación parcial o total en función de la calidad del paisaje (áreas y corredores de observación etc.), todo ello en actitud racional y con una visión global de las necesidades comarcales. En aquellos casos de recursos explotables en zonas donde no se ha llegado a extracciones masivas, las mismas deben quedar condicionadas a criterios de ordenación , seleccionando en función de la demanda aquellas áreas explotables de mínima incidencia ambiental.

En el gráfico Núm. 2 se muestra un modelo de funcionamiento del proceso minero, donde se pone de manifiesto su carácter dinámico, tanto espacial como temporal, y la gran influencia que ejerce el mercado mediante la demanda de materias primas minerales. El equilibrio entre el aprovechamiento y conservación debe pasar por una visión racional e integradora de gestión del sector minero, de acuerdo a los principios generales siguientes:

- Aprovechamiento integral de las materias primas, incluidos residuos y estériles.

- Reciclado de materiales de desecho tras su uso o consumo.

- Utilización eficiente de la energía.

- Explotación racional de los yacimientos, diseño y planificación de las explotaciones que permitan la restauración física del medio.

- Planificación del abastecimiento, mediante proyecciones del crecimiento de la demanda, analizando las alternativas, fuentes y modalidades de aprovisionamiento.

- Aplicación estricta de la legislación ambiental y normas que desarrollan el Reglamento Básico de Seguridad Minera.

 

Para el logro de estos objetivos el ITGE desarrolla una línea de trabajo basada en los principios:

- Zonificación del territorio minero en cuanto a su aptitud, tanto geológico como ambiental. Para ello se considera necesario un MAPA DE ORDENACION MINERO-AMBIENTAL que sirva de base para la integración minera en los Planes de Ordenación Territorial.

- Establecimiento de MODELOS DE EXPLOTACION, de forma que el beneficio de recursos sea racional y seguro respecto a su afección y posterior restauración medioambiental.

- Determinación de CRITERIOS DE RESTAURACION de los terrenos afectados por la actividad minera.

 

Lógicamente el ámbito de aplicación será variable en función de la tipología del recurso, así el sector de áridos debe plantearse a nivel provincial, por cuanto esta ponencia debe centrarse en el primero de los principios expuestos.

La elaboración del MAPA permitiría asignar calificaciones territoriales a las áreas con recursos potencialmente explotables, en función de su aptitud para la implantación de la actividad minera y/o viceversa. Lo cual dependerá de factores técnico-económicos, ambientales y de armonización con el resto de actividades.

En el gráfico Num. 3 se muestra un esquema metodológico general de la elaboración de un Mapa de Ordenación Minero-Ambiental. En la fase de Diagnóstico Territorial debe analizarse el valor del medio en cuanto a su conservación, así como su capacidad de acogida respecto de la actividad minera, conflictos entre usos actuales y potenciales, recursos existentes etc., todo ello cuantificado en unidades territoriales y cuya consecuencia debería ser la elaboración de mapas de valor natural, acogida, conflictos de uso, etc. Paralelamente se levantan las cartografías geológicas y tecnológicas de recursos mineros. Con los resultados de estas fases se puede proceder a realizar una zonificación del territorio, delimitando zonas explotables, condicionadas o no explotables, que en definitiva conformarán el Mapa de Ordenación Minero-Ambiental, para su integración en los Planes de Ordenación Territorial.

El desarrollo de los elementos: análisis del medio, análisis de la actividad minera, diagnóstico territorial, mapas de valor natural, capacidad de acogida, delimitación de unidades territoriales, conflictos de uso del suelo, delimitación de áreas potenciales, zonificación del territorio etc., se escapan del contenido y grueso de esta ponencia, que bien pudieran desarrollarse en los documentos de trabajo que pretende este ENCUENTRO MEDIOAMBIENTAL ALMERIENSE. Un buen ejemplo de trabajo puede encontrarse en el Mapa de Ordenación Minero-Ambiental del yacimiento de pizarras de La Cabrera (León).

Como conclusión, se considera que a partir del MAPA se puede redactar una propuesta de ordenación, con el fin de lograr la integración de la actividad minera en los Planes de Ordenación Territorial, constituyendo en si mismos una propuesta de ordenación, englobada en una infraestructura básica que se debe suministrar al planificador territorial, para que este disponga de una herramienta útil en sus valoraciones sobre las potencialidades y aptitudes del territorio.

 

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Gráfico 1.- Realización del plan de restauración de una manera coordinada con el proyecto de explotación

 

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Gráfico 2.- Modelo de funcionamiento del ciclo minero.

 

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Gráfico 3.-Esquema metodológico general para la elaboración de un Mapa de Ordenación Minero-Ambiental