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EL GEM PIDE AL AYUNTAMIENTO DE NÍJAR QUE SE PONGA AL FRENTE DE LA LUCHA CONTRA EL CHABOLISMO

Actualmente hay cerca de un centenar de asentamientos en los que residen más de 3.000 personas de forma irregular

El El Grupo Ecologista Mediterráneo se ha dirigido al Ayuntamiento de Níjar para pedirle que se ponga al frente de las acciones necesarias para acabar con el problema de los asentamientos irregulares en su término municipal. Nos consta que a la corporación municipal le preocupa la actual situación de chabolismo que se registra en su territorio y que ha puesto en marcha estudios e informes sobre esta triste realidad, por eso le solicitamos que dé un paso más y tome las riendas para poner fin a esa situación.

Según los datos que se recogen en el Plan Municipal de Vivienda y Suelo del Ayuntamiento nijareño actualmente más de 3.000 personas residen en los cerca de un centenar de asentamientos chabolistas existentes en ese municipio, es decir en torno a un diez por ciento de la población total de Níjar, establecida en 31.666 habitantes en el censo del año 2000. Y eso son sólo los datos ‘oficiales’, pero seguramente la cifra se incrementaría con otros varios cientos de inmigrantes en situación de infravivienda.



En el municipio de Níjar, con una población de 31.666 habitantes en 2020, recogiendo la información aportada por el Plan Municipal de Vivienda y Suelo del Ayuntamiento de Níjar, se estima la existencia de 94 asentamientos chabolistas en su término municipal y en torno a 3.014 personas viviendo en ellos. El 10 % de la población de Níjar, por tanto, vive en asentamientos chabolistas, y seguramente habrá más que están en situación de infravivienda. Y, sin embargo, pese a los numerosos estudios hechos al respecto, y a que la situación se conoce perfectamente, apenas se han dado pasos encaminados a solucionar esta situación.


El problema afecta a otros muchos municipios españoles y europeos que prefieren mirar para otro lado en lugar de hacer frente a un problema que ha sido ampliamente estudiado y documentado. Sin embargo, Níjar se ha convertido en el punto de mira de quienes critican esos asentamientos y también tiene el ‘privilegio’ de ser uno de los que más aparecen en los medios por las dramáticas situaciones que genera, algunas veces trágicas.

Por esas razones desde el GEM entendemos que puede y debe convertirse en un municipio pionero en buscar soluciones efectivas a esos problemas, lo que lo convertiría en un ejemplo para otros municipios de la provincia y de otras zonas del país con una problemática similar.

El Ayuntamiento debería apoyarse en las empresas del sector hortofrutícola que tienen su base de operaciones en su término, empresas potentes que facturan conjuntamente cerca de 300 millones de euros y muchas de ellas aparecen en los ránkings de las más potentes del país en producción ecológica. Un solo céntimo por kilo comercializado aportaría para este fin más de dos millones y medio de euros para políticas de erradicación del chabolismo.

Con frecuencia desde la patronal agroalimentaria y empresarial se ha reclamado que se ponga fin a este problema, pero hasta ahora ninguna de ellas ha apostado por una colaboración activa, cuando finalmente se benefician más que ningún otro sector de la presencia de una población inmigrante que supone un volumen importante de mano de obra. Es hora de buscar una fórmula de colaboración público-privada para poner en marcha inversiones encaminadas a dotar de alojamiento a esos trabajadores y trabajadoras porque, además, ello redundaría en una mejora de la imagen de la agricultura almeriense, más aún cuando muchas de esas empresas operan en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, declarado Reserva de la Biosfera por la ONU.

Las empresas, como el Ayuntamiento, deben dar respuestas a preguntas como ¿qué están haciendo para mejorar su entorno?, ¿cuánto aportan para proyectos sociales?, ¿cuánto para proyectos ambientales?, ¿lo ecológico es una filosofía de vida ó solo se utiliza para obtener un mayor beneficio económico? Y creemos que una correcta planificación para hacer frente al problema obtendría respuesta por parte de muchas de ellas, ya que con apenas un 0,5 por ciento de su facturación aportarían cerca de un millón y medio de euros anuales, mucho menos que lo que les costaría una gran campaña publicitaria.

Hace más de medio siglo los gobiernos de la época, a la vista del ‘efecto llamada’ de un nuevo ‘invento’ llamado invernadero, invirtieron en la provincia para crear los primeros pueblos de colonización, algunos de ellos en Níjar, que posteriormente se han convertido en localidades prósperas con viviendas dignas para las personas que vinieron a trabajar a Almería, dándoles acceso a bienes y servicios comunes al conjunto de los ciudadanos.

La persistencia del chabolismo revela la incapacidad de las políticas de vivienda para dar cumplimiento a los mandatos constitucionales, y también la inacción de los gobiernos municipales, provinciales, regionales y nacionales para ejecutar políticas de vivienda y suelo bien diseñadas que se anticipen a los problemas. Es además una cuestión de salud pública, por las condiciones de insalubridad forzosa que se producen en ellos, particularmente grave en una situación de pandemia por la Covid-19 que estamos viviendo.

Es, también, un problema ambiental; la propia ONU señala al respecto que el peor peligro para la conservación de la naturaleza es la pobreza, y los que viven en estos asentamientos son pobres y marginados, generando los asentamientos importantes impactos sobre el entorno.

Y finalmente se plantea asimismo un problema reputacional, dañando la imagen de una agricultura que presume de “ecológica” en sus productos, pero que convive con unas situaciones sangrantes de segregación, marginación, exclusión social, y que condena a sus trabajadores a unas condiciones de vida inaceptables y hablamos de seres humanos, de trabajadores sin los cuales no sería posible la actividad agrícola.

Para solucionar estos problemas hacen falta dos cosas, voluntad y dinero. En la práctica, la voluntad de las administraciones hasta ahora ha sido escasa, a pesar de repetirse las declaraciones de intenciones, sobre todo después de algún acontecimiento trágico (incendios, sucesos o inundaciones); así que el problema sigue sin solucionarse.


Creemos que es el momento de una alianza entre administraciones y empresas para abordar de una vez por todas este espinoso asunto, generar una conciencia social hacia los desfavorecidos y acabar con una imagen negativa que persigue a Almería y a su agricultura desde hace ya demasiado tiempo. Y es al tiempo la oportunidad de acceder a fondos europeos, como los Next Generation, para impulsar proyectos destinado a dar alojamiento a los temporeros y poner fin a un problema humanitario, económico, social y reputacional. Y debería ser el Ayuntamiento de Níjar quien impulse, dirija y coordine ese tipo de actuaciones, al ser al fin y al cabo la administración más próxima a los problemas y a los ciudadanos.

Las soluciones habitacionales no pueden ser temporales, porque en este tipo agricultura apenas hay temporeros como en otras zonas del país, en que los trabajadores llegan al sitio, realizan las labores necesarias en ese momento y se van. Los cultivos bajo plástico tienen unas características especificas, que hacen que lo que puede servir en otras zonas no valga para esta zona donde hacen falta trabajadores durante la mayor parte del año, para distintas labores dentro y fuera de los invernaderos. Los alojamientos para temporeros podrían ser una parte, pero lo que realmente hace falta son viviendas para alojar a la población que reside en el municipio todo el año, que podrían ser viviendas públicas de alquiler a un precio razonable, a las que podrían acceder tanto los trabajadores inmigrantes, que ahora están en asentamientos, como población local con problemas de acceso a la vivienda.

El Defensor del Pueblo ha dictaminado que los ayuntamientos “deben realizar previsiones en su planeamiento… para destinar suelos a este fin, utilizando para ello los instrumentos previstos en la legislación del suelo”. También recuerda que “están obligados a realizar un esfuerzo, absolutamente imprescindible, para romper la dinámica de la segregación espacial y del rechazo social a la construcción de estos inmuebles”.

Desde el GEM se ha pedido al Ayuntamiento de Níjar que informe de los planes de que dispone para hacer frente al problema del chabolismo, los plazos que se proponen para abordarlos o de los contactos que haya mantenido o tenga previsto mantener con otras administraciones y empresas para obtener fondos que le permitan invertir en la puesta en marcha de unas soluciones que son urgentes para mejorar la calidad de vida de la población inmigrante y también del conjunto de los habitantes del municipio.


Almería, 23 de Mayo de 2021

GRUPO ECOLOGISTA MEDITERRÁNEO

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