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LAS RENOVABLES Y SU FUTURO EN ALMERÍA: AHORA O NUNCA

Las crisis se convierten, con frecuencia, en uno de los peores enemigos del medio ambiente y del conjunto de la actividad humana. Demasiado preocupados por cortar el flujo constante de los contagios, no reparamos en que hay otros problemas tan perentorios de solucionar como el que se nos ha venido encima con el coronavirus.

Como siempre, Almería puede ser una excelente referencia de lo que puede hacerse bien o puede no hacerse jamás, una disyuntiva eterna en la que se precisan aliados, complicidades y compromisos privados, públicos y sociales.

Desde el Grupo Ecologista Mediterráneo queremos poner hoy el foco en ese proyecto ya formulado pero que vaga por despachos y foros sin contar con el imprescindible y justo respaldo que merece; se trata de la Inversión Territorial Integrada en torno a tres sectores que son pilares de la economía provincial: energías renovables, agua y alimentación.

Recuerda el GEM que esas limpiezas compulsivas, que suelen responder a las voces de quienes consideran que la vegetación es el gran problema, constituyen un error casi siempre: en primer lugar porque se da vía libre para la salida de las ramblas con una velocidad mucho mayor, que termina con todo tipo de residuos en el mar. En segundo lugar porque las vegas siempre han sido muy ricas para la agricultura porque las salidas y desbordamientos de los ríos dejan en ellas una buena dosis de limos que regeneraban y enriquecían los terrenos de las huertas.

La dinámica fluvial es así de fastidiosa, indican desde el ecologismo, que recuerda que vivir cerca de un cauce supone riesgos, “que se incrementan si se nos ha ocurrido la feliz idea de ocupar la zona de policía para construir casas, negocios o invernaderos”, unas prácticas que consideran “sencillamente una insensatez, a nuestros abuelos y abuelas ni se les ocurriría hacer algo semejante sin que nadie se lo impidiera”.

Básicamente se trata de un programa de actuaciones y de inversiones encaminadas a dar una solución a algunos de los más graves problemas que presenta Europa. En el caso de Almería es una propuesta elaborada por el sector empresarial de las energías renovables, que cuenta con el apoyo de la Asociación de Empresarios de Almería (Asempal), de la comprensión y la colaboración de la Diputación, y de demasiados silencios en los gobiernos.

El GEM considera que ese plan, capaz de movilizar inversiones de cientos de millones de euros, de convertir a Almería en una referencia internacional en los planes para combinar le energía ‘limpia’ con el agua y los cultivos, de generar una industria del sector de las renovables con capacidad de generar empleo y de, además, aportar soluciones a la cada vez más patente crisis energética, necesita todo el apoyo por parte de nuestros gobernantes para salir adelante.


Han pasado varios años desde que el proyecto de ITI para Almería fuera formulado y no hemos oído al Gobierno central o al autonómico posicionarse de una forma clara en favor de una iniciativa que puede convertirse, al paso de unos pocos meses más, en una de las fórmulas para recuperar el tono económico, social o la ilusión de una provincia que debe buscar nuevos retos para cuando la pesadilla que estamos viviendo se vaya desvaneciendo.

Y no basta con decir ‘bonito proyecto’ y guardarlo con mimo en los cajones de consejerías o de ministerios. Son los responsables políticos de esos gobiernos los que han de coger el proyecto, adornarlo con razones y argumentos y llevarlo con ambición ante la sede de la Unión y de la Comisión Europea. Bruselas ha de creer que España cree que Almería es el lugar, es el momento y es la oportunidad para que una Inversión Territorial Integrada se desarrolle con garantías de convertirse en una iniciativa de futuro en materia energética, económica, agrícola y social.

El GEM entiende que este debe ser uno de los campos de actividad que abran la puerta a nuevas inversiones, sobre todo porque estamos hablando de un cambio de paradigma en el modelo energético global, la sustitución de los combustibles fósiles por otros como el sol o el viento, y su utilización en proyectos de gestión del agua o de cultivos de primor capaces de alimentar a un mundo superpoblado y cada vez más empobrecido.

Almería, 11 de Abril de 2020

GRUPO ECOLOGISTA MEDITERRÁNEO

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