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CIENCIA, EMPRESA, FOTOGRAFÍA Y COMUNICACIÓN EN LOS PREMIOS DUNA ENTREGADOS POR EL GEM

Los galardones destinados al cuidado del medio ambiente que otorga el Grupo Ecologista Mediterráneo han cumplido ya 37 años..

El pasado 11 de mayo el Museo de la Guitarra acogía la edición número 37 de los Premios Duna, un galardón instituido en 1986 para reconocer a aquellas personas, empresas, organizaciones, colectivos o instituciones que han destacado cada año en la labor de defensa del medio ambiente, el desarrollo sostenible o el patrimonio de la provincia. Un premio que ya es histórico y que se convierte cada año en una genuina fiesta por el Medio Ambiente.

Un año el de 2023 ‘feliz’ según explicaban ayer los responsables del GEM porque a la hora de elegir a sus premiados las candidaturas fueron muy numerosas, hasta el punto de que finalmente se decidió conceder cuatro galardones en lugar de los dos o tres habituales. Para el grupo un motivo de satisfacción y un impulso más a la esperanza porque “cada día son más las personas que se acercan a nuestro entorno y que apuestan por la sostenibilidad a la hora de planificar un futuro más esperanzador para nosotros y para nuestro planeta.

A lo largo de la mañana fueron desfilando los receptores del Premio Duna en esta 37 edición, como el fotógrafo Carlos de Paz, en cuyo trabajo tienen cabida denuncias como las que se han hecho explícitas en su trabajo ‘Océano Plástico’. O la bióloga e investigadora Marga López Rivas, la única científica andaluza que ha formado porque de la misión Homeward Bound, que ha reunido en el último año a científicas de todo el mundo para viajar a la Antártida y estudiar allí el impacto del cambio climático en el continente helado.

Recogía también su premio el psicólogo, periodista y autor de las viñetas que a lo largo de casi 30 años se han publicado en las páginas de La Voz de Almería, unos trabajos que, desde un aguzado sentido del humor le han permitido denunciar infinidad de actuaciones con impacto negativo en nuestro entorno natural o urbano. María Dolores Morales Vicente, directora de la empresa de agricultura ecológica Biosabor recibía el Duna por su actitud personal encaminada a desarrollar un modelo agrícola más sostenible, donde la lucha biológica, el uso racional de recursos básicos como el agua, o la aplicación de energías renovables son una apuesta de presente y de futuro.

Así, en un acto conducido por los periodistas Alfredo Casas y Marta Soler, el medio ambiente almeriense sumaba a su elenco de premiados de estos últimos años a personas vinculadas con la ciencia, la empresa, la agricultura, la fotografía, el humor y la comunicación, una conjunción valorada como muy positiva para afrontar los retos que tiene ante sí la humanidad si quiere superar los graves problemas ambientales que existen en la actualidad.

Junto a los Duna se dieron a conocer las Menciones Carbón, en este caso concebidas para señalar actuaciones y actitudes que destacan por su escaso respeto por el medio ambiente, los recursos o el patrimonio en la provincia de Almería. En esta 37 edición ese ‘dedo acusador’ se dirigía concretamente al Ayuntamiento de El Ejido y la Junta de Andalucía, por el intento de desproteger los Artos de El Ejido, uno de los muy escasos ecosistemas naturales que han sobrevivido a la asfixiante presión humana, protegidos por leyes andaluzas, nacionales o europeas, pero con escaso valor para Ayuntamiento y Junta.

También para el Ayuntamiento de Roquetas y su alcalde, Gabriel Amat, por una larga sucesión de impactos en espacios singulares como las Salinas de San Rafael o de Cerrillos, la Ribera de La Algaida, el Yacimiento de Turaniana o la desnaturalización de la Rambla de San Antonio, en Aguadulce, víctimas en la mayoría de los casos de un urbanismo desaforado y especulativo.

No son los únicos casos ya que, en opinión del GEM, en los últimos años se ha puesto de moda hablar de sostenibilidad, o de economía circular, pero a nuestros representantes públicos les cuesta pasar de las palabras a la acción y, con frecuencia, lo que hacen tiene poco que ver con lo que realmente hacen. No basta, a nuestro juicio con hablar de sostenibilidad, sino que es un concepto en el que hay que creer y, para muchos, ese no está siendo el caso.

Todos los premiados de este año mostraban ayer en el Museo de La Guitarra de Almería no sólo su agradecimiento por ser receptores del prestigioso Duna, sino el compromiso que todos ellos han asumido con el medio ambiente, el patrimonio, el desarrollo sostenible o el buen uso de los recursos naturales.

Como parte del acto de entrega el GEM invitaba al director de la organización Almería Acoge, Juan Miralles, que hizo un recorrido por el fenómeno de las migraciones, en muchos casos sustentadas por el empobrecimiento en sus países de origen a causa del Cambio Climático, y analizó la situación de los inmigrantes que llegan a Almería en busca de un futuro mejor y una vida más digna; un viaje que en no pocos casos se llega a convertir en un infierno.

Y para cerrar el acto no podía faltar el llamado ‘alimento del alma’, como con frecuencia se ha definido a la música. Beatriz y Natalia, con su Agrupación Excelence, hicieron un recorrido por algunos de los temas más bellos de la música del cine y con su piano y su clarinete hicieron las delicias del numeroso público que acudió a la fiesta de los ecologistas.

Almería, 11 de mayo de 2024

GRUPO ECOLOGISTA MEDITERRÁNEO

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